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Ramos cabecea en propia el 1-1.
La peor pesadilla de Sergio Ramos
jornada 18

La peor pesadilla de Sergio Ramos

El central cuajó un partido impecable, por encima del recibimiento que el Pizjuán le brindó, hasta que marcó el 1-1 en propia puerta a cinco minutos del final

miguel olmeda

Domingo, 15 de enero 2017, 22:53

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Es obvio que a Sergio Ramos le ponen estos partidos. Cuanto más feas se ponen las cosas, más cómodo se siente el camero sobre el césped, y el del Sánchez Pizjuán pareció la alfombra de su casa, nunca mejor dicho, durante 85 minutos.

Buena parte del público, esta vez más irrespetuoso que respetable, se acordó de la madre del central, qué culpa tendrá la pobre mujer, antes, durante y después de que pitara el árbitro. Que si hijo de p... Que si ca... Pero a palabras necias, oídos sordos, debió pensar Ramos, que no ofreció ni un gesto como respuesta, tampoco a los pitidos que alcanzaron los 100 decibelios cuando la megafonía nombró al exsevillista. Mejor que hable el balón.

Y cuando este echó a rodar, el capitán del Real Madrid lo fue más que nunca, liderando con puño de hierro la nueva defensa de tres centrales que había ideado Zidane. Anticipó cuando tocaba y reculó cuando se requería, el abecé del líbero que demandaba el planteamiento, y se gustó con varios envíos de escuadra y cartabón, casi siempre con Carvajal como destinatario.

Ramos disfrutaba como un niño. Prueba de ello fueron las incursiones a toque de corneta hacia campo del Sevilla en busca del gol, que no fueron una ni dos. No tuvo la ocasión que marcar, ni tampoco quiso forzarla en el penalti sobre Carvajal: ni siquiera se acercó a pedir la pelota y se mantuvo lejos en la tangana previa al lanzamiento de Cristiano. No era momento de líos.

Pero todo lo anterior quedó emborronado por una jugada que Sergio Ramos tardará en olvidar. Fue en esa franja de partido que tanta gloria le ha dado al camero cuando marcó el gol que los 'Biris' llevaban soñando una década. Crueldades del destino, el '4' cabeceó a la red equivocada el balón decisivo. El Sánchez Pizjuán coreó su nombre una vez más, con sorna, y el corazón del único sevillista que vestía de morado se encogió. Era su noche, para bien o para mal, y acabó en pesadilla.

«Muero por los que van de frente»

Acabado el choque, y pasado el mal trago, compareció en zona mixta y dijo estar orgulloso de su encuentro y del de todo su equipo, pese a la derrota: «A pesar del gol creo que ha sido uno de mis mejores partidos, y del equipo. Me voy muy contento y orgulloso. Como capitán he sentido el cariño de mi equipo y hay que pasar página por la derrota. Yo muero con los que van de frente y tienen personalidad, porque hay pocos y Sampaoli es uno de ellos. No es fruto de la casualidad que triunfara con Chile y lo que está haciendo en el Sevilla».

¿La polémica?: «No voy a hacer más declaraciones al respecto, los que tienen que decidir lo harán. Lo que está claro es que nunca voy a ir contra los violentos» (quiso decir siempre).

¿El sistema con tres centrales?: «Nos ha dado muchísimo control. La pena es que en los últimos 10 minutos no hemos sabido manejar los tiempos».

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