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Leopoldo María Panero.
Panero no encuentra la paz

Panero no encuentra la paz

La familia del poeta Leopoldo María Panero espera sus cenizas para darles sepultura en Astorga | Dos años y medio después de su muerte, prosiguen los trámites legales para recibir sus restos

ical

Sábado, 27 de agosto 2016, 11:58

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Leopoldo María Panero, el hijo mediano del poeta astorgano Leopoldo Panero (1909-1962), nacido en Madrid en 1948, falleció en marzo de 2014 en la Unidad Psiquiátrica -donde permanecía ingresado desde hacía varios años- del Hospital Juan Carlos I de Las Palmas de Gran Canaria, ciudad a la que se trasladó en 1997. Desde entonces, su familia -cinco primos carnales son los parientes vivos del autor- espera recibir sus cenizas.

María del Rosario Alonso Panero es una de las primas de Leopoldo María Panero y mantiene firme su voluntad de conseguir los restos del autor para depositarlos, junto a los del resto de la saga, en el panteón familiar de Astorga. Las gestiones para conseguir ese objetivo se llevan a cabo desde entonces, hasta ahora sin éxito, aunque Rosario se muestra optimista y cree que pronto habrá avances.

En breves fechas mantendrá un encuentro con el abogado que les asesora en un asunto con el que han encontrado el rechazo frontal del centro en el que se encontraba ingresado Leopoldo María, quien estaba inhabilitado desde hace tiempo, por lo que tenía nombrado un tutor. Lo que queremos son las cenizas para tenerlas en el panteón familiar y nos dijeron que no. Que tenemos que demostrar que somos la familia. Es una cosa surreal. La gente sigue esperando que Leopoldo María venga a Astorga, señaló a Ical.

Esa labor es la que encalla el avance del proceso, dado que no han logrado, hasta la fecha, localizar el certificado de defunción de Felicidad Blanc, madre del autor, que murió en el hospital público de San Sebastián en 1990 cuyo cuerpo se incineró en Bilbao. Confía en que el certificado de nacimiento que han solicitado les acerque más a su propósito, para poder llevar a cabo la correspondiente declaración de herededos, vía notarial.

«Los editores Charo Fierro y Antonio Huerga ya atestiguaron que éramos la única familia que le quedaba a Leopoldo María. Nos ha sido imposible conseguir el certificado de defunción de mi tía, hemos estado indagando y estamos a la espera de ese certificado», detalla. En medio de ese proceso, Rosario recogió, a principios de este verano, el título de Hijo Adoptivo de la ciudad, que le concedió al malogrado poeta Las Palmas de Gran Canaria. «Tenemos ilusión de que un futuro se done y quede constancia», señala sobre ese reconocimiento.

Sobre su primo afirma que «era muy cariñoso y amable, un gran poeta y ayer mismo me emocioné porque íbamos por la calle, en Astorga, y un señor que es sacerdote me contó que había estado en su sepelio, aunque no coincidimos con él. Fue a recitar tres poemas, dos del padre y uno de él. Me habló maravillas de mi tío Leopoldo», afirma. También alude a José Moisés Santiago Panero Blanc, Michi, «que era cultísimo... el gran desconocido de la saga de los Panero. Fue una pena porque fue el pequeño y su carrera literaria se truncó», lamenta.

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