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Ernesto Valverde, durante la rueda de prensa previa a la final. Foto: Lluis Gene (Afp) | Vídeo: Europa Press
Final

El hombre tranquilo busca su primer título

Valverde está a un paso de levantar la Copa en un año convulso donde ha convivido con salida de jugadores, lesiones graves, la debacle en Champions y mucha política

JESÚS BALLESTEROS

BARCELONA

Viernes, 20 de abril 2018, 18:07

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La cicatriz de Roma va a pesar durante un tiempo en el debe de Ernesto Valverde. El posible doblete mitigaría el nuevo fracaso continental del Barcelona, por lo que se antoja inviable fallar en la final de Copa, siempre con el permiso de un Sevilla que también necesita lamerse las heridas. Con la Liga en el bolsillo desde hace semanas, un varapalo copero dejaría un sabor amarguísimo en la primera temporada de Valverde en el banquillo azulgrana.

Una campaña que no ha sido fácil para el de Viandar de la Vera. Cogió un proyecto que debía superar la marcha de Neymar y muy pronto se llevó el primer revés con la derrota en la Supercopa ante el eterno rival. Por aquellos meses, el Madrid parecía intratable. Hoy, pese a que puede levantar la Copa de Europa, el Barça lo tiene a 15 puntos en Liga. Se ha mostrado intratable el conjunto azulgrana en la competición liguera.

«Cuando has tenido una derrota importante sí quieres tener un triunfo importante y ahora tenemos esa oportunidad. Tenemos la oportunidad de cerrar una herida importante. Es un título importante», explicó el técnico en la rueda de prensa previa a la final.

Valverde ha hecho de la naturalidad y el sosiego sus mejores armas para sobrellevar un curso histórico en Can Barça. Y no hablamos sólo de fútbol. Por si no fuese poco el hecho de ser entrenador del Barça, Valverde ha convivido con los atentados de Barcelona, con el referéndum del 1 de octubre y todo lo que eso ha influido en el club y el propio equipo. Tanto que tuvieron que jugar un encuentro a puerta cerrada ante Las Palmas al coincidir con el referéndum.

En lo deportivo, pronto se quedó Valverde sin una de sus estrellas. Dembélé ha pasado con más pena que gloria en su primer año por culpa de las lesiones. El septiembre se rompía y su participación ha sido mínima en este curso. Meses después, otra pieza con enorme peso en el vestuario, Mascherano, dejaba el club. Aunque sin mucha trascendencia en el verde, el argentino seguía siendo hombre fuerte en lo anímico.

Ahora, con menos de un mes por delante, y sabiendo que se ha fallado en la máxima competición, el Barça de Valverde tiene en su mano la posibilidad de cerrar de forma notable el primer año del técnico. «Ganar en el Barça es una obligación. En los equipos grandes es lo que hay. Hay que pensar que tenemos mucho para ganar. Que es una final. Los títulos que ya tienen los jugadores no significa que no se de importancia a otro título», explicaba Valverde en rueda de prensa.

Precavido

Valverde ha avisado en la previa de que no hay nada ganado. «No hemos conseguido nada, no tenemos nada, el título está por jugarse. Podemos ser favoritos, pero hay que ganar. Venimos de otra situación en la que nos daban por favorito y se hablaba del siguiente paso sin haber dado el anterior. No podemos pensar que tenemos ganado nada de antemano. Los dos equipos tenemos argumentos para ganar. No podemos ir pensando que sólo podemos ganar», argumentó.

De levantar la Copa, sería el segundo trofeo nacional que logra tras la Supercopa de España que le arrebató al propio Barça en 2015. Si el Barça se impone en el Wanda ante el Sevilla, sería el segundo país donde Valverde levanta la Copa tras hacerlo en dos ocasiones en Grecia con el Olympiacos, donde también ganó tres títulos de Liga.

Además, podría quitarse de paso el sabor amargo de aquella final que perdió ante el propio Barcelona cuando Valverde era entrenador del Athletic de Bilbao. «La verdad es que he perdido finales, así que es un partido especial para mí y una gran oportunidad».

Con respecto al rival en sí, Valverde pide que el último partido de Liga sirva de ejemplo y aviso para los azulgrana. «Es una referencia clara y un aviso de lo que puede ser el partido de mañana. Tienen jugadores buenos y capaces de resolver un partido. Están acusando el peso de la Copa y la Champions en Liga. En la Liga estuvimos más tiempo pendiente de la derrota que del empate. Fue el que más ser estuvo de la victoria. Por lo que hay cosas de ese partido que hay que corregir», zanjó.

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