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Aspas abraza a Isco.

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Aspas abraza a Isco. Pierre-Philippe Marcou (Afp)
Amistoso

España vive su noche mágica al ritmo de Isco

Goleó sin piedad a Argentina, que no contó con Messi y sufrió un calvario en la segunda mitad ante una selección que ilusiona para Rusia

Martes, 27 de marzo 2018

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«Tenemos que prepararnos con la máxima humildad y llegar preparados para ser protagonistas. Nos tenemos que ganar nuestra condición en cada partido», recuerda Julen Lopetegui cuando le cuestionan si España, que ofreció una gran imagen y muchos minutos de buen juego ante Alemania, está entre las candidatas a ganar el Mundial gracias a esa racha de 17 partidos sin caer posterior a la Eurocopa de 2016. El técnico quiere centrarse en el último partido antes de la lista final, en el que le permita sacar buenas conclusiones.

«Ya tengo perfilada la lista del Mundial, pero no está cerrada. Dudas tienes permanentemente. Es normal porque hay alternativas. Siempre que cerramos una lista dejamos fuera a jugadores que nos gustan. Hay jugadores que tienen las opciones abiertas, pero ahora mismo la lista me preocupa cero. Faltan dos meses de competición, las decisiones las tomaremos en mayo. Ahora mismo estamos preparados aquí para jugar contra toda una selección subcampeona del mundo, un grandísimo equipo que ha dado un paso definitivo contratando a Sampaoli. Es un rival que nos ilusiona y nos motiva», recuerda el seleccionador, que se declara admirador de Sampaoli, destacando su trabajo «en Chile, Argentina o en el Sevilla».

El duelo, ante el otro finalista de 2014 y que cuenta con el, posiblemente, mejor jugador de la historia, aunque Messi no jugará al haber causado baja inesperada este mismo martes, será una buena prueba del potencial real de 'La Roja' en un escenario como el Wanda Metropolitano, que colgará el no hay billetes (67.700 espectadores) y al que sólo podrán acercarse los rezagados sin entrada si abonan un pase VIP. Y es que España vuelve a enganchar. Los buenos resultados con Lopetegui generan entusiasmo entre la afición. «Siempre priorizamos el jugar bien, el competir, el seguir evolucionando y creciendo, gestionando lo mejor que sabemos los recursos que tenemos. Me alegro de que la gente se enganche a nuestros partidos, pero no pierdo mucha energía pensando quién es el favorito del Mundial», explica el técnico.

La selección española abrió el lunes su entrenamiento a 20.000 aficionados -aunque en la grada no había más de 13.000 seguidores- en el que Lopetegui no mostró el equipo, en el que se prevén pocas variaciones respecto al amistoso de Düsseldorf contra Alemania. «Algunas cosas cambiaremos», se limitó a decir el preparador de Asteasu. Era duda en defensa Sergio Ramos, que tras ser padre por tercera vez acudió a entrenar y sumará ante Argentina otra internacionalidad (151) con la que acercarse al récord de Iker Casillas (167).

«Nos medimos a otra grandísima selección que también es aspirante al título en Rusia. Va a ser un partido que nos sirve mucho y nos viene muy bien para coger experiencia y conocer más a los rivales que te pueden tocar si pasas el grupo del Mundial. Sin duda que la Argentina de Messi es una selección a batir», recuerda el capitán. Es previsible que debuten Marcos Alonso y Dani Parejo. En la delantera, tras poner de inicio a Rodrigo Moreno en Alemania, Diego Costa parece el elegido para luchar contra la defensa argentina, con Marco Asensio para suplir la baja de David Silva.

El primer duelo de España en el coliseo rojiblanco tendrá un gran ambiente, ya que se espera a muchos aficionados argentinos residentes en España en las gradas. Sin embargo, fue una sorpresa para ellos que Messi no juegue tras ser reservado ante Italia en Mánchester por fatiga muscular en los isquiotibiales y en el aductor. «Mi idea es jugar contra España. Me sentí bien y quiero estar. Soy optimista. Tengo muchas ganas de jugar ante España. Ojalá pueda llegar de la mejor manera», dijo tras el entrenamiento en Valdebebas el capitán de la selección albiceleste a Fox Sports Argentina. Sin embargo, Messi se resintió la noche del lunes de su lesión y no arriesgará en el Wanda Metropolitano.

