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Pepe Reina, durante un entrenamiento con la selección española.
Pepe Reina, el corazón de 'La Roja'
fútbol

Pepe Reina, el corazón de 'La Roja'

Ídolo en Nápoles y portero en tres clubes campeones de Europa, asegura que Lopetegui premia su rendimiento en el campo

Rodrigo Errasti Mendiguren

Domingo, 4 de septiembre 2016, 01:23

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La última vez que Pepe Reina viajó con la selección fue para regresar de Brasil desde Curitiba. En aquella ciudad jugó su último partido con La Roja, quizá fue su triunfo más amargo. Un 0-3 ante Australia en el que no encajó, pero que supuso el adiós a la selección de Xavi, Xabi Alonso y Villa. Aquel día estaba algo serio, pese a que se encontraba su familia en el avión. No tenía claro su futuro, no en la selección, sino a nivel de club. Eligió el Bayern de Múnich, para completar su tercer gran club europeo con una Champions en su palmarés tras Barça y Liverpool. «No me llevaba muy bien con el entrenador en Liverpool y hay equipos a los que es difícil decir que no. Me apetecía entrenar con Guardiola y probar otra liga. Fue un año duro: no jugaba y me lesioné pero aprendí muchísimo. En un año con Guardiola puedes aprender lo mismo que en toda tu carrera con otro».

Ser el único portero que ha jugado en las cuatro grandes ligas europeas le condenó a no regresar a La Roja en la 14-15. «Me fui al Bayern a aceptar un rol que hasta ese momento no era habitual para mí, que era no jugar, y veo normal que las puertas de la selección se cierren. Allí solo había un portero que era Neuer y por si pasaba algo y para competir, estaba yo. Tampoco sabes nunca lo que va a pasar porque un año antes Neuer estuvo un tiempo lesionado. Del Bosque me explicó que la situación era esa, que le dolía en el alma no llamarme. Algo respetable y entendible», recuerda. Se dio cuenta que aquello no era lo suyo y en la 15-16 decidió volver a Nápoles, donde le idolatran. Pero tampoco volvió. «Era consciente de que había una estabilidad con esos tres porteros y que la iba a respetar. Estaba convencido de que no iba a cambiar y llevaría al torneo a esos tres», explica.

Prefiere mirar al futuro

Siempre ha sido un puntal en el grupo, también cuando La Roja no ganaba como en el Mundial de 2006, donde se quedó sin jugar porque Luis Aragonés premió a Santi Cañizares ante Arabia Saudí sin nada en juego. «Me sentía un privilegiado por llevar más de nueve años en la selección. Cuando falta, te das cuenta de lo importante que es y de lo que le da a un futbolista. Ahora estoy jugando, las cosas van bien y llega la llamada. Estoy felicísimo y me parece meritorio hacerlo después de dos años sin venir, porque cuando sales de la rueda, es difícil volver. Es una maravilla regresar pero no solo por ser veterano recibes la llamada de la selección», dice el que es considerado por sus compañeros el corazón de la selección.

Reina puede presumir de ser parte de ese grupo que logró el triplete, pero prefiere mirar hacia el futuro. «No se puede vivir eternamente del pasado, tenemos que subir el listón e intentar olvidar lo que se ha hecho para seguir creciendo», insiste estos días ante los medios. Ahora ve «muchos jugadores nuevos» aunque nota «ilusión y hambre» en un grupo pese a los cambios. «Debe ser así para todo el que venga. Así ha sido siempre para mí y lo voy a hacer ver a todos, para que vengan con mucha ilusión y hambre. Se deben sentir las mariposas en el estómago cada vez que se vista esta camiseta», apunta estos días en un mensaje muy similar al que maneja el nuevo seleccionador.

«Julen nos transmite su ilusión y sabe que las críticas las tendría cualquiera. No tiene mucho tiempo para entrenar y en una selección hasta que no tienes una concentración larga es difícil transmitir tus conceptos, pero la base está hecha y seguro que con sus pinceladas más personales mejoramos», explica un Reina que tenía buenas referencias de Lopetegui, amigo de Guardiola, y que prefiere que los porteros participen en los ejercicios junto al resto. «Es fundamental que el portero se relacione bien con su defensa y juegue con los pies. Con Ochotorena ya entrenamos antes el juego con los pies, pero ahora hacemos 15 minutos con él y 50 con el resto».

No acude por "chistoso"

Normalmente pocas cosas hacen cambiar el humor a Reina, madrileño de nacimiento que ha vivido en muchos sitios pero que siente Córdoba como algo propio, pero sí que le llega a inquietar que algunos quieran obviar su carrera ponderando su faceta de elemento integrador por encima de su enorme currículum. «El míster ha dejado muy claro que estoy aquí por motivos deportivos», dice olvidando que en ello insistió José Manuel Ochotorena, poco habitual a prodigarse en los medios, cuando explicó la citación del ahora napolitano. «Si mi personalidad con mis compañeros le hace un favor al grupo, cojonudo, pero decir que vengo por chistoso, pues me parece muy injusto. La gente es muy libre de opinar, pero no estoy aquí por chistoso», apuntó a Mundo Deportivo.

Vivió desde la distancia el caso Casillas y su polémica con Del Bosque. No la rehuye, pero apuesta por quitarle dramatismo. «No se ha muerto ni nada», dijo en la citada entrevista. «El que tenía que tomar las decisiones era Del Bosque. Jugara quien jugara, la portería iba a estar bien defendida. Son 167 partidos y hay que agradecerle todo lo que ha hecho. Ahora al míster los que le convencemos más ahora mismo somos nosotros. Hay muchos que pueden tener la oportunidad de venir en el futuro», apunta sobre Rico, Roberto o Asenjo. Le parecería «justo no seguir con el debate, hay que respetar a los que vienen ahora», pero tiene claro que «no se cerrará hasta que Casillas no deje de jugar». Reina cree que debe «ser el propio Iker el que haga como Xavi, Xabi Alonso o Puyol y diga que no quiere contar más, pero no lo va a hacer porque no le apetece. No hay que cerrar las puertas a nadie».

Reina no cree que el anuncio de la titularidad de David de Gea vaya a cambiar su rol. «Mi idea siempreha sido ayudar, estar para cuando se me necesite y sin marcarme el ser segundo o primero. De Gea tiene un presente y un futuro extraordinarios por delante. Es muy maduro, está rindiendo a un nivel en estos tres o cuatro años que le hacen ser valedor al número uno. Y aún tiene margen de mejora. Si Dios quiere será el portero de España durante muchos años, pero me apetece darle guerra, me apetece competirle el puesto. Eso es bueno, para que todos subamos el nivel».

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