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Alonso, después de un entrenamiento.
Alonso, en segunda fila para hacer historia en Indy
Motor | IndYCAR

Alonso, en segunda fila para hacer historia en Indy

Fernando Alonso saldrá quinto después de un 'Fast 9' memorable, en el que sólo fue superado por Dixon, Carpenter, Rossi y Sato

David Sánchez de Castro

Lunes, 22 de mayo 2017, 00:28

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Ya no caben dudas: Fernando Alonso está a un paso de hacer historia en el automovilismo, de nuevo. El piloto español quiere que su primera participación en las 500 Millas de Indianápolis no pasen desapercibidas y en el 'Pole Day' cuajó una magnífica quinta plaza que le mete en segunda fila para la salida de la 101ª edición de la carrera más mítica del automovilismo estadounidense.

Pero no fue un día fácil para Alonso. Después de los libres previos al arranque de la hora de la verdad, se paró el corazón de todos en el motorhome de Andretti: el coche de Fernando Alonso empezó a echar humo. No se lo podían creer, la pesadilla que ningún piloto desea ver se reprodujo en Indianápolis. No fue una sorpresa, no obstante. El motor del monoplaza de Alonso había sido, con mucho, el que más vueltas había dado, y Honda (tenía que ser Honda) ya había sufrido varias roturas en las jornadas previas a la clasificación.

Así que tocó ponerse a trabajar al límite: los mecánicos tenían un tiempo bastante ajustado, así que los miembros del equipo Andretti, sin pensar en qué coche estaban asignados, se pusieron todos a una para poner a punto la unidad de Alonso. Y les dio tiempo de sobra. El equipo confirmó que no fue una rotura como tal, sino que habían decidido cambiar el motor por precaución. No era el mejor de los preludios para la pelea por la pole, pero está claro que el trabajo de los mecánicos mereció la pena.

Tras el susto inicial, y ya más calmados, comenzó la hora de la verdad. Marco Andretti y Tony Kanaan, los pilotos que le precedían, en el 'fast 9' lo hicieron bien, pero sin mayores alardes. El nieto del legendario Mario, que fue quien le puso el coche a punto para aquel test del 3 de mayo, no tuvo una actuación demasiado buena, y con 370,911 km/h se quedó fuera pronto de la lucha por arriba. Era una buena noticia para Alonso, ya que había superado de golpe a uno de sus compañeros de equipo, y el preludio de algo muy grande. En sus cuatro vueltas demostró que está en condiciones de hacer algo grande: 371,940 km/h en la primera, 372,466 km/h en la segunda, 372,522 km/h en la tercera y 372,033 km/h en la cuarta. El trabajo estaba hecho, una media de 372,241 km/h. Había que esperar, pero la cosa pintaba muy bien.

Kanaan, Power. No fue hasta que apareció el vigente ganador, Alexander Rossi, el que bajó de la nube a los que pensaban en una pole de Alonso. El papel de ese puesto de primer lugar fue para un Scott Dixon que demostró que sus cuatro títulos de la IndyCar y sus dos poles previas con las que llegaba aquí no eran casualidad. El neozelandés aplastó a sus rivales con una brutalidad de stint, con cuatro vueltas a una media de 373,769 km/h, la velocidad media más rápida marcada en el óvalo de Indianápolis desde 1996. La tercera pole de su carrera la logró delante de Ed Carpenter, el más rápido de los libres, Alexander Rossi, el vigente ganador, y Takuma Sato. En quinto lugar, el novato de esta carrera: Fernando Alonso. Historia ya ha hecho, pero aún más historia puede hacer.

Oriol Servià, 12º

El veterano Oriol Servià demostró que lo visto en la clasificación del sábado no tiene mucho que ver con lo que es capaz de hacer la próxima semana en la carrera. El piloto barcelonés saldrá 12º, después de ser uno de los tres de los que acabaron entre el 10º y el 33º en superar las 230 mph de media en su vuelta, de hecho el primero.

El dominio de Servià en esa tanda se mantuvo hasta prácticamente el final de su tanda, pero puede estar satisfecho de su labor: las 230.309 mph le permitirán salir en una cuarta fila que le da opciones a lograr algo muy grande. Detrás de él se dejó a pilotos como Juan Pablo Montoya, dos veces ganador en el óvalo, Helio Castroneves o la gran esperanza de futuro estadounidense, Josef Newgarden. Los españoles han viajado para 'liarla'.

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