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Luis Planas, titular de Agricultura, en el ministerio tras la entrevista. foto: Óscar Chamorro | Vídeo: virginia carrasco
Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación

«Me preocupa quienes creen que la solución universal a los problemas es bajar impuestos»

Espera que España logre «una buena dotación» de fondos para mitigar las «dificultades» que atraviesa el campo

Domingo, 20 de marzo 2022

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La crisis del sector agrícola, ganadero y pesquero se ha convertido en una de las patatas calientes a la que ha tenido que hacer frente el ministro de Agricultura, Luis Planas (Valencia, 1952), esta semana. Unas «dificultades» en energía y abastecimiento que ya tenían y que se han visto agravadas por la huelga de transportistas de estos días. Para rematar, hoy se manifiestan en Madrid diversos colectivos rurales que reclaman soluciones rápidas ante la situación que están viviendo desde hace meses.

-¿Entiende el malestar que van a expresar este domingo en su concentración en Madrid?

-Entiendo ese malestar que se ha ido generando las últimas semanas y que ha propiciado esta manifestación, aunque la fecha ya estaba puesta desde el otoño. No es una cita que esté motivada por ningún elemento de actualidad, sino por una visión de diversos temas, precisamente en relación con los cuales trabaja intensamente y comprometidamente el Gobierno y este ministerio. Creo que en nuestro sector primario y nuestra industria agroalimentaria se están produciendo muchos cambios y exigencias. Y hemos hecho frente a estos retos con la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria incluso prohibiendo la venta a pérdidas. Además, con la nueva PAC hemos asegurado la transferencia de más de 50.000 millones de euros, más otros planes como los fondos de recuperación o la cofinanciación.

-Pero también protestan los cazadores, el mundo del toro...

-En la caza, hace 15 días llegábamos al acuerdo de la primera estrategia nacional de la actividad cinegética sostenible. Muchos cazadores, algunos de ellos ocupando altos cargos de representación del mundo de la caza, me han trasladado su enhorabuena. También en lo relativo a las razas autóctonas, que contamos con 165 en España, de las cuales tenemos 25 en producción y 140 en en vías de extinción, pero intentando proteger. Son un buen ejemplo de lo que estamos haciendo. En el telón de fondo de la manifestación hay dos aspectos. Una preocupación por el momento actual, por el incremento de los costes energéticos, la evolución de precios del combustible y de los fertilizantes nitrogenados. Y después tenemos el curso de las materias primas, especialmente de lo que se refiere a los cereales y a las oleaginosas. Es verdad que cuesta más alimentar a los animales, pero también nuestros productores de cereales están obteniendo los mejores rendimientos del mercado. Por tanto, hay una problemática que es como la vida misma, compleja, difícil, es un reto en el que nos orientamos hacia sistemas alimentarios sostenibles. El sentimiento de fondo es que el mundo rural quiere ser escuchado ya que fueron esenciales en los momentos más duros de la pandemia.

«Parte de las reclamaciones de la manifestación son temas en los que ya trabajamos»

marcha del campo

«Dentro de los convocantes hay posiciones distintas en muchos temas e intereses distintos»

reivindicaciones

-¿Teme que este movimiento derive en actos como los de los 'chalecos amarillos' en Francia?

-Son posturas de colectivos muy distintos entre los que no hay una convergencia, sino más bien intereses distintos desde el punto de vista del mundo rural. Circulan en paralelo y, también hay que decirlo, dentro de los propios convocantes hay posiciones distintas en muchos temas. Por ejemplo, en lo relativo a la PAC: nosotros hemos tenido en cuenta y hemos logrado un plan estratégico nacional pactado con las comunidades, que es muy amplio y muy flexible en su aplicación, con lo cual tiene en cuenta diversas realidades. La visión del norte no es la visión del sur. Dentro de las propias organizaciones conviven posiciones diferentes o entre dos comunidades o dos provincias de la misma región no necesariamente se defiende la misma posición. Y yo, como ministro, tengo que llevar una posición única a Bruselas, no un sumatorio de posiciones distintas.

-¿Hasta dónde estaría dispuesto a ceder?

-Buena parte de los elementos de la plataforma de esta manifestación son, como antes mencionaba, temas en los que venimos trabajando, como la PAC. Invertimos en regadíos sostenibles, incrementamos la dotación de los seguros agrarios. Es verdad que tenemos una situación extraordinaria provocada por la guerra. No es normal el sistema de fijación del gas y lo que influye sobre la electricidad. Y esta volatilidad afecta también al sector agroalimentario. Mi preocupación se centra en la alimentación animal, es decir, la provisión de maíz: hemos conseguido ya flexibilizar las condiciones de importación en la UE. Por otro lado, el problema relativo al aceite de girasol, del cual importamos más de medio millón de toneladas de Ucrania. Además, voy a pedir utilizar los barbechos o las superficies puestas de lado en la explotación agraria para que se puedan poner en producción excepcional y temporalmente. Estoy convencido de que ambas medidas tendrán resultado. De hecho, tenemos asegurado el aprovisionamiento de maíz para elaboración de piensos prácticamente en un periodo de entre 45 y 60 días. En el caso del aceite de girasol disponemos de otras grasas vegetales alternativas que pueden perfectamente utilizarse y además estamos viendo cómo el aceite de oliva y las empresas del sector incrementan su cotización de forma muy significativa en los últimos días. Y en cuanto a los fertilizantes, tenemos una compra que es de producción nacional en más de un 50%, lo cual es diferente en el resto de la UE, pero evidentemente en relación con unos precios superiores a los habituales.

Actuaciones europeas

-Pero muchas de esas decisiones dependen de Bruselas, no del Gobierno de España.

-Es que tenemos que tener actuaciones europeas y nacionales. Porque la UE tiene la competencia sobre las mismas. Por tanto, me parece necesario y clave que la Unión Europea se mueva y adopte decisiones de apoyo.

-Este lunes tiene consejo de ministros de agricultura de la UE. ¿Qué va a plantear ahí?

-Lo primero, que se active el artículo 219 de la Organización Común de Mercados Agrarios, que supone la movilización de los fondos de la UE para responder y apoyar a agricultores y ganaderos, en especial a los sectores más afectados por el momento actual. Según nos indica la Comisión, esa cifra será aproximadamente de unos 500 millones de euros, de los cuales España, espero, va a lograr una buena dotación. En segundo lugar, queremos medidas de flexibilización de la política agrícola, como adelantar el importe de los pagos del mes de octubre de la parte este año, elevar la cantidad percibida o flexibilizar las condiciones dada la situación extraordinaria que debe justificarse para el cobro de esas ayudas. También en lo relativo a la posibilidad de utilizar los fondos de desarrollo rural no utilizados, como se hizo durante la pandemia, en posibilidad de ayudas directas a agricultores y ganaderos. Todo eso creo que es un paquete muy sólido de cara al sector primario. Y sobre la parte europea, deberemos construir la respuesta en España. Por eso, el Consejo de la próxima semana será clave y crucial.

«Es clave que la UE se mueva y adopte decisiones de apoyo sobre las que España puede actuar»

unión europea

-Sin embargo, sigue pendiente la aprobación de una reducción de impuestos en España para amortiguar esta crisis. ¿Por qué van a esperar hasta el próximo día 29 de marzo para ello?

-Cuando se tienen responsabilidades de gobierno se intentan adoptar decisiones que sean transversales y que responda a la situación. Le pongo un ejemplo del sector primario: esta semana hemos adoptado un decreto sobre la sequía, con numerosas medidas de apoyo y ayudas. Y lo hemos hecho porque respondía a la sequía, a las regiones más afectadas y tenía un curso de preparación. Por tanto, hay un cronograma que tiene una lógica.

-Pero vivimos un momento que precisa de actuaciones rápidas y contundentes, ¿no cree?

-Vivimos en un mundo de urgencias y la situación para muchas empresas es preocupante. No creo que deba haber de esto un aprovechamiento político. Estoy oyendo algunas declaraciones del Partido Popular, donde su candidato a próximo presidente manifiesta la urgencia de actuar. Feijóo está en campaña, pero evidentemente él, que tiene una experiencia de gestión, debería comprender que para la elaboración y para la toma de decisiones hace falta también un tiempo y una preparación. Y en ello estamos. No es un problema de retraso, es un problema de adoptar la decisión oportuna en el momento oportuno.

-Parece que el Gobierno, y así está calando entre la población, no termina de querer aprobar esas rebajas de impuestos y que, como indicó el propio Feijóo, se está «forrando» con la inflación.

-Si alguien dice eso por desconocimiento, lo admito. Pero si lo dicen personas cultas e informadas, me parece una desinformación porque, como todos sabemos, los importes de recaudación de cualquier impuesto tienen una vertiente finalista, como es evidente en el caso del IVA. Además, en Hidrocarburos son, en buena parte, las comunidades autónomas su destinatario final. Por tanto, no es un problema solo de equilibrio de las cuentas públicas, es también un problema de respuesta frente a la situación. Y existen distintos instrumentos, como estamos viendo en este momento la propia Unión Europea en las decisiones de distintos Estados miembros. Hay posibilidad, efectivamente fiscal, pero hay otros mecanismos a través de los cuales se tiene que contemplar la propia situación. Le pongo un ejemplo: el gasóleo para transporte, el gasóleo agrícola y el gasóleo pesquero tienen cada uno de ellos una regulación distinta. Hablamos en general de los gasóleos profesionales, pero no es verdad. A mí lo que me parece preocupante es que haya quienes en la sociedad española crean que la solución universal a todos los problemas es la disminución de los impuestos. Eso es una falsedad, porque lo que debería decirse es que algunos piensan que tenemos demasiados impuestos y demasiados buenos servicios públicos y yo creo que todos somos conscientes de que la Sanidad que tenemos hay que pagarla, que tenemos que pagar la Educación, el funcionamiento del Estado, de la judicatura, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de todos los servicios públicos. Y esto evidentemente tiene un coste de financiación. Es decir, el Estado tiene que existir, aunque a algunos les gustaría que fuera un Estado mínimo y sin recursos suficientes.

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