Borrar
Cristiano.

Ver fotos

Cristiano. AFP
Jornada 13

El Real Madrid sufre para mantenerse vivo

Un penalti que acabó haciendo bueno Cristiano Ronaldo tras el rechace previo de Roberto dio el triunfo a un equipo que volvió a padecer por sus errores atrás

Óscar Bellot

Madrid

Sábado, 25 de noviembre 2017, 02:42

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Espoleado por la contundente victoria europea ante el Apoel, y con la autoestima de Cristiano Ronaldo y Benzema reforzada por los dobletes que firmaron en Nicosia, el Real Madrid recibe en el Santiago Bernabéu al Málaga, el equipo ante el que selló su último título de Liga, con el objetivo de dar el pistoletazo de salida a la ‘operación remontada’. La visita de un rival de la zona baja de la tabla que no conoce la victoria en el coliseo blanco y que cuenta por derrotas todas sus salidas en lo que va de campaña, en las que ni siquiera ha marcado un gol, combinada con el complicado encuentro ante el Valencia que habrá de afrontar el domingo el Barça en Mestalla dibujan un escenario propicio, a priori, para que la escuadra de Chamartín empiece a descontar la considerable ventaja que le lleva el líder. El margen de error se ha agotado y en Chamartín saben que no pueden fallar este sábado si quieren mantenerse con vida en la principal competición doméstica.

Lo asumió Zidane al reconocer que nunca se imaginó estar a estas alturas de temporada a diez puntos del Barça, aunque se mostró confiado en las posibilidades de reducir esa distancia. «Sabemos dónde estamos y sabemos lo que tenemos que hacer. Somos positivos y mentalmente estamos bastante fuertes, sabiendo que estos partidos, de aquí al final de año, serán decisivos para recortar puntos y preparar nuestro próximo título, que es el Mundial de Clubes», indicó el técnico. Espera dar el primer paso este fin de semana aprovechando el duelo entre el primer y el segundo clasificado. «Uno de los dos equipos va a perder puntos. Lo que más nos interesa a nosotros es hacer nuestro partido, sumar tres puntos y luego ver lo que va a pasar el domingo», señaló.

Ganó confianza el vigente campeón con la goleada en Chipre y Zidane recupera además efectivos. Keylor Navas, Kovacic y Bale volvieron a entrenarse esta semana con el grupo. Los dos primeros entraron en la lista -no así el galés-, aunque aún es pronto para verles en acción. Cauto por naturaleza, el francés no quiere arriesgar ante posibles recaídas, teniendo en cuenta el exigente calendario que aguarda de aquí a final de año. Tampoco lo hará con Sergio Ramos, que ensayó ya con la máscara con la que se protegerá tras la fractura en el tabique nasal que sufrió en el derbi del Wanda Metropolitano y cuyo objetivo es estar listo para el choque ante el Athletic de la próxima jornada, lo que dará una oportunidad en el eje de la zaga a Vallejo, toda vez que Nacho está sancionado por acumulación de amonestaciones.

Baja es también Marco Asensio, al que una lesión en el obturador externo de la pierna derecha le apartará igualmente del duelo copero del próximo martes ante el Fuenlabrada y probablemente tampoco pueda estar en San Mamés. Ausente el balear, Isco volverá a ser el encargado de enlazar con Cristiano y Benzema. Apaciguados sus fantasmas en Champions, el luso y el francés quieren espantarlos definitivamente también en la Liga, donde sólo han mojado frente al Getafe. Su falta de tino ante la portería ha sido clave para que los blancos presenten su balance ofensivo más pobre desde hace once temporadas, con 22 tantos, la mitad de ellos en su feudo. Dato no del todo desolador si se tiene en cuenta que ese Real Madrid del curso 2006-2007, que dirigía Fabio Capello, acabó levantando el título gracias al ‘Tamudazo’ y con el holandés Van Nistelrooy como Pichichi con 25 dianas.

