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Ángel Marcos, Francisco Sardón y Verónica Casado, en la hemeroteca de El Norte de Castilla. Gabriel Villamil

Solidaridad y talento

XXXV aniversario del Estatuto ·

La médico Verónica Casado, el fotógrafo Ángel Marcos y Francisco Sardón, portavoz de Cermi, analizan el pasado y el futuro de la región

El Norte

Valladolid

Viernes, 23 de febrero 2018, 19:50

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Una necesaria evaluación de estos 35 años de autonomía para mirar de frente al futuro; una comunidad marcada por la indefinición de sentirse España antes que nada y, a veces sin nada más; un territorio grande, envejecido y disperso con un potencial que su propia población no se cree. Personalidad y talento congelados. Estos son los territorios comunes en los que se encontraron en su diálogo sobre el pasado y el futuro de Castilla y León un fotógrafo, Ángel Marcos; el portavoz del sector de la discapacidad (Cermi), Francisco Sardón, y una médico de Familia, Verónica Casado.

Evolución social: Un buen momento para reflexionar y corregir

Una mirada al pasado ve, sin duda, evolución, grandes mejorías. En ello coinciden los tres participantes del encuentro, en ello y en la necesidad de parar un poco, valorar y redefinir.

–Ángel Marcos: ¿Cambiado? Mucho, en toda España. Desde ir a la fuente a por agua... en Medina del Campo hace 35 años no había agua corriente ni luz.... pero lo más llamativo es el cambio de mentalidad en toda España y hay que ser generosos con la memoria;pero se me antoja la necesidad de evaluar todo esto, de si la evolución ha sido suficiente o no.

–Francisco Sardón: En el sector de la discapacidad y social se ha mejorado muchísimo... en transporte público, las ciudades desde un punto de vista arquitectónico... hace 35 años ni siquiera se contemplaba la participación de las personas con discapacidad. Si querían estudiar no entraba en la cabeza de los legisladores ni en la de la propia sociedad. Y ni qué hablar del ámbito laboral. Era impensable incluso para la propia persona con discapacidad. Su entorlo veía como un ser pasivo, muy dependiente, sin actividad social. Se los escondía en casa no por vergüenza, por pudor que es un rasgo que conecta mucho con la personalidad del castellano. Vivían en los bordes de la sociedad, en la lateralidad.

–Verónica Casado: Tenemos que pararnos a reflexionar. Como decía Eugenio D’Ors, el ‘reposo para el repaso’ porque tenemos cierta tendencia a que como hay muchas cosas que nos molestan, a veces olvidamos de dónde venimos. Estamos en una sociedad donde probablemente la buena noticia no es noticia y trasciende lo malo y tenemos la sensación de que hemos hecho poco o mal y de que queda mucho por hacer y estamos intranquilos porque queremos hacer más;pero el avance es espectacular. Si yo me fijo en la sanidad del pasado era un sistema que no cubría a todo el mundo, con carencias, poco desarrollada y ahora está muy bien considerada fuera de España y los especialistas son requeridos en muchos sitios. Hemos conseguido mucho; pero a mí lo que me preocupa es esa sensación de que estamos en una meseta y esto se está acabando. Creo que el estado del bienestar hay que defenderlo a capa y espada. Hay que mantener lo que tenemos, dejar lo que está funcionando y no hagamos más experimentos. En sanidad, pocas bromas.

Verónica Casado, Fran Sardón y Ángel Marcos, en el hemiciclo de las Cortes.
Verónica Casado, Fran Sardón y Ángel Marcos, en el hemiciclo de las Cortes. Gabriel Villamil

El modelo: La cercanía como virtud y el clientelismo, como defecto

Si en algo coinciden estos tres puntos de vista es en quen las autonomías acercaron servicios.

–V. C.: Las autonomías han tenido sus cosas buenas y sus cosas malas. Imagino que cuando se optó por este modelo se pensaba en acercar, en responder mejor a las necesidades de los ciudadanos. Eso en principio está muy bien; pero hay que preservar la equidad. Si buscas equidad y hay 17 comunidades tiene que haber cohesión y calidad. No puede haber 17 tarjetas sanitarias, 17 historias clínicas, servicios y ofertas diferentes y hasta distintos calendarios vacunales, me genera dudas. Me parece bien que lo acerquemos, pero siempre huyendo de los clientelismos porque lo de fraccionar genera incremento de costes y si lo acercas te adaptas a los problemas y necesidades; pero también dependes de determinados intereses que igual no son los mejores. El papel que debería jugar el Ministerio de Sanidad no se ha cumplido. Tiene que ser rector de un sistema de calidad y no siempre es así. Hay que cuidar mucho el sistema y más con el envejecimiento, la cronicidad, la polimedicación... parece que ahora todo depende de los medicamentos y mucho tiene que ver en realidad con el estilo vida. Las autonomías tienen buenas cosas; pero también es necesario que haya unos mínimos garantizados con un ConsejoInterritorial muy potente.

