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Thomas rompe a llorar tras ver el abandono de Raikkonen.
Thomas, el niño que derritió el corazón de ‘Ice Man’
Fórmula Uno | GP España

Thomas, el niño que derritió el corazón de ‘Ice Man’

La historia del pequeño fan de Räikkönen que echó a llorar cuando abandonó la carrera se convirtió en la imagen curiosa del GP de España

David Sánchez de Castro

Domingo, 14 de mayo 2017, 19:44

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A veces, por obra y gracia de la realización televisiva, un espectador puede convertirse en protagonista de un evento deportivo. No tiene que ser un espontáneo, sino simplemente un fan que celebre o se lamente de un suceso. Ocurrió con el famoso hombre del bigote que aplaudió con el gol de Ronaldinho en el Bernabéu junto a su hijo, o los mil y un vídeos carne de 'Lo que el ojo no ve', de 'El Día Después', convertido ya en un género propio.     

En la carrera de Montmeló se vivió un nuevo capítulo de este tipo de situaciones. El abandono de Kimi Räikkönen en la primera vuelta del Gran Premio de España se convirtió en uno de los acontecimientos de la carrera, pero no por el hecho en sí, sino por las reacciones que suscitó. Concretamente, la de un pequeño que, junto a sus padres, había viajado a Montmeló para ver en directo una carrera de Fórmula 1.

Justo mientras Räikkönen dejaba su coche aparcado con una suspensión rota, las cámaras se centraban en un punto de la grada, donde un niño ataviado de arriba abajo con la ropa roja de Ferrari y unos grandes cascos blancos para proteger sus oídos del ruido, lloraba desconsoladamente. Había roto su ídolo, y se iba a quedar sin poder verle. Esa imagen ya estaba dando la vuelta al mundo. Cuando Vettel adelantó a Bottas, las cámaras se centraron de nuevo en él, y esta vez estaba dando saltos de alegría.

     

El nuevo aperturismo de Liberty Media, los dueños de la F1 en sustitución de Bernie Ecclestone, hizo que desde Ferrari llamasen a la familia del pequeño: iba a poder conocer en persona a Räikkönen. Cuando llegó al box junto a sus padres, tan emocionados como el pequeño, se presentaron: él era Thomas y, junto a sus progenitores, habían viajado desde la localidad gala de Amiens. Kimi Räikkönen le recibió con los brazos abiertos y una sonrisa: le habían contado la historia, había visto cómo lloraba y, como desde que es padre se ha ablandado un poco, no dudó en compartir un rato con él y regalarle una gorra. Thomas no se lo podía creer: no sólo estaba conociendo a su ídolo, sino que se había convertido en el personaje más buscado del 'paddock'.

      Después de la visita a Ferrari y poder participar en la fiesta del podio de Vettel junto a los mecánicos, le dieron un paseo por el 'paddock', en plan superestrella. Los medios le paraban, se hacía fotos, y visitó los 'motorhome' de Pirelli y de Renault, donde conoció a otro de sus pilotos favoritos, Nico Hülkenberg. Un día inolvidable para Thomas, que seguro que no olvida nunca el berrinche que hizo derretirse al mismísimo hombre de hielo y a toda la Fórmula 1.

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