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Ben Yedder intenta rematar a la portería del Bayern.

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Ben Yedder intenta rematar a la portería del Bayern. EFE
Cuartos | Vuelta

El Sevilla olvida la épica en Múnich

Los andaluces fueron incapaces de hacer daño durante los 90 minutos y los goles encajados en propia meta en la ida le bastaron al Bayern

LUIS F. GAGO

Miércoles, 11 de abril 2018, 08:07

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El Sevilla está a un paso de hacer historia de nuevo con acento alemán entremezclándose al seseo. Como le ocurriera en las semifinales de la extinta Copa del UEFA ante el Schalke 04 que le cambió la vida, ahora los de Nervión se juegan ante un equipo germano poner una mueca más en el salón de la fama particular rojiblanca. Se enfrentan los andaluces al todopoderoso Bayern de Múnich (20.45 horas), con 5 veces más presupuesto, en la vuelta de los cuartos de la final de la Copa de Europa. La máxima competición continental acoge a un equipo, el Sevilla, que fue capaz de superar a otro grande europeo y con más dinero, el Manchester de Mourinho. En la pasada eliminatoria tuvieron los sevillanos que vencer (por dos tantos a cero) en Old Trafford para hacer la machada y dar la sorpresa ante los ojos de medio mundo. «El Sevilla mostró un buen rendimiento ante el Manchester United. Si ellos hacen el primer gol, nosotros tendremos la presión. Tenemos que estar concentrados desde el primer minuto», avisa Arjen Robben.

Ahora los hispalenses precisan de un choque similar a aquella noche en Inglaterra. El mismo resultado también les valdría para forzar la prórroga. Ahora necesitan un 0-2 para volver a orillas del Guadalquivir como hace tres semanas con una sonrisa y cantando por soleares como bien mandan los cánones de una ciudad que ya huele al albero y el jazmín fresco de la Feria de Abril. «Si era favorito el Bayern en el momento del sorteo, ahora lo es más. Es una realidad, pero que nadie dé por muerto al Sevilla porque en Champions está haciendo cosas importantes. Al Sevilla nunca se le puede dar por muerto», comentó el presidente sevillista Pepe Castro. Quieren los sevillistas comenzar su mes grande de la mejor manera posible. Saben que lo tienen difícil. Primero deben remontar el 1-2 nefasto cosechado en el Pizjuán ante el club bávaro en una noche que se presagió mágico y acabó siendo aciaga por esa extraña circunstancia que roda al Sevilla en los últimos encuentros de meterse goles en propia meta y rendirse antes de que acaban los 90 minutos. Le pasó el pasado fin de semana en la Liga ante en Vigo, donde acabó siendo goleado en Vigo y en la ida de los cuartos.

Sería la primera vez que un equipo queda apeado de la Champions metiendo tres goles y sin haber recibido ninguno directamente del rival. Esa es la sensación que se respira entre el sevillismo. Entre la esperanza y el desánimo característicos de la tierra andaluza por estas fechas. Los tres tantos, dos de ellos en propia meta, que David Soria, para más inri debutante inesperado, del Sevilla ante los suyos sirven de anhelo para demostrar que se le puede hacer frente a un Bayern de Múnich que cada temporada es favorito para alzarse con el campeonato continental. Ahora debe escoger el entrenador de los sevillistas, Montella, sus mejores armas para poder afrontar la nueva aventura, que posiblemente sea la última esta campaña, fuera de las fronteras patrias.

La suerte del italiano es que para esta ocasión podrá contar con Banega, su cerrajero particular y el único hombre que le es capaz de abrir las puertas de las semifinales. Faltó por acumulación de tarjetas en la ida y lo notaron sus compañeros, perdidos en muchas fases del choque sin saber por dónde ir hacia la portería contraria. El argentino se encuentra ahora en su mejor momento, preparado para ser el guía del sevillismo en el mes de abril esperanzador que tienen por delante. Primero la magia de una noche de primavera en Múnich para intentar recrear otro teatro de los sueños. Después llega la final de la Copa del Rey ante otro coloso, no solo español sino mundial, como es el Barça, única carta que le quedará seguramente a Montella para mantener una credibilidad que ha ido perdiendo en el campeonato liguero con el paso de los meses.

Solo quedan 90 minutos -mínimo- para conocer cómo comienza el camino de abril, mes de las flores y la alegría sevillana por antonomasia, para un equipo que cada vez tiene menos que perder y más que ganar. «Veo al Sevilla no solamente como un buen equipo, además van a atacarnos, van a jugar arriba. Por una razón, ellos tienen que buscar algo para hacer goles en nuestro campo. Conozco a la perfección al Sevilla. Es un equipo que juega con mucho ímpetu, buena presión, pero nosotros sabemos lo que tenemos que hacer», explicó Jupp Heynckes.