No encajar

A su anemia ofensiva, contraponen los blancos su mayor eficiencia defensiva, con tres partidos consecutivos sin encajar gol en una temporada en la que han recibido siete tantos menos que el curso pasado a estas alturas de campaña. No han visto perforada su meta tampoco en los tres últimos choques que ha acogido el Santiago Bernabéu, estadio que este sábado pisará además un Málaga que no sabe lo que es anotar a domicilio en lo que va de Liga. Girona, Atlético, Valencia, Sevilla, Barcelona y Villarreal salieron sin una magulladura de sus enfrentamientos con el cuadro de Míchel, aunque tanto en el Wanda como en el Camp Nou compitió bien.

A esa demostración de carácter ante los grandes, y a la debilidad que han exhibido los pupilos de Zidane ante adversarios de inferior rango como el Levante o el Betis se agarra Míchel, que regresa al estadio en el que conoció la gloria como futbolista aliviado por los dos triunfos cosechados en los tres últimos partidos y que advirtió que llegan al Bernabéu «con intenciones», aunque para ello tendrán que mostrar una solidez atrás que hasta ahora no han exhibido. «No podemos pretender tener un buen futuro si no mantenemos nuestra puerta a cero. Siempre recibimos goles y es algo que nos atormenta. Es duro jugar bien y recibir tantos goles», recalcó el madrileño.

Un penalti salvó al Real Madrid de despedirse definitivamente de una Liga en la que sigue penando ante rivales de escaso calibre por mucho que en el Santiago Bernabéu exhiban éstos virtudes de las que apenas hay atisbo en escenarios mucho menos rutilantes. Lo hizo bueno, no sin suspense, Cristiano Ronaldo, tras un rechace previo de Roberto que hizo aflorar por unas décimas de segundo los fantasmas que el luso parecía haber alejado con su doblete en Nicosia. Pero eso fue en Champions y allí el ‘7’, como el resto de sus compañeros, muestra un rostro mucho más luminoso que el que deja ver en el principal torneo doméstico.

Ni la visita de un Málaga que nunca ha ganado en el coliseo blanco, que cuenta por derrotas todas sus salidas del presente curso liguero y que ni siquiera sabía lo que era marcar un gol lejos de La Rosaleda hasta este sábado sirvió para que la parroquia local viviese un duelo tranquilo. Y eso pese a que los locales abrieron pronto el marcador, por mediación de un Benzema que se marchó entre aplausos cuando Zidane alistó a Borja Mayoral, articularon un juego por momentos más fluido del que acostumbraban en jornadas precedentes y recuperaron para la causa a sus laterales, con Carvajal pisando de nuevo el feudo merengue casi dos meses después y una vez restablecido de su pericarditis y Marcelo estableciendo una peligrosa sociedad con Isco que provocó numerosos quebrantos a la zaga visitante en el primer tramo.

Los desajustes defensivos, errores en la circulación de balón y la figura agigantada de Roberto mantuvieron con vida a la escuadra de Míchel y herida de muerte a la de Zidane hasta que Cristiano superó por fin a un portero que iba camino de sumar su nombre al de la lista de arqueros que han situado al crack de Madeira a un paso del diván del psiquiatra en esta Liga de su desvelo.

Real Madrid

Casilla, Carvajal, Vallejo, Varane, Marcelo, Casemiro, Kroos (Theo, min. 80), Isco (Modric, min. 61), Lucas Vázquez, Cristiano Ronaldo y Benzema (Borja Mayoral, min. 89).

3

-

2

Málaga

Roberto, Rosales, Luis Hernández, Diego González, Juankar (Baysse, min. 36), Recio, Adrián, Keko Gontán (Juanpi, min. 65), Chory, Rolan y Peñaranda (Borja Bastón, min. 60).

  • Goles: 1-0: min. 9, Benzema. 1-1: min. 18, Rolan. 2-1: min. 21, Casemiro. 2-2: min. 57, Chory Castro. 3-2: min. 75, Cristiano Ronaldo.

