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Antonio Gamoneda clausura la III Conferencia Estatal de la Cultura.
Literatura contra la exclusión social

Literatura contra la exclusión social

Antonio Gamoneda plantea que las instituciones «patrocinen» actividades acordes a los gustos de los adolescentes como el rap, el graffiti, el 'spoken word', los tatuajes o el rock

ical

Viernes, 10 de marzo 2017, 15:31

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El poeta leonés y Premio Cervantes Antonio Gamoneda aprovechó este viernes la clausura de la III Conferencia Estatal de la Cultura, celebrada en Valladolid, para apostar por una gestión cultural humanista que permita rescatar a los jóvenes desempleados y en situación premarginal de la exclusión social, la drogadicción y la delincuencia. De ahí que propusiera que las instituciones públicas «patrocinen» actividades acordes a los gustos y vocaciones de este colectivo con el ánimo de buscar su satisfacción y, en definitiva, mejorar su vida. No en vano, precisó que la falta de oportunidades lleva a estos jóvenes a una «insatisfacción» y a buscar «compensaciones» que les acercan a la marginalidad y hacia actitudes «desastrosas» que crean tensiones y violencia.

Gamoneda citó, según declaraciones recogidas por la Agencia Ical, actividades como el graffiti, el rap, el 'spoken word' (perfomance poética), el rock, el teatro, los tatuajes, el culturismo, el atletismo y la artesanía «actualizada». Ante un grupo nutrido de gestores culturales de numerosos puntos de España, el poeta dejó claro que la nueva orientación que propone no excluye la gestión cultural «tradicional» pero abrió una nueva «concepción» de la cultura. Y es que recordó que la cultura tiene su razón de ser para actuar sobre la vida y «hacerla mejor».

En ese sentido, apuntó que si estos jóvenes reciben estímulos culturales no llevarán a cabo actos propios de la delincuencia y la drogadicción. Frente a esos estímulos, habló de que las administraciones tienen «convicciones conservadoras» que impiden desarrollar estas políticas. Y eso que, precisó, son actividades que no requieren «demasiado» coste al realizarse en espacios «razonablemente adecuados».

Antonio Gamoneda planteó atraer en una localidad o barrio a grupos y personas «en peligro de automarginación», sobre todo jóvenes desempleados que tampoco estudian. De ahí que solicitara la colaboración de ayuntamientos, fundaciones y obras sociales de entidades para ofrecer medios y que estas personas puedan realizar «con plena libertad» una afición que tengan o que les gustaría tener. Valoró que los gestores no pueden «limitar» o «modificar» la forma en que los jóvenes entienden su vocación o afición.

Consideró que esta implicación de los jóvenes disminuirá su «ociosidad» e «insatisfacción». Para ello, planteó contar con colaboradores y aficionados «relevantes» de las actividades planteadas en lugar de acudir a profesores. Además, los gestores serán los encargados de «convencer» a las instituciones para implantar esta perspectiva humanista, pensando en la utilidad social pero sin olvidar la vertiente cultural. También, deberán ser «mediadores» para llevar a cabo estas nuevas propuestas, ya sea a través de la orientación, la reorientación y la observación.

La presidenta de la Federación Estatal de Asociaciones de Gestores Culturales (Feagc) , Ana Velasco, defendió la necesidad de seguir trabajando en la profesionalización del gestor cultural y dar la oportunidad a las personas que, actualmente, reciben formación. Citó la importancia del Libro Blanco pero también el observatorio puesto en marcha para mejorar la profesión.

«Elemento socializador»

La clausura oficial, que tuvo lugar en el Centro Cultural Miguel Delibes, corrió a cargo del alcalde de Valladolid, Óscar Puente, quien, en cierto modo, se consideró un gestor cultural por su obligación de adoptar decisiones en la materia. Recordó su época de estudiante de Arte Dramático y de actor profesional por lo que se sintió «parte de este mundo cultural».

En la línea de lo expresado por Gamoneda, al que calificó de «sabio», el alcalde defendió una cultura que llegue al mayor número de personas ya que es un elemento «socializador» que aleja las conductas delictivas. Además, huyó de la tendencia actual tan extendida de que todas las conductas nocivas se solucionen con las sanciones y las multas. «La cultura no nos pertenece y no puede ser un producto para unos pocos», concluyó.

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