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Medina trata de defender a un jugador granadino.
Lo que mal empieza, mal acaba

Lo que mal empieza, mal acaba

Dos pésimos parciales en la salida del primer y último cuarto lastran las opciones de Agustinos de llevarse el triunfo

r.fariñas

Sábado, 4 de marzo 2017, 21:37

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Era una cancha complicada y, encima, Agustinos Eras dio facilidades desde los primeros instantes; ello convirtió el partido en un remo a contracorriente para el equipo de Ángel Jareño.

El conjunto leonés ha caído por un abultado 92-66 en su visita al Covirán Granada en un partido marcado por el mal inicio y peor final de los jugadores estudiantiles.

Un 15-0 de salida fue demasiado castigo para el quinteto inicial de Agustinos, que necesitó tirar de corazón para revertir una situación muy dura. Fue Mbamalu el que logró poner fin al desastre con los dos primeros puntos de su equipo.

Bowie y Corts ampliaban la diferencia hasta casi la veintena de puntos, 28-9, a 2:20 para el final del primer cuarto, que concluía con 30-18 tras la reacción visitante.

Los hombres de Jareño recortaron hasta la decena la desventaja, aunque es barrera parecía infranqueable y ahí ponía el listón un Covirán Granada que se sentía cómodo con su público.

Agustinos hace la goma durante todo el partido

Un 2+1 de Martínez reanimaba el partido y ponía el 33-26 a favor del cuadro nazarí. Aunque fue visto y no visto, porque los granadinos estiraban de nuevo la renta para irse al descanso con 45-30 en el marcador y dejar encarrilada su victoria.

Agustinos volvía a hacer la goma en el tercer periodo. Mbamalu ponía a nueve a su equipo, 47-38, y de nuevo los locales apretaban el acelerador para distanciarse. Un parcial de 9-0 devolvía la máxima diferencia al electrónico, 62-43, que parecía casi definitivo. Pero de nuevo la casta leonesa saltaba a la pista para reducir a diez puntos la renta antes de llegar al último periodo, 62-52.

Y aquí llegó la debacle final. La goma, esa que tanto había estirado el equipo de Jareño, se rompió de forma definitiva. Un parcial de salida de 16-0 llevó la fiesta al municipal nazarí en apenas cinco minutos, cuando el marcador reflejaba un abultado 78-52.

Los últimos compases sirvieron para poco con el partido totalmente visto para sentencia. El resultado final, 92-66, es una evidencia de la diferencia que existe entre ambas plantillas y de las desconexiones que sufrió Agustinos Eras que le dejaron sin opciones de sumar el triunfo número once.

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