–F. S.: Coincido con Verónica en que lo que aportan las autonomías es la creación de un sistema más cercano y con una mayor capacidad de reacción. Ha sido positivo para España, había que recoger la idiosincrasia de unos territorios muy dispares. El sistema de las autonomías es además un modelo vivo, en permanente evolución, también hay que ver países con sistema similares como EE UU o Alemania que tienen un bagaje en cuanto esta forma con mayor experiencia y quizás haya que seguir aprendiendo. Hay que ver lo que merece la pena mantener, no podemos volver a perder derechos fundamentales comunes y no puede haber las diferencias que hay por ejemplo en Dependencia donde las prestaciones y ayudas económicas de Murcia son muy diferentes a las de Canarias o a las de aquí. Cambias de autonomía, pierdes derechos... ahí no hemos ganado. Tendría que haber unos ejes de obligado cumplimiento y hay también en este ámbito diferentes formas de entender el copago, los servicios... genera desasosiego, incomprensión y enfado y no entendemos que, en un mismo país, no se trabaje de la misma manera. Esto ha llevado a que las autonomías hayan perdido el sentido de una solidaridad básica. Ahora una comunidad si puede quitarle algo a otra, lo hace. En el reparto del 0,7, financiación... y soy consciente de que una persona que vive en Madrid o Valencia no le importa la dispersión o el envejecimiento de Castilla y León y viceversa, seguramente, pero no construimos España así.

«Hacen falta muchos menos logotipos y más pensamiento y contenidos»

Ángel MArcos

–Á. M.: En su momento fue un sistema muy adelantado, de una ejecución y pensamiento muy avanzado.Veníamos de un sistema político... que bueno no hace falta que lo califique y había que conformar un nuevo país, una nueva economía, sociedad... con ganas, ilusión... con muchas expectativas, ganas de hacer. Entonces se opta por este sistema que yo creo que fue acertado y nos lanzamos a él sin evaluaciones, se le deja caminar sin que el Senado, que se suponía que iba a ser la cámara de las territorialidades haga nada, absolutamente nada... Que se conforme todo como territorios de poder. Competencias que se dan, o no, porque no quedaba más remedio para que el pacto saliera adelante, o porque no se conocía el alcance. Vemos que algunas se están criticando mucho ahora como puede ser la seguridad, la Educación que se usa como herramienta, como arma para enfrentarse, para conseguir más autogobierno. No olvidemos que se ha usado como forma de conformar mayorías de gobierno y que territorios con escasa representatividad en el Congreso tienen la llave. Lo que ha sido malo no es el sistema en sí, sino su aplicación, escaso, confuso... y pienso que estamos en un momento de revisar y rectificar. En cuanto a Castilla y León, y en mi campo, la cultura, diría que siempre ha faltado la identidad como tal, por parte de los que la componemos y, sobre todo, por parte de quien la dirige. Es una forma de gobernar en segunda categoría, esta ausencia de identificación ha conformado una identidad por defecto.Nosotros somos España y no quiere decir que no lo queramos ser, pero tampoco queremos ser el último mono. Hay otras historias... nunca se ha fijado la cultura a las entidades humanas, solo si se está muerto; entonces sí, Santa Teresa de Jesús,Delibes, José Zorrilla, Cervantes... Eso sí; pero ¿cuántos Serrat tenemos en Castilla y León que se reconozcan? Pasamos de repente de que, cada fin de semana, en los pueblos había un concurso de folclore con aquello de rebuscar en nuestras raíces y beber mucho en la bota... luego todo se olvidó, empezó la cultura de los museos de arte contemporáneo que se abren y no se les da recursos... y ahora todo es de una dejadez, de un desinterés, de estar ausentes de casi todo, y de verdad que no soy nada derrotista pero me está preocupando. ¿Dónde está Castilla y León? Somos Castilla-La Mancha más veces, una vez que cruzo el Guadarrama; incluso, tengo amigos que dicen Castilla y Gijón en plan de risa. Nos vendría bien creérnoslo un poco y trabajar en esa dirección, que nos pueda conformar a todos en un camino y no digo en contra de nadie sino en favor de uno mismo.

La identidad: Una autonomía identificada con España, sin distinciones

Si en algo coinciden Verónica, Ángel y Francisco es en la ausencia de una identidad comunitaria y en la afinidad con el concepto España, sin más, sin sentimiento territorial.

