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Griezmann, con la selección francesa. Reuters
Griezmann, el gallo de Francia

Griezmann, el gallo de Francia

La 'Griezmanndependencia' de esta Francia es enorme como demuestra que cinco de los diez goles logrados en Rusia por 'les bleus' han nacido de sus botas

Javier Varela

Madrid

Miércoles, 11 de julio 2018, 10:14

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Antoine Griezmann tiene una espinita clavada desde aquel 10 de julio de 2016 cuando en Saint-Denis perdió la final de la Eurocopa de Francia ante Portugal. De poco sirvieron sus seis goles en siete partidos que le dieron el 'pichichi' de la Euro y le colocaron como el cuarto máximo goleador de la historia de las fases finales. Había perdido la final como un mes antes había caído en la de la Champions. «Segunda final perdida en un mes.... es una mierda», decía un inconsolable Griezmann tras el partido de París.

Ahora, dos años después, vuelve a estar en una final con su selección siendo el jugador más importante. La 'Griezmanndependencia' de esta Francia de Didier Deschamps es enorme como demuestra que cinco de los 10 goles logrados en Rusia 2018 por 'les bleus' han nacido de sus botas y que con su asistencia a Samuel Umtiti en las semifinales ante Bélgica el delantero del Atlético ha participado en 13 de los últimos 20 goles anotados por jugadores franceses en Mundiales y Eurocopas (nueve tantos y cuatro asistencias). Sólo Harry Kane (que de momento es el máximo goleador del Mundial con 6 tantos) ha sido más protagonista que el francés en los goles de su equipo. Griezmann, además de los dos pases de gol a Varane y Umtiti en cuartos de final y en semifinales, el 'Principito' ha marcado frente a Australia, Argentina y Uruguay.

Pero la importancia de Griezmann en Francia va más allá de sus goles y su participación en los mismos. El galo aporta pausa, liderazgo y visión de juego a una selección en la que el '7' es una pieza clave y la referencia para sus compañeros que le buscan durante los partidos. El rojiblanco siempre elige bien y hace lo que necesita el equipo en cada momento como demostró ante Bélgica. Cuando más apretaban los belgas lanzó balones al espacio para que Mbappé los aprovechara con su velocidad, y con el marcador a favor, fue el encargado de esconder el balón a Bélgica, de correr hacia atrás, de poner la pausa, de saber elegir qué hacer en cada momento, de mandar, de liderar. Sólo le faltó hacer gol, pero Courtois en el descuento lo evitó.

A diferencia de 2016, Griezmann llega a la final del Mundial tras haber conquistado un título con su equipo, la Europa League. Sus dos goles en la final -previamente había marcado cuatro- permitieron a los rojiblancos doblegar en la final al Marsella (0-3) y ahora que su suerte parece haber cambiado espera que en la final de Moscú certifique un Mundial que le abriría las puertas de par en par para ser el máximo candidato para ganar el Balón de Oro.

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