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Piñeiro, durante la entrevista. Noelia Brandón

Leonoticias.tv | En directo, la despedida de Diego Piñeiro del Abanca Ademar

El pivote gallego y capitán marista se despide en leonoticias de la que ha sido su casa durante siete temporadas

DANI GONZÁLEZ

Miércoles, 30 de mayo 2018, 19:31

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«Esta ha sido mi casa durante siete años». Esto es lo que pasa por la cabeza de Diego Piñeiro, capitán del Abanca Ademar, al entrar al Palacio de los Deportes de León. El gallego, que llegó a orillas del Bernesga con 17 años, se despide ahora, con 24, tras fichar por el Dunkerque francés para la próxima temporada.

«Sigo siendo gallego, pero he echado raíces aquí», señala Piñeiro. Y es que sus mejores sus amigos, su adolescencia, la ha vivido en León. Y su crecimiento, exponencial, como jugador de balonmano. «Deportivamente, me ha marcado todo. Vine como un jugador destacado de la base, pero aquí he pegado un cambio brutal para ser el jugador que soy hoy», explica.

Por ello, un hueco «muy grande» de su corazón está reservado al Ademar. «Se lo debo todo a este club a nivel deportivo».

Reconoce que le costó tomar la decisión de fichar por el Ademar porque «saía de mi zona de confort y tenía dudas». «Estaba nervioso, no quería que nada saliera mal. Llegaba como el fichado, tenía la responsabilidad de demostrar por qué me habían elegido», señala.

Y el día antes de llegar a León vivió una curiosa historia con mi padre. «Nos fuimos de ruta con la bici, por un camino de cabras y me metió un entrenamiento de pretemporada cuando yo quería dar una vuelta tranquila, porque quería estar descansado para llegar a León a tope. Me enfadé, porque era un niño, hoy lo recuerdo y me río», recuerda.

La llegada a León

Al día siguiente, llegó a León. Acudió a la presentación del equipo filial del Ademar en el pabellón Hansi Rodríguez, donde conoció a Diego Dorado y a algunos que, ahora, son sus mejores amigos. Fue el inicio de una aventura que acabó el pasado sábado.

Y comenzó de la mejor manera posible. El 8 de febrero de 2012 debutó en Liga Asobal, anotando dos goles, ante Naturhouse, en la victoria marista por 38-27. Además, fue campeón de España con Castilla y León, también campeón nacional en León por clubes con el Ademar siendo designado mejor jugador del torneo y campeón de Europa con España en verano. «Pensaba: ha sido mi mejor año. Pero luego todo fue a más. Pude jugar con jugadores galácticos en el Ademar», añade.

Entre todos los momentos, se queda con el campeonato de España con el Ademar. «Era en el Palacio, antes de de uno de los últimos partidos de Liga Asobal ante el Barcelona», afirma.

Meses después, en verano, vivió otro gran momento en el Campeonato de Europa de Austria. Allí sufrió un pequeño accidente: «celebrando que pasábamos a semifinales tras ganar a Dinamarca, Mario López saltó sobre mi y me dio un golpe en la ceja. Le dije: 'vayo golpe me has dado, Mario' y él me respondió: 'y tanto, estás sangrando'. Me había abierto la ceja», recuerda.

Y es que tiene una relación especial con Mario López. «Somos como hermanos. Me cogió con 16 años y me enseñó todo León. He estado siete años con él, prácticamente doce horas al día. Hemos tenido buenos y malos momentos, como todos, pero me lo llevaría a donde sea como amigo», añade.

Asentado en el primer equipo

En la temporada siguiente, con Manolo Cadenas, se asentó en el primer equipo marista: «quería jugar más minutos, pero pensaba que iba a alternar el filial y el primer equipo no, me hizo ficha con el primer equipo y, desde ahí, crecí mucho más para convertirme en lo que hoy soy».

Y, después, hace dos temporadas, capitán del Abanca Ademar tras ganar presencia en el equipo. «Rafa Guijosa confió en mi, pero hablé con Carou y Juanín, porque se merecían más ser capitán que yo. Ambos estuvieron de acuerdo y fue una etapa sin problemas, porque el vestuario es una piña y no ha habido problemas», sostiene.

Y ahora llega el momento de su despedida, tras un adiós «emocionante» en el Palacio. «Te sientes orgulloso de ese apoyo social, de que te demuestre cariño la mejor afición de España», afirma. Y recuerda la época mala del Ademar, que fue «dura porque estamos acostumbrados a ganar» pero de la que se salió «bien».

Sus puntos fuertes, destaca, son la «versatilidad» y su punto débil «el físico». «Este verano me tocará mucho gimnasio porque no soy un pivote de dos metros y, si quiero ganarme el puesto, lo necesitaré», explica. Tampoco lo son los siete metros, dice bromeando, ya que ha tenido un «pique» con Diego Dorado, segundo entrenador del Abanca Ademar con el que tiene «mucho feeling» ya que han compartido «seis años». «Pero cuando llegue a Francia, me meteré en la fila de especialistas en penaltis», añade.

Despedida «sin querer irme»

«Me estoy despidiendo de algo que no quiere dejar, me quedaría, pero por circunstancias me tengo que ir», explica Piñeiro que «seguirá siendo del Ademar, siempre será mi equipo». «En Francia no viviré una etapa tan especial como aquí. Me encantaría ser el mejor pivote del mundo y trabajaré por ello», promete.

Y abre la puerta a volver pronto. «Me encantaría regresar al Ademar. El club me ha dicho que tengo las puertas abiertas y eso es algo muy especial», concluye.

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