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Marcelo (d) no frena a Sergi Roberto en la jugada del 2-3 en el clásico.
El Real Madrid más frágil
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El Real Madrid más frágil

Desordenado e incapaz de cerrar sus partidos grandes, ha perdido 10 puntos que pueden ser clave

Amador Gómez

Martes, 25 de abril 2017, 00:12

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«El Madrid marca en todos los partidos, pero también encaja en todos», recordaba Carlo Ancelotti la víspera de que el campeón de Europa recibiese al Bayern de Múnich en un duelo en el que se confirmó su fragilidad defensiva y descontrol, acrecentado en el clásico del domingo que dejó abierto hasta el último segundo y en el que el Barça llegó a disponer de 16 remates, siete de ellos a portería. El Madrid no sólo ha perdido esta temporada ante el Bayern (en 90 minutos, ya que en la prórroga marcó tres tantos a un rival con diez) y el Barcelona, sino que también ha pinchado ante los tres equipos que le preceden en la Liga: Atlético, Sevilla y Villarreal. Ese el segundo máximo anotador del campeonato, sólo superado por los azulgrana, pero ante su afición se ha llevado goles de todos los rivales, excepto del Leganés, el Granada, la Real Sociedad, el Espanyol y el Alavés.

Precisamente, en un Real Madrid que suele presumir de pegada y de remontadas épicas, frente a los otros cuatro primeros clasificados de la Liga ha perdido 10 de los 12 puntos por ser incapaz de cerrar los partidos, decididos por goles del adversario cuando dichos encuentros ya agonizaban. En la gran mayoría de ellos se adelantaron los blancos en el marcador y se quedaron sin victoria. Ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán cayó 2-1 con gol de Jovetic en el minuto 92, frente al Atlético empató Antoine Griezmann en el 85 (1-1) y contra el Barça fue Messi quien reventó el Bernabéu en la última jugada, también en el 92. Ante el resto de grandes, sólo el Villarreal marcó antes que el Madrid en el coliseo blanco, donde Sergio Ramos se encargó de dar el empate a un equipo que sobrevive en el alambre y al que se le complica el tramo final de curso, con unas exigentes semifinales de Champions contra el Atlético cuando se está jugando una Liga que habría acariciado el domingo con el 2-2 si, con uno menos, no hubiese perdido la cabeza en busca del tercero.

Malacostumbrado el Real Madrid al desorden y a fiarlo todo a su talento o la épica final, el clásico ha puesto por primera vez en el disparadero a Zinedine Zidane por su obstinación en alinear a Gareth Bale, cuando el galés no estaba para jugar e impidió que Isco (no jugó ni un minuto), Asensio (demostró estar pletórico) o Lucas Vázquez (en la grada) formasen parte del once. Sin arrepentirse de contar con Bale, Zidane llegó a decir que el extremo galés jugó porque le aseguró al técnico «que estaba bien». El caso es que por encima de méritos y de estados de forma volvió a imponerse la BBC y, aunque el entrenador francés no salió ante el Barça en principio con un 4-3-3, sino con un 4-2-2 con Bale a la izquierda de la línea de cuatro de medios, no tardó en adelantar al lesionado a la banda derecha y recurrir al tridente de ataque, tan criticado por no defender.

El Bayern desató la alarma

Con el llamado sistema del equilibrio o sin él, ahora también se pone en entredicho, como se evidenció también contra el Bayern, que Casemiro está muy solo como mediocentro para contener, porque ni Modric ni Kroos llegan a las ayudas al brasileño, que debió ser expulsado ya en la primera parte por sus reiteradas faltas, algo que también se ha convertido ya en una constante. Por detrás de los centrocampistas, el clásico también reflejó que el líder de la defensa, Sergio Ramos, no ganó a los azulgrana un solo balón dividido hasta que fue expulsado en el minuto 77 por su alevosa entrada a Messi. El miércoles, contra el Deportivo, no estará el sevillano en Riazor, por lo que con Pepe con las costillas fracturadas, el Madrid precisa de la recuperación de Varane para no obligar a Zidane a recurrir a Casemiro como central para acompañar a Nacho.

En todo caso, al igual que ocurrió en el clásico con Bale, Varane llegaría contrarreloj para tomar el relevo de Ramos en una zaga que en esta Liga, aunque fuera de casa tiene al Madrid como el tercer equipo menos goleado (18 tantos frente a 10 del Villarreal y 12 del Atlético), en el Bernabéu, víctima del desorden, de no ejercer autoridad y de apelar a la heroica que tanto gusta a su afición, ha encajado más tantos que un tercio de equipos. Y en este caso no sólo le superan el Barça, el Atlético, el Sevilla y el Villarreal, sino también el Athletic, Las Palmas y el Deportivo. Demasiado riesgo para un equipo que aunque no juega bien y exhibe desorganización, lleva toda la temporada arriba a base de fe y calidad y sigue siendo favorito en la Champions y en la Liga, donde depende de sí mismo agarrado a su partido aplazado en Balaídos. «El Madrid es el mejor del mundo en centros y remates. Te genera peligro con pocas cosas», reconoce Luis Enrique, a quien los blancos y Leo Messi han resucitado semanas antes de su marcha.

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