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Una de las ilustraciones de Luis de Horna expuesta en el Patio Herreriano.
Los iluminadores del ‘baby-boom’ español

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El Patio Herreriano acoge la exposición ‘Cambio de luces’, el recorrido por la obra de once ilustradores de la generación de los setenta

Victoria M. Niño

Jueves, 23 de junio 2016, 13:46

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Marcaron el gusto estético de los ilustradores que hoy pueblan los álbumes de las últimas dos décadas. Sus abuelos en el oficio abrieron las posibilidades estéticas y narrativas de un arte tenido por menor en los setenta y ahora puede verse en la exposición Cambio de luces. Ilustración española de los setenta que se ha inaugurado en el Museo Patio Herreriano.

Organizada por el Museo ABC y comisariada por Felipe Hernández Cava, la muestra ha recopilado originales de José Ramón Sánchez, Fina Rifà, Pilarín Bayés, Asun Balzola, Manuel Boix, Miguel Calatayud, Luis de Horna, Miguel Ángel Pacheco, Karin Schubert, Carme Solé Vendrell y Ulises Wensell. La sala 1 del Herreriano alberga 114 obras de estos once artistas.

Hernández Cava señala que es más «que una exposición de dibujos para niños», por cuanto es la expresión de una generación que defendió su «trabajo siendo el mejor artesano posible», por cómo habla de su cercanía «al arte pop y su renovación», por el empeño en «cambiar la sensibilidad de los lectores, la importancia educativa de su trabajo» y por el resultado, «la transformación del gusto estético popular de un país». Además fue «la primera generación que crea una asociación para proteger sus derechos; que aparezca su nombre n la portada de los libros, que cobren derechos de autor en futuras reediciones y ventas a segundos países».

Tras ser expuesta en el Museo ABC de Madrid, Valladolid es su segunda parada y esta inauguración estuvo presente Luis de Horna, el único dibujante castellano y leonés de la selección. El artista salmantino consideró que «el ilustrador debe ser una artista y una persona honesta». Su cometido, «realizar imágenes que complementen el texto, lo que es una contradicción ya que es solo la interpretación que un lector hace del texto, condicionando así la imaginación del destinatario, del lector. Por eso digo que la mejor ilustración es la que no se hace porque de alguna manera la ilustración frustra la imaginación de los niños. Por otro lado, tienen la capacidad de educar el gusto de los niños, mostrarles s nuevas formas, técnicas y autores que cuentan otras cosas».

El comisario destacó que la exposición es un testimonio de la Transición y de una nueva manera de enfocar la infancia. Podrá verse hasta el 16 de octubre.

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