Final esperado, pese a la ilusión desatada por remontadas de antaño, para el Sevilla en Múnich. El empate a cero dejó una sensación agridulce, porque se demostró que sin unos jugadores agotados física y mentalmente, quizá este año era la temporada mágica del Sevilla la máxima competición continental. Hincaron la rodilla los hispalenses en uno de los encuentros que en la previa se presagiaban como más claros de todas las eliminatorias de cuartos de final. El 1-2 que traían en la espalda los rojiblancos de la ida en el Pizjuán fue una carga demasiada pesada de soportar, toda vez que el escenario de la vuelta era ya de por sí uno de los peores lugares para intentar una machada histórica.

Lo intentó el Sevilla desde el primer minuto, pero la inoperancia atacante de los hombres de Montella y la eficacia defensiva y táctica del Bayern imposibilitaron una remontada épica como en noches de 'Champions' pasadas. Los hispalenses, pese a caer en uno de los campos más prestigiosos del viejo continente, ofreció una buena imagen, demostrando gran temple en los momentos de más nervios de los jugadores más novatos e incluso encogiendo un poco en determinados minutos del choque el gran corazón germano.

Tras una primera parte en la que el equipo teutón tuvo un par de ocasiones claras, sobre todo una de Ribery a puerta vacía que Navas se encargó de desbaratar para ampliar el halo de esperanza de sus compañeros, en la segunda mitad la maquinaria teutona hizo su trabajo como mejor saben hacer los alemanes. Perfecto engrase en el esquema el logrado por un Heynckes en el ocaso de su tercera reaparición y viendo cercada su segunda jubilación. Poco se le puede pedir más a un Sevilla que piensa ahora en la final de Copa ante el Barcelona.

BAYERN

Ullreich, Kimmich, Boateng, Hummels, Rafinha (Sülle, min, 85), Robben, Javi Martínez, James Rodríguez, Ribéry (Thiago, min. 69), Müller y Lewandowski (Wagner, min. 76).

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SEVILLA

Soria, Jesús Navas, Mercado, Lenglet, Escudero, N'Zonzi, Banega, Franco Vázquez (Nolito, min. 80), Correa, Sarabia (Sandro, min. 69) y Ben Yedder (Muriel, min. 64).

  • ÁRBITRO: William Collum (Escocia). Amonestó con tarjeta amarilla a Mercado, N'Zonzi y Banega.

  • INCIDENCIAS: Partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones, dispuado en el Allianz Arena de Múnich.

Jugaban los nervionenses por vez primera en el Allianz Arena y lo hacía con la ilusión de lograr la remontada ante todo un gigante como el Bayern de Múnich. La esperanza de estar presente en unas semifinales de la Copa de Europa era mayor que el temblor de piernas que pudieran tener los sevillistas. Sobre todo algunos novatos en este tipo de plaza, como David Soria, uno de los cambios, bastante inexplicables, que ha hecho Montella en los últimos partidos para intentar dar un giro a la pésima imagen defensiva del equipo. También era la oportunidad de reivindicarse para otros hombres claves en el esquema táctico hispalense. NZonzi estaba en tierras alemanas ante su última oportunidad para ofrecerse, cual escaparate mundial, de cara a una salida este verano que ya tiene pactada con la entidad sevillana. También era el choque un acicate para Ben Yedder, máxima goleador en 'Champions' del equipo y que con el técnico italiano ha pasado a un segundo plano en detrimento de Muriel, excepto para los partidos granes, como el de la noche de Múnich.

Salió el Bayern con todo lo que tenía e incluso un poco más. Todos los hombres de calidad y rapidez que estaban a disposición de Heynckes estuvieron sobre el tapete del feudo germano. Buscó el técnico teutón sentenciar la vuelta por la vía rápida, por medio de contragolpes eficaces y puntuales. Por su parte, el Sevilla trataba de contener esa avalancha que se avecinaba. James y Lewandowski tuvieron ocasiones en la primera mitad para adelantar a los suyos e incluso Ribery se topó con un espectacular Navas cuando el francés se disponía a rematar a puerta vacía. Con el empate a cero se llegó al descanso. El Sevilla daba una buena imagen ante uno de los feudos imponentes de Europa y el Bayern se limitaba a seguir disfrutando de su larga resaca de campeón de la Bundesliga.

Para la segunda mitad, los de Nervión dieron un paso adelante porque sabían que ya no tenían mucho que perder. En ese ímpetu, el Bayern tuvo más ocasiones claras, empero los sevillistas lograron por primera vez dar algún susto la portería rival. Al menos hizo acto de presencia el ataque andaluz en Múnich para dejar claro que no había ido a Alemania de paseo. Pese a ello, poco daño causó, como tiene acostumbrado desde la llegada de Montella, un equipo como el rojiblanco que dio una buena imagen pero dio la sensación de que con otra planificación hubiera podido dar la sorpresa. Sentimiento agridulce con el empate final para una hinchada que ahora solo piensa en otra final, esta vez de verdad, con un título en juego contra el Barcelona dentro de poco más de una semana. Se espera un Sevilla con la misma imagen pero con más hambre de gol.

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