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Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, en una escena de 'Revolutionary road'.
Por qué no hay que buscar un amor de película

Por qué no hay que buscar un amor de película

Puede que la culpa de tus fracasos amorosos sea de las comedias románticas. Este San Valentín, otro cine es posible

carlota ezquiaga

Sábado, 11 de febrero 2017, 00:22

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San Valentín está a la vuelta de la esquina, y va a ser difícil no darse por aludido. Con los escaparates teñidos de rojo y Ryan Gosling y Emma Stone cantándose canciones de amor en cartelera (a pesar del filtro de amargura que subyace bajo el romance hollywoodiense, parece imposible huir del amor empalagoso de La la land), hay dos opciones: encerrarse en casa con televisión, móvil y router desactivados o intentar afrontarlo con dignidad.

La buena noticia es que hay una resistencia. Para los escépticos, los cínicos y los del corazón roto, si se busca, puede encontrarse alguna película que desconfíe del amor como único fin en la vida y solución a todos los problemas.

Porque ya no es solo cuestión de gustos: hay estudios que confirman que las comedias románticas pueden ser nocivas para el público. Según una investigación de la Universidad de Michigan, estas cintas pueden aumentar la tolerancia al acoso. Si en casi cualquier contexto sería (como mínimo) problemático contratar a un investigador privado para encontrar a una cita del instituto de hace casi diez años o volar a la otra punta del país para declararse a una mujer que ha dejado claro en numerosas ocasiones que no está interesada, dice Julia R. Lippman, autora del estudio, en el universo cinematográfico, estos grandes gestos románticos se ven a menudo como signos inequívocos de amor verdadero. Ahí están los casos de Algo pasa con Mary o Management, respectivamente.

Este género, principalmente dirigido a las mujeres, es especialmente dañino para ellas. Su rol es casi siempre pasivo, nunca es conquistadora, sino que siempre es objeto de deseo, y tiene que venir un hombre a salvarla. Su objetivo en la vida es encontrar el amor, que completa su vida.

Confirmado: no pasa en la vida real

También son problemáticas porque crean expectativas poco realistas, sobre todo entre los más jóvenes. En una investigación de la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo analizaron 40 películas románticas de Hollywood de entre 1995 y 2005, y concluyeron que tienen influencia en la percepción del amor y de las relaciones en su audiencia. Descubrieron que muchos de los problemas que se trataban en terapia de pareja tenían su origen en las expectativas concebidas a partir de comedias románticas. Mucha gente parte de ideas como que su pareja debe saber lo que quiere sin decírselo en voz alta, o que hay un alma gemela predestinada.

Y tener esa imagen de las relaciones es peligroso, entre otras cosas, porque no es realista, al menos estadísticamente. Según un estudio llevado a cabo por la web de citas Sapio, los temas que tratan estas películas no se corresponden con las experiencias de la gente en la vida real. Analizaron las 150 películas románticas más taquilleras de Estados Unidos, y descubrieron que 100 de esas 150 contenían los tres clichés más usados: el amor improbable, donde los protagonistas son antagónicos; las falsas identidades o los engaños y las historias en las que el interés romántico cambia a lo largo de la trama. El tema favorito de los usuarios era el amor a primera vista, seguido por el amor improbable y las historias de engaños, y el 85% dijo ser consciente de que las comedias románticas eran poco realistas.

Ese 85% tenía razón: las cifras reales no tienen nada que ver con las comedias románticas. El 66% de las personas encuestadas por Sapio declaró estar en una relación con alguien que consideraban opuesto a ellos mismos; en el cine, un 30% de las películas tratan el amor improbable. El amor no correspondido, que había sido experimentado por el 78% de los encuestados, solo aparecía en el 6% de las películas. Sin embargo, la mayor discrepancia fue el tema de las citas por internet: el 48% de los preguntados lo había probado, pero solo aparecía en una de las 150 películas (Tienes un email).

El horizonte parece un poco negro en este sector en el que incluso las supuestas anti-heroínas románticas (con Bridget Jones a la cabeza, claro) terminan encontrando el amor, pero es posible buscar representaciones más sanas de las relaciones.

Películas anti-románticas

Los que estén preparados para salir destrozados y sin ningún tipo de fe en el matrimonio pueden empezar por Revolutionary Road (Sam Mendes), donde Leonardo DiCaprio y Kate Winslet vuelven a reencontrarse tras Titanic para terminar con un destino igualmente trágico. Una historia de lo que viene después del final feliz; y una crítica al sueño americano, a la falsedad de la sociedad en la que vivimos y, por qué no, a todo lo que está detrás del matrimonio y de nuestra idea del amor.

Para los que, huyendo de tópicos y de utopías inalcanzables, sí buscan una historia de amor a pesar de todo, la pesimista, ácida y brillante visión del guionista Charlie Kaufman es un valor seguro. En Olvídate de mí (Michel Gondry), otra vez Kate Winslet, pero una radicalmente diferente a la anterior, trata de borrar de su mente a su ex-amante, interpretado por Jim Carrey. Y es mejor no saber mucho más de la película antes de verla. En Her de Spike Jonze, un hombre se enamora de un sistema de inteligencia artificial, una especie de Siri con conciencia propia. Y Anomalisa, dirigida por el propio Kaufman, es una joya de animación sobre la soledad y la imposibilidad de intimar con las personas.

Sin embargo, no hace falta irse hasta Hollywood para encontrar anti-comedias románticas: Leticia Dolera y sus Requisitos para ser una persona normal son un perfecto ejemplo nacional. Escrita, dirigida y protagonizada por la propia Dolera, Requisitos refleja, en formato rom-com, eso sí, la crisis de los treintaitantos; lejos de tener personajes perfectos, es un canto a la diferencia.

Pero quizá el lugar en el que más ha florecido este género sean las series: parece que lo que los millennials buscan son comedias románticas que huyen de los tópicos. Crazy ex-girlfriend se ríe, entre otras cosas, del papel de las mujeres en este género. También se ríe Lena Dunham en Girls, con cuatro protagonistas femeninas con sus contradicciones, sus problemas y sus narcisismos. Las parejas disfuncionales triunfan: los protagonistas de Love o de Eres lo peor son ineptos sentimentales que tienen todas las papeletas para fracasar en sus relaciones. Y sin embargo, al final, incluso las películas anti-románticas lo dicen: siempre hay un roto para un descosido. ¿Nos engañan?

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