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Dos niños disfrutan del derbi leonés.
Radiografía de un derbi leonés

Radiografía de un derbi leonés

Cultural y Deportiva Leonesa y Sociedad Deportiva Ponferradina celebraron la fiesta del fútbol provincial en la que se olvidaron de invitar a los goles | El ambiente en las gradas fue lo más positivo de un partido con más tensión que juego

rubén fariñas

Lunes, 16 de enero 2017, 12:32

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Llegó el día de rendir cuentas. La hegemonía del fútbol provincial estaba en juego y el resultado final, como buenos hermanos, fue de tablas.

El fútbol brilló por su ausencia y la tensión no fue la de otras veces. Quizá por eso de la falta de jugadores leoneses sobre el césped (ninguno de los 27 había nacido en territorio provincial), o quizá por el tiempo transcurrido desde los últimos derbis, más de seis años.

La única conclusión es que ninguno ganó, a los puntos lo pudo hacer la Cultural por dominio territorial y sensación de peligro sobre la meta de Dinu, pero la Ponferradina se acercó más a su objetivo de desactivar el fútbol vistoso del equipo de Rubén de la Barrera.

Cultural y Deportiva Leonesa

Precisamente por ello, la Cultural no logró destapar el tarro de las esencias al que tiene acostumbrado a su afición. Los locales acusaron su bajón de las últimas jornadas y fue aún peor debido a las lesiones de Toni y Julen, dos jugadores que rompen líneas y que dejaron al equipo huérfano en ese sentido.

El asedio capitalino en la segunda parte fue insuficiente. La escasez de ideas y la excesiva circulación de balón hizo imposible la tarea de batir a la defensa blanquiazul, férreamente armada entorno al área.

Sociedad Deportiva Ponferradina

La Ponferradina vino con la clara idea de impedir que la Cultural hiciera su fútbol de salón, y lo logró. Aunque eso se antoja insuficiente para un equipo con un presupuesto muy alto y jugadores con capacidad para practicar otro estilo de juego.

El equipo berciano plasmó sobre el césped del Reino de León un estilo ramplón y conformista. Las faltas continuas en la primera parte dieron paso a 10 minutos de buen juego en la segunda, ejemplo del nivel que puede alcanzar el conjunto de Munitis, pero los blanquiazules acabaron arrinconados en su área y sin lanzar a portería.

García Gómez, colegiado extremeño

Se erigió como protagonista innecesario del encuentro. A falta de fútbol y ocasiones, el público de ambos bandos la tomó contra un colegiado que no estuvo a la altura de la intensidad de un derbi provincial. Bien es cierto, que su actuación no fue decisiva en el resultado.

Durante la primera parte debió mostrar alguna cartulina amarilla más y cortar las duras entradas en el medio del campo. Fruto de ello fueron las lesiones en el bando culturalista y los amagos de tángana entre ambos contendientes.

En la segunda mitad mejoró en esa parcela y ambos equipos acabaron con 10 jugadores. Su aspecto más positivo fue permitir jugar y ofrecer la ley de la ventaja de forma correcta en varias ocasiones.

Rubén de la Barrera

El técnico de la Cultural fue fiel a su estilo. Quiso avanzar metros y colarse en el área rival a base de toque y defensa muy adelantada.

Las lesiones de Toni y Julen Colinas mermaron la capacidad de desborde de su equipo y eso complicó el plan del entrenador gallego.

En su debe queda el no haber agotado su tercer cambio, lo que dio lugar a un equipo falto de oxígeno durante los minutos finales.

Pedro Munitis

Se conformó con el empate, algo incomprensible para un equipo que busca escalar posiciones y con un presupuesto que obliga a cotas más altas.

El técnico cántabro cedió el esférico a la Cultural y su esquema defensivo funcionó a la perfección, con movimientos estudiados y muy ensayados que permitía a los 10 jugadores deportivistas bascular a la perfección.

Sus declaraciones en rueda de prensa confirmaron las sensaciones del equipo sobre el césped, dando por «muy bueno» el punto obtenido en el Reino de León. Tiene trabajo por delante el entrenador de la Ponferradina según lo visto este domingo a orillas del Bernesga.

El resultado: 0-0

Fue el primer partido en el que la Cultural y Deportiva Leonesa se quedó sin ver puerta en su estadio esta temporada.

La tensión del derbi llevó al encuentro, casi de forma teledirigida, hacia un empate sin goles.

Fue merecido el resultado por el conformismo de unos y la falta de ideas de los otros.

Afición leonesa

«Sumisión al rey», rezaba el tifo que el sector más animoso del culturalismo usó para recibir a los jugadores de ambos equipos.

El Reino de León se vistió con el traje de las grandes citas y los casi 7.000 espectadores (6.213, según fuentes oficiales que suelen desinflar las cifras) rugieron para llevar a su equipo hacia la victoria.

Los leoneses vuelven a poblar las gradas del coso ribereño, y cada día lo hacen en mayor número. Ahora, falta que el grueso del público asistente acabe de conectar con el equipo y los decibelios suban durante más minutos. Sólo el árbitro hizo levantar el sonido del estadio, que abroncó a los jugadores visitantes por su excesiva agresividad y pitaba los intentos de la afición berciana por hacerse sentir en territorio hostil.

Afición berciana

Fueron 600 y se hicieron notar. Rememoraron las grandes ocasiones, coreando el «A Ponferrada me voy» a la salida de ambos equipos al terreno de juego y se hicieron notar durante varios minutos.

Quisieron animar a su equipo y, durante 90 minutos, olvidaron la situación complicada y la falta de complicidad con los jugadores que ha visto en otros partidos para llevar en volandas a los suyos en los mejores tramos de los locales. Su único punto negro tuvo lugar en los minutos finales, cuando corearon el «puta León, puta Cultural» que fue abroncado por la afición leonesa.

Colas en las taquillas

La Cultural y Deportiva Leonesa tuvo serias dificultades para asumir la distribución de entradas en los prolegómenos del choque.

El reloj marcaba el minuto 30 cuando algunos aficionados trataban de acceder al estadio Reino de León.

La lentitud a la hora de imprimir los tickets por la falta de previsión, provocó largas colas durante todo el domingo y evitó que algún centenar de seguidores pudieran disfrutar de la totalidad del derbi.

Ambiente previo

Las calles más céntricas de León disfrutaron de la afición berciana, que dio colorido especial al Húmedo durante todo el domingo.

No hubo que lamentar incidentes a lo largo de la jornada, en el que la Policía Nacional acompañó y vigiló a los seguidores más radicales del equipo visitante.

Buen ambiente, buena temperatura y el producto estrella de León, las tapas, lograron que el derbi se viera arropado por una jornada festiva.

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