  • Árbitro: Gil Manzano (Colegio extremeño). Mostró amarilla a Marcelo por parte del Real Madrid y Peñaranda y Adrián por la del Málaga

  • Incidencias: Partido correspondiente a la decimotercera jornada de Liga disputado en el Santiago Bernabéu ante 75.671 espectadores.

Respiran los blancos, pero no sonríen, tras un partido en el que merecieron antes el botín de los tres puntos pero en el que al Málaga le bastó con no arrugarse para encontrarle las cosquillas a un paciente que precisaba de un triunfo convincente para dar credibilidad a sus opciones de remontada frente a Barça y Valencia y que, a falta de éste, habrá de conformarse con aguardar a que el cruce de azulgranas y ches en Mestalla añada oro al magro tesoro que rescató este sábado.

No careció el Madrid de determinación como otros días. Los locales salieron con el cuchillo entre los dientes, con Isco como permanente incordio de la retaguardia malacitana y mucha flexibilidad táctica en la medular. Aunque eran los laterales los que llevaban dinamita en sus piernas, especialmente Marcelo, que primero le puso una en la testa a Lucas Vázquez que el gallego no acertó a convertir y luego centró tenso a la cabeza de Cristiano para que el luso estrellase el cuero contra el larguero. Repelió la madera el esférico para dejarlo manso a los pies de Benzema, que lo empujó a la malla mientras el ‘7’ aún se lamentaba por su mal fario. Recuperado el olfato ante el Apoel, el francés se reconciliaba también con la Liga y con un Santiago Bernabéu que terminó dándole cariño. Siete encuentros llevaba sin mojar el ‘9’ en el coliseo blanco, su peor racha.

El tanto de Benzema fue el justo premio al empuje con que acometieron el choque los blancos. Al Málaga, que llegó al Santiago Bernabéu sin saber lo que era marcar fuera de casa, se le ponía cuesta arriba el encuentro casi sin tiempo para desperezarse. Lo hizo, con todo, aprovechando un error local en la salida de la pelota que permitió a Rolan superar a Casilla.

Pudo hacer mella la vuelta de las tablas en un Madrid tan dubitativo como el que se ha visto en lo que va de curso, de no ser por la premura con que los pupilos de Zidane volvieron a adelantarse. Botó Kroos un córner desde la esquina izquierda para que Varane persiguiese sin fortuna la bola en el punto de penalti. No llegó el galo por unos centímetros pero sí Casemiro, situado a su espalda, para sellar su tercer tanto en Liga.

Finalizó con polémica el primer tiempo tras no dar validez Gil Manzano a un gol de Baysse sobre la bocina por falta del futbolista del Málaga sobre Carvajal, para desgracia de un Málaga que se había conducido sin complejos ante un Madrid al que cabe exigirle más gobierno.

Mereció cerrar por juego el Madrid el partido en la primera parte. No lo hizo por las intervenciones decisivas de Roberto, que sacó fabulosas manoplas a remates de Cristiano Ronaldo y Kroos, pero también por esa reducción del instinto depredador que el pasado curso convertía en gol media ocasión de los blancos y del que en actual quedan escasos rastros. Dejó vivo el choque el cuadro de Zidane y lo aprovechó el Málaga para batir a Kiko Casilla con un latigazo del Chory Castro que el tarraconense no acertó a atajar.

Precisaba el vigente campeón de un nuevo toque a rebato, esta vez frente a un equipo situado en zona de descenso. Comprensible por tanto que el Santiago Bernabéu comenzase a mostrar signos de desaliento. Redibujó Zidane su medular introduciendo a Modric en lugar de Isco, su pieza más clarividente. El Madrid, que precisaba de temple, caía otra vez en la precipitación, con centros laterales que no hallaban rematador mientras Cristiano se desesperaba. Pero el tanto acabó llegando gracias al penalti cometido por Luis Hernández y todo eso ya poco importó. El Madrid cumplió con su parte. Ahora le toca esperar el fallo ajeno.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios