León
LEÓN
Adiós a 'Pepa', la luchadora abuela de Oteruelo
Fallece a los 104 años Josefa Diez, 'Pepa', un ejemplo de lucidez y de sacrificio
Josefa Diez, "la abuela de Oteruelo".
Josefa Diez, "la abuela de Oteruelo".
J.C. / @Javi_Calvo
05/10/2015 (20:04 horas)
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Cuando Josefa Diez Fernández (Villafañe, 1911 - Oteruelo, 2015) nació era la España de la Restauración, la España polvorienta, llena de dificultades, de los trabajos forzados en el más amplio sentido de la palabra, y de la subsistencia. La España donde había que sobrevivir fuera como fuera.

Josefa, hija de José María Diez (que falleció seis días antes del nacimiento de su hija) y Anacleta Fernández, apenas pudo ir al colegio porque entonces era mucho más importante poder vivir que poder estudiar.

Aprendió a leer y "a contar" en la calle. A leer porque tenía que conocer las calles a las que llevaba, siempre en burra, cántaros de leche. Y "a contar" porque en la capital, donde repartía la leche, había que hacer cuentas con las clientas.

"Perrona a perrona" su familia logró salir adelante. Siempre recordaba cómo fregaba el suelo de barro de la vivienda familiar, el calor que desprendían los animales y que ayudaba a superar el invierno y cómo, por la pronta pérdida paterna, aprendió siendo niña las tareas que entonces estaban reservadas a los hombres.

'Pepa' se sentía luchadora y feliz porque, advertía, no hay más felicidad que la que uno obtiene con su propio esfuerzo.

La vida le hizo coincidir con Pepe (José Montero Arias, León 1910-1992) con quien formó una familia "de las de entonces". Ella, dedicada al campo y a sus tres hijos (Rafa, Herminia y Josefina) y él jornalero del esfuerzo y agricultor por necesidad. "Trabajábamos de día y de noche", recordaba.

La Guerra Civil rompió aquella familia durante tres largos años, el tiempo que Pepe se pasó esquivando balas en el frente y que Pepa, malviviendo, sacaba a sus hijos adelante. Tres años para sufrir, llorar y soñar. Tres años para ver crecer a la familia y para buscar el cadáver del marido bajo las lonas que cubrían a quienes regresaban con un tiro en pecho. Pepe, con todo, supo salir "de milagro" sano y salvo de la contienda.

Juntos vieron cómo la familia crecía y salía adelante en unos años en los que la mayor felicidad era tener "un cochino en la cuadra" y "un trozo de pan" para llevarse a la boca.

Pepa y Pepe vieron crecer a sus hijos, a los que casaron, y sumaron a la familia siete nietos y ocho biznietos.

La vida, que no perdona, siguió avanzando para Josefa Diez que siempre aseguró que más duro "que la guerra" fue perder a su pareja en 1992. Desde entonces, a diario, Pepa acudía al cementerio de Oteruelo, y lo hacía con sol, lluvia o nieve. "Allí hablamos los dos", decía.

Durante 104 años Josefa Diez, 'Pepa', fue una luchadora empedernida. A su familia le deja un ejemplo de esfuerzo y honradez, además de una extraordinaria lucidez mental mantenida hasta el último suspiro.

El pasado mes de mayo, bastón en mano, acudió a votar convencida de que era "una obligación". Y recordaba otros tiempos: "Cuando no estaba Franco nunca voté, y cuando se puso él tampoco. A Franco le vi cuando estaba vivo en Madrid y cuando estaba muerto en el Valle de los Caídos, pero nunca pude votar. Así que hay que venir a votar".

Este lunes (el funeral será  en la jornada del miércoles, 17:00 horas, parroquia de Oteruelo) la vida la ha llevado cerca de su querido Pepe con quien, a buen seguro, 'la abuela de Oteruelo' (104 años), seguirá charlando de sus cosas. 

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