Espíritu ganador

Sin pisar el acelerador a fondo, pero con seriedad, el Ademar ha vuelto a la Asobal con victoria. El conjunto leonés ha vencido 34-28 a Teucro y sigue metiendo presión a Granollers, su próximo rival, para alzarse a la tercera plaza.

El Ademar comenzó muy fuerte el partido ante una defensa curiosa, ya que el Teucro colocó un 6-0 ciertamente adelantado. Para evitar sorpresas y espantar fantasmas de las malas tardes en el Palacio, los maristas empezaron con un parcial 3-0 sustentado en una buena defensa y dos grandes contraataques.

El Teucro no se dio por vencido y no permite a los locales marcharse en el marcador. La fórmula para igualar el partido fue darle al Ademar de su propia medicina. Un juego trepidante bloqueó a los maristas, que abandonaron su estilo habitual para tratar de atacar con más paciencia y lentitud.

Las ofensivas leonesas no llegaban a buen puerto, diezmadas por la ausencia de su máximo goleador, Vieyra. Ante la ausencia del argentino, la primera línea leonesa la componían tres diestros, Acacio, Leo Santos y Juanjo Fernández, siendo los dos brasileños quienes se alternaban como lateral derecho.

La revolución de Rodrigo

El ataque del Ademar estaba enquistado, y el barco marista necesitaba alguien que le sacase del fango. Guijosa decidió tocar el timonel y Rodrigo entró en lugar de Acacio. Fue un acierto total, ya que la electricidad del canterano rompieron el choque. Tres goles consecutivos colocaron con cuatro goles de renta a los locales.

Esto ocasionó que Guijosa pudiera probar cosas distintas. Y así lo hizo, ya sea para no gastar mucho a los jugadores fundamentales de cara al partido ante Granollers o para dar ritmo de competición a todos,. El madrileño realizó más rotaciones en el siete ademarista de las habituales, siendo especialmente sorprendente la entrada de Jaime Fernández en lugar de Juanín García. El extremo juvenil agradeció la confianza en forma de gol para poner la máxima renta del partido, cinco goles.

Pero no todo lo que bien empieza, bien acaba. Los últimos cinco minutos del Ademar destacaron por la relajación y el dejarse ir de los maristas, especialmente en defensa. Un parcial de 1-4 en este tramo final de la primera parte dejó el marcador en 14-12 para el cuadro de Guijosa.

La defensa rompe el partido

Tras el paso por vestuarios, la tónica parecía la misma. Hubo un pequeño atisbo de sublevación gallega, que se colocó a un gol de los maristas, pero al Ademar no le tembló el pulso. Los maristas se volvieron a colocar tres arriba, pero las sensaciones no eran buenas. Los de Guijosa estaban pasando por su mal tramo de partido habitual, en el que la defensa no funcionaba y el ataque no estaba demasiado preciso.

Diez minutos de 'caraja' tuvieron los leoneses que, a partir de ese momento, comenzaron a crecer paulatinamente. La defensa empezó a cerrar mejor y Cupara tocó más balón. Esto maniató a los pontevedreses que, pese a su espíritu de lucha para seguir pugnando por el triunfo pese a ir siempre por detrás, no pudieron aguantar este arreón maristas.

Los goles caían incesantemente, llegando a los ocho de ventaja. Cuando el ataque estático se atascaba, la solución era, como durante todo el partido, un Piñeiro en estado de gracia que siempre encontraba el camino al gol. Con el partido prácticamente en el bolsillo, Guijosa volvió a dar minutos a los menos habituales ya pensando en el Granollers y firmar el definitivo 34-28 antes de hacer su 'all-in' particular este sábado en busca de la tercera plaza.