Tampoco está tan claro que Leandro Paredes y Manuel Lanzini, autor de un gol ante Italia, puedan estar recuperados de las molestias físicas que ambos arrastran desde el amistoso del viernes. Son baja segura dos exconocidos de La Liga, Sergio Agüero y Ángel Di María, que sufrió una dolencia en el muslo derecho que le apartó de la concentración y ni siquiera se desplazó a Madrid.

Taylor, otra vez en España

El último duelo entre ambos fue un amistoso en Buenos Aires en septiembre de 2010, un doloroso 4-1 para una selección recién coronada campeona del mundo en Sudáfrica, mientras que en el anterior en suelo español la victoria fue para 'La Roja' en 2009. Xabi Alonso, con un doblete, hizo inútil el tanto de Messi en el Calderón. El árbitro del encuentro será Anthony Taylor, que hace sólo unos días pitó el Suecia-Chile en Estocolmo y dirigió el Athletic-Marsella en San Mamés.

Este inglés, nacido en Mánchester hace 39 años, debutó en la Premier en 2010 y se convirtió en internacional en 2013, dos años antes de pitar la final de la Copa de la Liga en Wembley, donde repitió el año pasado en la de la FA Cup 2017 entre Arsenal y Chelsea, saldada con victoria 'gunner' tras una expulsión polémica de Victor Moses. Eso sí, en Inglaterra es recordado por haberse encarado con Arsene Wenger. Los precedentes para los españoles curiosamente no son buenos. Además del 1-2 de Bilbao, pitó tres empates sin goles: Basilea-Sevilla de Europa League de la 2015-16, el Astana-Atlético de Champions de esa misma campaña y el Olympiacos-Barça de la actual temporada.

Esta selección ilusiona. Es cierto que un España-Argentina sin Leo Messi es una comida sin pan y como sucede con cualquier manjar uno piensa que con el resultado final te iba a dejar más satisfecho. La ausencia de 'La Pulga', aún limitado por su fatiga muscular, llegó cuando ya se había colgado el 'no hay billetes', por lo que nadie dejó de acudir al Metropolitano para asistir a un duelo que tuvo aire de Mundial. No por el histórico 6-1 final, parece imposible repetir una goleada aplastante así en Rusia, sino por la cercanía del torneo, por la presencia de más de 10.000 hinchas pasionales argentinos que disfrutaron con el himno de su patria y la buena voluntad de su selección ante una España que está armada para intentar conseguir una nueva estrella en el pecho.

Lopetegui tiene un plan y su equipo lo está desarrollando sin tacha, más allá de los seis goles ante una Argentina en construcción, que encajó la peor goleada de su historia. En el Metropolitano, que vivió un estreno inolvidable con la selección, arrancó con nueve de los que brillaron en Alemania, sólo introduciendo a Asensio por el ausente Silva y dando la titularidad a Diego Costa en el coliseo rojiblanco. En su cabeza el atlético es el titular y

Argentina quiso competir la posesión a España. De hecho, la primera ocasión fue visitante. Tras más de 20 toques de Argentina, que intenta ser fiel al estilo Sampaoli y salir con la pelota jugada desde su portero, el debutante Meza encontró en carrera dentro del área a Higuaín. El 'Pipita' se adelantó a Ramos, pero no acertó a embocar con un remate mordido en el área chica. La alta agresividad de los argentinos les proporcionó alguna recuperación en campo ajeno, pero en general estuvieron desacertados en la combinación.

España

De Gea, Carvajal, Piqué (Azpilicueta, min. 71), Sergio Ramos, Alba (Marcos Alonso, min. 76), Koke, Thiago (Parejo, min. 82), Iniesta (Saúl, min. 56), Asensio, Isco (Lucas Vázquez, min. 76) y Diego Costa (Aspas, min. 46).

6

-

1

Argentina

Romero (Caballero, min. 22), Bustos (Mercado, min. 62), Otamendi, Rojo, Tagliafico, Biglia, Mascherano (Pavón, min. 57), Banega (Pablo Pérez, min. 61), Meza, Lo Celso e Higuaín (Lautaro, min. 58).

  • Goles: 1-0: min. 12, Diego Costa. 2-0: min. 27, Isco. 2-1: min. 39, Otamendi. 3-1: min. 52, Isco. 4-1: min. 55, Thiago. 5-1: min. 74, Aspas. 6-1: min. 75, Isco.

  • Árbitro: Anthony Taylor (Inglaterra). Amonestó a Tagliafico, Isco, Meza, Rojo y Pavón.

