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El corral de concejo de Redipuertas. Peio García
El último corral de concejo

El último corral de concejo

En Redipuertas se puede encontrar el que se cree que es el único de estos espacios de reuniones que se conserva en la provincia de León

S.Gallo

Sábado, 30 de diciembre 2017, 12:17

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Los concejos o reuniones a las que se convocaba a los vecinos del pueblo para abordar algún tema de interés para la población parecen ser cosa del pasado, al menos en la manera en que se desarrollaban antiguamente. Se llevaban a cabo en lugares muy diversos, en ocasiones simplemente donde se podía. Sin embargo, lo más habitual es que se desarrollaran en el atrio de la iglesia, en las denominadas casas de concejo, en las eras e incluso bajo los árboles centenarios como podía ser el caso del Negrillón de Boñar (León), ejemplares que se habían conservado en los diferentes pueblos.

Muchos de estos lugares han quedado en el olvido con el paso del tiempo, aunque en el caso de Redipuertas, el Ayuntamiento de Valdelugueros está poniendo en valor el corral de concejo que aún se conserva y que ha querido recuperar con la funcionalidad primigenia que tenía. Se encuentra a la entrada del pueblo, en el acceso a la Ruta de las Cascadas, una de las sendas que también se ha querido impulsar desde el municipio, donde es posible ver un recinto formado por piedras y prácticamente cercado.

Lo que sigue resultando singular, al menos arquitectónicamente, es el hecho de que un espacio dedicado a estas reuniones estuviera acotado, porque los conocedores en la materia insisten en que habitualmente este tipo de reuniones de los concejos se llevaban a cabo en las propias iglesias o en torno a un árbol. Esos concejos todavía se conservan de forma testimonial y sobre todo en algunas poblaciones de menos de un centenar de habitantes, aunque se trata más de un órgano consultivo que otra cosa.

Aunque no tiene demasiada significación arquitectónica, sí se quiere dar un significado importante a este lugar donde se reunía tradicionalmente el concejo. Como tal, tampoco tiene una gran relevancia histórica, si bien se estima que podría datar incluso del siglo XVII, que era un momento en el que los concejos tenían realmente vigencia, dado que sus funciones las asume en la actualidad la junta vecinal o el propio ayuntamiento de cada lugar.

Peio García
Imagen principal - El último corral de concejo
Imagen secundaria 1 - El último corral de concejo
Imagen secundaria 2 - El último corral de concejo

Se cree que es el único caso de estas características que se conserva en la provincia de León, lo que lo convierte en un enclave pintoresco, sobre todo si se tiene en cuenta que, dada la zona en la que se encontraba, se tiene constancia de que ese espacio, delimitado por una valla de piedra en seco, servía también para administrar el Concejo de la Mesta y allí se cree que se llevaban a cabo las transacciones comerciales, los sorteos de pastos y otras actividades, de ahí que tuviera un muro delimitando el espacio.

Hay quien lo ha llegado a relacionar con las civilizaciones celtas y más concretamente con la posibilidad de que se tratara de algún lugar de culto, aunque todo apunta a que no hay ninguna vinculación al respecto y es algo prácticamente descartado por los expertos, quienes apuntan a que la intención de dar cierto carácter de leyenda o de antigüedad a un lugar por parte de los propios vecinos de los pueblos podría estar detrás de este tipo de rumores.

Proceso de recuperación

Anteriormente había un merendero en ese espacio y la Diputación de León, consciente de que ese lugar no podía dedicarse a actividades lúdicas de ese tipo, decidió invertir en su acondicionamiento, en un primer lugar consolidando los muros, que tienen forma oblonda y no levantan más de un metro de altura, para que no se siguiera deteriorando con el paso de los años.

También se hicieron unas entradas en madera con forma de zigzag para evitar la introducción de instrumentales de cualquier tipo. Lo que se quería desde el Ayuntamiento de Valdelugueros, al que pertenece Redipuertas, era recuperar ese espacio con la funcionalidad primigenia que tenía y al menos se quiere destinar para celebrar una vez al año la denominada ‘borrega’, que es la costumbre de comer de forma comunitaria una oveja, algo que tiene su origen en la organización de la Mesta, cuando los pastores obsequiaban a los pueblos con una res al final del verano.

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