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Fernandoi TOrres
Lunes, 18 de diciembre 2017, 20:20
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El mundo de los seguros es tan amplio como personas (y bienes) hay en el mercado. Prácticamente todo se puede asegurar, pero lo más habitual son los contratos para proteger bienes inmuebles –después de los destinados a vehículos, obligatorios por ley–. «El seguro de hogar cubre las viviendas, tanto principales como secundarias, frente a todas las adversidades que se puedan producir en el catálogo de coberturas del contrato, que suele ser muy amplio». Así lo define la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa) en su informe sobre la actividad del sector en el año 2016 ‘Estamos seguros’. Dentro de esta variedad, el multirresgo es de los más maduros y abarca el 74% de las viviendas nacionales.
En este informe se refleja que, a pesar de la gran variedad de problemas por los que se puede recurrir al seguro de hogar, tres de cuatro viviendas aseguradas no reclama ningún daño o percance durante el periodo de vigencia. A la hora de hablar de seguros de hogar hay que distinguir el continente (el bien inmueble en sí) del contenido (lo que hay dentro). Estos parámetros cambiarán en función del segmento de la póliza, y el valor de los mismos hace que varíe el precio del seguro.
Para exprimir al máximo cada póliza, contamos con la experiencia de Alessandro Lara, corredor de seguros especializado en bienes inmuebles. Lara explica que, más allá de las pólizas básicas, muchos contratos incluyen un todo riesgo accidental del contenido, algo desconocido por muchas personas. Esto incluye elementos como:
«Pongamos que alguien se sienta en las gafas y se parten; la póliza puede cubrir la reparación e incluso unas nuevas».
Uno de los objetos que más se rompen al cabo del año pero de los que menos se reclaman al seguro. «En muchos casos la compañía se puede hacer cargo».
Tus hijos van a casa del vecino a jugar a la consola. Algo sale mal y uno de los mandos sale volando hasta impactar contra la pantalla del plasma recién comprado. «Los seguros de hogar se pueden hacer cargo de este tipo de incidentes»
Otra de las desconocidas, aunque menos que el resto, es otra de las poco habituales. La mayoría de seguros de hogar cubre los daños causados por terceros, también si son malintencionados y no accidentales.
Otros puntos desconocidos, más allá del contenido, son:
«Si vas, por ejemplo, a Ikea, y necesitas que te ayuden a montar los muebles, hay pólizas que incluyen un número determinado de horas de trabajo al año».
Tanto en la casa como en la calle, continente y contenido pueden ser abordados por la compañía de seguros si así se refleja en el contrato.
«Dependiendo de cada compañía y de cada póliza, el usuario tiene derecho a una serie de desinfecciones al año».
«Si tratando de poner un espejo en el cuarto de baño pinchas una tubería y se estropea la red, el seguro puede cubrirlo». Precisamente los accidentes relacionados con el agua son, según el informe de Unespa, uno de los más reclamados en España.
Lara aconseja contratar este tipo de servicios «con antelación», ya que el usuario puede ver grandes ventajas en el precio: «Hay pólizas premium que si se contratan quince días antes de entrar en vigor tienen descuentos que las hacen muy asequibles». Además, explica que las compañías también ofrecen pólizas para clientes que viven de alquiler. «Basta con asegurar sólo el contenido y no el continente, lo que suele ser una opción muy económica». Algunos seguros también incluyen responsabilidad civil, asistencia jurídica y compensación por daños a inmuebles vecinos, así como la ruina total o parcial del edificio, entre otros.
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