  • Incidencias: Amistoso disputado en el Wanda Metropolitano. 67.600 espectadores, de ellos más de 10.000 argentinos que ocuparon una parte importante en uno de los fondos pero también se repartieron por todo el estadio. Sus cánticos aplacaron por momentos los ánimos de los locales. Marcos Alonso y Parejo debutaron como internacionales, el undécimo y duodécimo en la 'era Lopetegui'. Marcelino Maté, presidente de la Junta Gestora de la FEF, entregó una camiseta conmemorativa a Sergio Ramos por su partido 150 como internacional cumplido en Düsseldorf. Ambas selecciones estrenaron sus segundas camisetas para el Mundial, blanca con tonos celeste la española y negra la argentina. Messi fue baja de última hora y no estuvo ni entre los 23 convocados pero se quedó en un palco del estadio para seguir el partido.

Eso les costó caro y varios goles. Y es que Iniesta no solo da pases mágicos, también presiona y roba balones que acaban en gol. En uno de ellos, Asensio se la dejó a Diego Costa en el punto de penalti que la marcó con fe y corazón, jugándose la tibia al chocar con Romero. Para los que dudan, absurdamente, se jugó la pierna en un amistoso intrascendente.

El golpe no terminó con Costa, a veces también tremendista en los gestos, pero sí con Romero que dejó su sitio a otro suplente en la Premier: Willy Caballero. Luego hizo un movimiento de arrastre con los centrales que dejó sólo a Isco para remachar ante Caballero un servicio de Asensio. Iniesta sacó varios sonidos colectivos de asombro con sus 'croquetas' en una primera mitad que se cerró con 2-1.

Dice Ángel Cappa que el jugador argentino se cree mejor de lo que es, lo que le hace competir a un nivel inesperado. Sólo hay que recordar que fue finalista en Brasil, con el peor Messi que se recuerda. Argentina, a falta de fútbol, acertó en una acción a balón parado mal defendida por España. Seguro que Lopetegui trabajará en estos meses cómo mejorar un parte del aspecto defensivo. Y es que de los 12 goles encajados en su etapa, un 75% llegaron en acciones de estrategia o en jugadas a balón parado.

Cabeceó solo Otamendi, que la picó al suelo, pero no estuvo fino De Gea. Lo sabía el portero y también sus compañeros que le fueron a abrazar casi más que a Aspas por su asistencia desde portería en el 5-1. En esos detalles se ve que Lopetegui está construyendo un equipo. Se arropan unos a otros y se pudo ver en los aplausos que se llevó Piqué de sus compañeros cuando evitó una contra poniendo en riesgo una rodilla derecha muy tocada mientras alguno aún va al estadio a silbarle y a dudar de su compromiso.

Lopetegui quiso insistir sin variar mucho el plan. Aspas accedió por Costa y agitó el duelo. De un buen desmarque suyo llegó el 3-1. Encaró a Caballero, lo dribló con un toque demasiado largo pero fue lo suficiente inteligente para controlar, girarse y asistir a Isco en carrera. Segundo del malagueño, que siente la confianza ciega de Lopetegui y brilla como no ha hecho ni siquiera en el Málaga. A veces se adorna en exceso con la pelota en lugar de buscar a un compañero, pero su mentor le está puliendo esos pequeños defectos. Cada vez es más completo. Su progresión hace imaginar que hará un gran verano. Sin tiempo para casi asimilarlo llegó el cuarto gol, obrado por otro de los 'hijos' de Lopetegui. Thiago pisó área y terminó cruzando a la red con calidad. Como acostumbra a hacer en el Bayern.

Sampaoli optó por hacer varias modificaciones de golpe y se movió el diapasón del partido. Se enfrió el ambiente, la hinchada visitante ya no estaba tan cantarina, y la grada se dividió entre los que querían ovacionar a Piqué por su ruleta a lo Xavi y los que aún insistían en silbarle. Ganaron los primeros antes de que se fuera a la ducha por Azpilicueta.

No se relajaron los españoles con los cambios y fueron a demostrar a su técnico por qué deben tener un sitio en Rusia. Aspas, un incordio viviendo en el alambre del fuera de juego para una defensa que acabó dando palos a destiempo con riesgo de lesión, marcó el quinto en una salida desesperada de Caballero. Isco aprovechó para firmar su tercero de la noche y se fue en una ovación casi similar a la que se llevó el hombre que marcó para lucir la primera estrella en el pecho: Iniesta. Hay mimbres para soñar con repetir.

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