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De los tres fallecidos, Fernando Casquero (izquierda) era el alpinista que acumulaba más horas en la montaña. A la derecha, arriba, Rubén González. Abajo, Daniel Camarzana.
Un maestro y dos jóvenes expertos

Un maestro y dos jóvenes expertos

Fernando Casquero, un hombre de montaña de 46 años, lideraba en la cordada a otros dos escaladores con «suficiente experiencia» a pesar de su juventud

dani martínez

Miércoles, 26 de abril 2017, 10:45

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«Tu única limitación es tu propia motivación. Si estás realmente motivado, nada te detiene». Esa fue una de las últimas reflexiones que Dani Camarzana, El escalador de sueños, como hacía llamarse en su blog personal, uno de los fallecidos ayer en el accidente de montaña ocurrido en el Espolón de El Jiso, donde también perdieron la vida sus compañeros Fernando Casquero y Rubén González. Como en las salidas de los últimos meses a Valverdín-Pedrosa (León), el risco de Santibáñez (Palencia) y Peñacorada (también en la montaña palentina), este joven que compartía su afición por las ascensiones con el piragüismo llegó a Liébana convencido de que llegaría a la cima gracias a esa filosofía de vida que compartía con Rubén González, estudiante en la Escuela de Arte Superior de Diseño de Zamora.

El primero, que manifestaba su amor por este mundo en una web en la que iba detallando algunas de sus experiencias, tenía 19 años. El segundo, 21. A pesar de su juventud, en la Asociación de Montaña de Zamora (AMZ) a la que pertenecían aseguran que estos dos meritorios de la escalada acumulaban «suficiente experiencia» para afrontarse el reto. Mucho más estando acompañados por Fernando Casquero, uno de los nombres propios del montañismo y de la escalada en la provincia.

Expresidente de la AMZ, consideraba la actividad que amaba como el mejor lugar de encuentro con los amigos. Cuando no estaba fuera de casa y alquien quería encontrarle, sabía que sólo podía pillarle en un lugar:el tablón de la AMZ que los aficionados de la ciudad utilizan para sus entrenamientos.

«No podemos buscar seguridad en un deporte que no es seguro por su propia naturaleza y el medio en el que se desarrolla, pero sí podemos intentar minimizar los riesgos inherentes haciendo las cosas correctamente. Las licencias federativas y seguros de accidentes en montaña son necesarias y veo muy bien que se cobren los rescates. Nadie coge el coche sin tener su seguro en vigor, en la montaña debería ocurrir igual y si no el afectado correr con los gastos de dicho rescate», explicaba Casquero durante una conversación con uno de esos amigos que recogió el digital Zamora News. Una reflexión que con su fallecimiento en las montañas cántabras ha vuelto a pasar por la cabeza de sus compañeros.

El líder de esta expedición había participado en distintas ascensiones de primer nivel en varios continentes, pero la aventura que más le marcó fue subir la cara norte el Cervino, una de las montañas más famosas de Los Alpes, con su compañero Ramón Cifuentes. Allí pasaron tres días de actividad con muy malas condiciones climatológicas, poco hielo y rocas descompuestas y siempre la recordaba como la ocasión en la que pasó más miedo debido a las congelaciones sufridas. O el Yerupajá de Perú que coronó en 1998, un lugar «poco accesible con posibilidades remotas de rescate». A pesar de todo, ambos le dieron más suerte que Picos.

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