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María Frías.
«Las chicas asumen que los celos son amor, y eso es involución», lamenta María Frisa

«Las chicas asumen que los celos son amor, y eso es involución», lamenta María Frisa

Con la primera pareja de inspectoras del género, la psicóloga se pasa a la novela negra tras ser «linchada» en internet

Viernes, 16 de febrero 2018, 00:02

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«Lejos de progresar, en la lucha contra el machismo, los abusos sexuales y la violencia de género hay involución». Lo asegura y lo lamenta María Frisa (Barcelona, 1969), autora de 'Cuídate de mí' (Plaza & Janés). Es la primera incursión en la novela negra de esta psicóloga y autora de libros infantiles que conoció la peor cara del ciberacoso, tema que aborda su novela, con un campaña que satanizó su libro '75 consejos para sobrevivir en el colegio' por presunta apología del 'bullying'. Con todas las cautelas, mantiene Frisa su presencia en Twitter y Facebook «al ralentí», lamentando que a menudo «la red sea un inmenso basurero».

«Ahora las chicas asumen que los celos son amor, que si los chicos no son celosos es que no las quieren», dice horrorizada. Conoce bien el terreno, ha dado que da charlas en colegios y se relaciona a menudo con adolescentes. «En vez de evolucionar, vamos a peor», repite. «Cuando empecé a escribir la novela no podía imaginar que se dieran casos como el de 'La Manada', así que creo que me he quedado corta». «Vamos para atrás y bien que lo lamento», reitera la escritora, recordando un dato de escalofrío: «Hay casi un feminicidio por semana».

Frisa se pasa a la novela negra con una inédita pareja de investigadoras -la subinspectora Berta Guallar y la inspectora Lara Samper- que trabajan en los servicios de atención a la mujer de la Policía de Zaragoza inspiradas «en profesionales reales» que conoció la escritora. Ha necesitado ocho años de trabajo e investigación para armar una terrible historia en torno al asesinato de un joven acusado de la violación de una adolescente, puesto en libertad por falta de pruebas y cuyo cadáver aparece calcinado.

Su mente se puso en marcha cuando una amiga le planteó algunas cuestiones sobre violaciones y se topó «con esos jueces que preguntan a la violada si cerró las piernas con fuerza». Aborda la culpa de la víctima -«decir 'no debería haberme vestido así', 'no tenía que haber bebido', o 'no me supe defender' son frases atroces»- pero también cómo «la violencia afecta al agresor, además de a la víctima, y cómo el entorno del violador queda destruido».

Techo de hormigón

«En la policía existe el mismo machismo que en algunos jueces y en casi todos los ámbitos de la sociedad. Si repasamos la lista de comisarias, sentiremos el mismo estupor que al revisar la de académicas, premios Nobel y Cervantes o presidentas de grandes corporaciones», plantea. «No es que las mujeres tengamos un techo de cristal, es que ese techo es de hormigón y parece irrompible», asegura.

Su investigadora Berta es madre y tiene dificultades para conciliar trabajo y familia. Lara es psicóloga, un 'bellezón' que ha sufrido el machismo en carne propia para alcanzar su puesto de inspectora. Ambas se enfrentan al caso «más difícil de su carrera». «Deben resolverlo evitando que sus contradictorios sentimientos sobre la naturaleza del delito se entrometan en la investigación», destaca. «Son mujeres reales, muy alejadas de los arquetipos del género negro. Huyo del tópico y el estigma de la mujer como víctima tan habitual en el género», dice.

Berta sufre ciberacoso por un caso de pederastia mal resuelto. Frisa lo padeció, acusada de favorecer el acoso escolar y el machismo con sus '75 consejos'. «Sentí una mezcla de frustración, impotencia y miedo de las que no me habría repuesto sin el apoyo de mi familia y mis editores y el respaldo de los medios y de la comunidad literaria», explica. «De alguna manera vuelco esos sentimientos en la novela», reconoce. «Recibía más de cien mensajes insultantes al día, algunos deseando que reventaran a mis hijos a patadas en el patio del colegio», lamenta. «Estuve fuera de las redes y ha vuelto, pero exclusivamente con perfil profesional».

«Si no tomamos más conciencia como sociedad, la lacra de la violencia de género seguirá. Casi mil mujeres han sido asesinadas por sus parejas y exparejas en los últimos quince años», hace notar. «Hay que invertir más en prevención y educar en los colegios y en la familia dando ejemplo. No podemos ser como esos padres que dicen a sus hijos que leer es fantástico pero que jamás abren un libro». «Si un niño ve machismo en su padre, lo más normal es que él lo desarrolle», apunta Frisa. Licenciada en Psicología Clínica y Trabajo Social, se hizo popular con la serie '75 consejos', de la que ha vendido más de 150.000 ejemplares.

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