Borrar
Patri Benet intenta un tiro a canasta.
Lágrimas contra la ilusión

Lágrimas contra la ilusión

El Aros Patatas Hijolusa queda fuera de la lucha por el ascenso en su playoff tras caer derrotadas ante Movistar Estudiantes en un partido lleno de nervios e imprecisiones

dani gonzález

Sábado, 22 de abril 2017, 21:42

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Un drama que ha acabado con lágrimas. El Aros Patatas Hijolusa no pudo llevar a cabo la machada de vencer de 24 a Movistar Estudiantes, ni siquiera tuvo opción de soñar. El conjunto leonés ha finalizado su temporada cayendo 52-56 ante las madrileñas y despidiéndose así de su fase de ascenso.

Era un día para sacar la mejor versión del Aros Patatas Hijolusa pero los nervios, la presión y la situación atenazó a las de Moses. Movistar Estudiantes sabía que lo tenía de cara, que lo tenía que hacer muy mal o ser testigo de una exhibición leonesa para quedarse fuera. Pero ese cosquilleo que había en el estómago de las jugadoras de blanco no era el positivo, no era el que te hace dar un extra, si no el que te hace dudar en cada acción.

Por ello, los errores y las imprecisiones se sucedían. Estrenó tarde el marcador Estudiantes con un triple y que les lanzó a un parcial 0-8 que ya desmoralizó a las leonesas. Tardaron seis minutos en anotar, por medio de Itsaso Conde, pero el Aros Patatas Hijolusa no era capaz de sacar su mejor yo.

En el segundo cuarto, la historia era similar. Hubo un atisbo de esperanza, un amago de rebelión liderado por la 'inquieta' Andrea Alcántara que puso por delante a Aros Patatas Hijolusa. Pero fue algo circunstancial, casi anecdótico, ya que las colegiales reaccionaron rápidamente para volver a ponerse por delante.

Ilusión contra razón

No había manera. No era la tarde del Aros Patatas Hijolusa, al que le estaba fallando más la cabeza que el corazón, que seguía bombeando borbotones de ilusión que, cada minuto que pasaba, circulaban con menos fuerza. Cada intento de acercarse en el marcador acababa con una mala decisión o una jugada estelar de las madrileñas. El guión recordaba al del choque ante Pacisa Alcobendas, pero sin un acierto tan estratosférico en el cuadro rival.

Tras el descanso, la diferencia era de diez puntos. Más que un reto, parecía una utopía poder prolongar la temporada un día más. A casta eran campeonas, a errores no forzados también. El ímpetu leonés no era correspondido con precisión que, una vez tras otra, se chocaba contra sus propios fallos en su intento por hacer de la épica su bandera.

Ni el consuelo del triunfo

El último cuarto fue un tributo a la afición y a la histórica temporada del Aros Patatas Hijolusa. Una novela de este tipo tenía que acabar con una sonrisa, aunque fuera artificial. Aprovechando la rotación del Movistar Estudiantes, que quería ir guardando fuerzas para medirse a Cortegada, las de Moses se acercaron en el marcador.

Querían acabar ganando, querían morir de pie y romper la racha de 16 victorias consecutivas de las colegiales. Y así lo hicieron. Remontaron, se pusieron por delante, pero ni siquiera eso concedió el Movistar Estudiantes, que quiere continuar con su impoluto camino hacia el techo del baloncesto nacional.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios