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Las condiciones biológicas y la temperatura del agua retrasan la temporada de pesca en León dos semanas

La finalización de la campaña está fijada para el 31 de julio, según la orden que regula el desarrollo de la campaña de pesca en Castilla y León para este año

ICAL

Sábado, 10 de marzo 2018, 12:07

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La temporada de pesca de la trucha arranca el próximo sábado 17 en el sur de la Comunidad- en las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia y Valladolid-. Las previsiones iniciales apuntan a que pueda ser «una buena temporada», aunque todo dependerá de que se registren caudales «aceptables» en los ríos de Castilla y León si las condiciones climatológicas siguen siendo similares a las de las últimas jornadas.

Las condiciones biológicas y la temperatura del agua harán de nuevo que el inicio de la temporada se retrase dos semanas más, al 31 de marzo, en el resto de las provincias, es decir, Burgos, León, Palencia, Soria y Zamora. La finalización de la campaña está fijada en ambos casos para el 31 de julio, según la orden que regula el desarrollo de la campaña de pesca en Castilla y León para este año.

Después de una época de sequía prolongada en la que hubo que declarar la veda por cuestiones biológicas, si continúa lloviendo y los ríos siguen recibiendo agua «de forma regular» hasta tener niveles «aceptables», se augura una buena temporada de pesca en Castilla y León. Sin embargo, y dadas las temperaturas, se prevé que las jornadas de pesca sean «menos entretenidas» al inicio, aunque todo dependerá de las condiciones climatológicas que se registren próximamente, lo que condicionará el nivel de actividad, algo que también será diferente en las distintas zonas y para ser en el sur «más favorable».

Entre las novedades contempladas para la nueva temporada de pesca se encuentra la limitación del cupo en el caso de los ciprínidos (barbos, bogas, bordallo, cacho y madrilla). Para no perjudicar a las poblaciones en su etapa prerreproductora, durante los meses de abril y mayo el cupo de pesca de estos ejemplares será cero, de manera que aquellos de estas especies que pudieran capturarse, tendrían que ser devueltos al agua de forma inmediata, procurando ocasionarles el mínimo daño en su manejo. El resto de meses será de seis ejemplares de cada especie por pescador y día.

En el caso exclusivo de la trucha, se establecerán tallas mínimas que, en las aguas de acceso libre no trucheras será de 21 centímetros, donde podrán pescarse dos ejemplares por pescador y día, tan solo durante el periodo hábil de la trucha, mientras que en las aguas de acceso libre sin muerte de ciprínidos, el cupo será cero. Fuera de este tiempo, los ejemplares de trucha común que pudieran capturarse se devolverán al agua de forma inmediata cualquiera que fuera su talla, tal y como recoge la disposición publicada en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl).

Desde la Federación de Pesca de Castilla y León se apunta a unas expectativas «buenas» para esta campaña si bien reconocen que «hay muchas cosas que mejorar». Aunque puede cambiar algún tramo de río, la normativa es “parecida” a la de años anteriores. Como suele ser habitual, la climatología afectará en los primeros días de la campaña y no se espera pescar demasiado por el nivel del agua, algo que se confía en que vaya mejorando con el tiempo, declaró a Ical el presidente de la federación, Carlos Campelo.

Y todo ello a pesar de las lluvias de los últimos días, en especial en provincias como Ávila o Salamanca donde, de no haber sido por estas precipitaciones, habría ríos que no tendrían agua. Este hecho no hizo temer por el arranque de la campaña a tiempo, pero sí porque pudiera cortarse y no llegase hasta el mes de julio. Esta situación va «de la mano» en todas las provincias, si bien en la de León se encuentran «un poco mejor». Además, el deshielo se prevé que deje agua suficiente para toda la temporada y para que los ríos puedan bajar “altos”, aunque no tanto en el inicio del periodo de pesca como más adelante.

Número de licencias

El número de licencias ha caído de forma importante desde el año 2002. Si bien desde ese año, y durante toda una década, se registraron oscilaciones generalizadas, con incrementos llamativos en años como 2003, cuando el número de licencias creció en 16.111 hasta las 198.972, lo que supuso un 8,8 por ciento; o en 2007, cuando el número de licencias ascendió en 6.980 hasta los 202.010, que significó un aumento del 3,5 por ciento.

Sin embargo un año más tarde se contabilizó una caída importante, de casi 24.000 licencias -desde las 202.010 hasta las 179.022- que supuso el 11,8 por ciento. Datos similares se mantuvieron durante los siguientes años aunque desde 2012 la caída ha sido relevante, con una bajada del 54,9 por ciento, desde las 181.360 licencias hasta las 81.672 del año 2016. Sin embargo, el año pasado se contabilizó un ligero repunte de casi 3.000 licencias hasta las 84.546, lo que supuso un aumento del 3,51 por ciento, un dato similar al que se espera registrar este año, aunque por el momento desde la Junta de Castilla y León aseguran que no es posible facilitar datos fiables ni definitivos.

En relación a la aprobación de la nueva Ley de Pesca, que coincide con la fecha en la que empezó a bajar el número de licencias, Campelo apostilla que es una norma que «ha sido un beneficio del 100 por ciento para el río y para los pescadores» porque favorece «que los peces estén en el agua y se puedan reproducir». Además incide en que, a día de hoy, no se va a pescar una trucha para luego comerla porque «no compensa» sino que se va a pescar «por el mero hecho del deporte, no por el hecho de matar, que no es un disfrute, sino una lucha del animal y del pescador».

Ley de Especies Invasoras

El Real Decreto de 14 de noviembre de 2011 regula el listado y catálogo español de especies exóticas invasoras y establece medidas para prevenir su introducción y evitar su propagación. Entre las medidas incluidas se establece que, en caso de captura de ejemplares de estas especies por un particular, deberá proceder a su eliminación o retirada del medio natural. La normativa recoge que no podrán devolverse a las aguas los ejemplares capturados de ninguna de las especies así catalogadas, habrá que darles muerte inmediata, excepto en el caso del cangrejo rojo y señal, y que los animales pescados, una vez sacrificados, deberán retirarse del medio natural para su eliminación.

Desde la Federación de Pesca de Castilla y León consideran que este hecho, con peces como la trucha arco iris o la carpa, es «un poquito fuerte» al tratarse de especies «que están desde la época de los romanos» además de que son peces «que no han invadido a las especies autóctonas». Por eso, una de las pretensiones de los pescadores es que la norma pueda aprobarse este año porque «beneficiaría a mucha gente y a los puestos de trabajo» ya que generaría «miles de millones de euros» que hay en juego.

El colectivo reclama «consenso» y que se tenga en cuenta el medio ambiente porque «es nuestro beneficio, nuestro disfrute y nuestra forma de vida», recuerda Campelo. «En Castilla y León se podría vivir únicamente de la naturaleza, no sabemos lo que tenemos» porque la Comunidad dispone de la materia prima pero «no sabemos explotarlo», lamenta. Además, insiste en que la pesca es un sector que «mueve mucho dinero» y hay muchos pueblos que, de no ser por esta actividad «se habrían muerto».

«Habría que dejar de producir patatas y otros productos» que también llegaron de fuera, por lo que desde la Federación de Pesca de Castilla y León se reclama «un control y que se canalice» además de que haya un aprovechamiento, pero no que sean consideradas como especies invasoras porque «llevan aquí desde antes de los romanos», insiste el presidente de la entidad.

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