–F. S.: Es que Castilla y León.... bueno es que éramos España. Entiendo que aquí ha costado más hacer una identidad, también por su idiosincracia. No hay que olvidar esa rivalidad inicial entre provincias que tampoco ayudó a configurar una entidad homogénea, hay resentimientos... pero quiero ser positivo. Cuando sales fuera de la comunidad puedes ver que ellos tienen más definido ese sentimiento territorial. Nosotros tenemos mucho que mejorar en ese sentido, tenemos que ser positivos, que construir una identidad. Un castellano no puede ser otra cosa que español pero también castellano y leonés. Es cuestión de creérnoslo. Tal vez ser menos prudentes y fríos, rigurosos y empezar a lucir lo positivo de la comunidad, que es mucho, y no quiero caer en populismos de mejor o peor; pero hay señas de identidad cultural, en el ámbito social, sanitario, económico, productos agroalimentarios... muy definidos y los de fuera también nos conocen mucho por estos aspectos; por ejemplo, en el ámbito social que es donde yo me muevo, en Castilla yLeón somos pioneros en muchos aspectos y se nos mira de forma positiva, otras comunidades están aprendiendo de lo que hacemos. Una de las leyes más actuales y modernas, la de igualdad de oportunidades, nació aquí y no todas la tienen. Un ejemplo de participación que es también un fuerte de la región es el diálogo con el ámbito civil y es algo que puedo decir que ha nacido aquí y otras comunidades ahora ven lo efectivo que es negociar con la sociedad civil este tipo de políticas.

–V. C.: Damos bandazos entre un problema de autoestima a uno de soberbia. Me explico: Deberíamos de tener un pelín más de autoestima de la que tenemos, reconocer las cosas que se hacen bien, culturalmente tenemos hechos diferenciales; pero parece que nos da vergüenza. No sé si es por el carácter castellano que nos cuesta defender lo nuestro tal vez por tener sentimientos más generales, muy españoles;pero no hemos sabido poner en valor las cosas que nos hacen especiales y no por confrontación con los demás sino por sinergia. No podemos perder que somos un Estado, con comunidades, que se han hecho cosas bien como el acceso a los servicios. Donde más lo hecho de menos, ya lo comentaba Ángel, es en la cultura. A otros niveles hemos avanzado pero no somos capaces de buscar nuestra identidad... en Francia todos son profundamente chovinistas, como lo suyo no hay nada. Nosotros nos callamos. No es pelearse, no es contra nada, nadie mejor que nadie... a mí me dan mucha pena los nacionalismos porque son empobrecedores. De forma solidaria aportamos para mejorar. Donde peor... es en la cultura porque hay ejemplos magníficos pero no son tan conocidos como en otros sitios.

«Tiene que haber grandes pactos en Educación, Sanidad y Servicios Sociales y que no cambien con cada gobierno»

Verónica casado

–F. S.: Es una pena y lo es para nosotros mismos que muchas veces desconocemos lo que tenemos, nuestros iconos, nuestros grandes protagonistas.

–Á. M.: Yo añadiría... antes decía Verónica del inconveniente de la ausencia de solidaridad. Estoy totalmente de acuerdo. Todo esto es también un problema económico. Tener identidad no es excluyente, no está reñido con ser solidario ni ser soberbio o ser imbécil. La gente más culta, más grande, más normal... más implicada está y, en esta tierra, lo que se hace es demasiados eventos y muy pocos proyectos. Y la diferencia es fundamental.

Las transferencias: La necesidad de un pacto en los grandes temas

En cuanto a las transferencias, el punto común es el de la necesidad de respetar unos mínimos, de que un pacto de Estado y autonomías sobre Educación, Sanidad o Servicios Sociales evite cambios continuos con cada gobierno.

–V. C.: Tiene que haber grandes pactos, esto no puede estar variando con los políticos. Educación, Sanidad, Servicios Sociales... no puede haber vaivenes, tiene que dar lo mismo quien está al frente porque se van a respetar determinadas estructuras. No tener cuarenta leyes de Educación, no leyes contrapuestas unas con otras. Los vaivenes van a depender de que el político esté cuatro u ocho años. Está en el momento del evento –que decía Ángel– pero no en el del proyecto para hacer algo serio y, si hay un pacto de respeto, se pueden hacer cosas más grandes. Hay cosas que no hay que mover, eso no quiere decir que no las mejoremos, en Sanidad hay mucho en lo que invertir y mucho en lo que desinvertir... sí mejorar estrategias; pero los marcos normativos hay que mantenerlos. Tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo. Vamos a cuidarlo, a mimarlo. A mí me ha puesto muy nerviosa estos días escuchar que si no hay para las pensiones, que si la sanidad no es sostenible pero que me están contando... si este sistema sanitario es de los que menos PIB registra y tiene en cambio de las mejores tasas de morbimortalidad... Hay que ser conscientes de lo que tenemos y defender lo que funciona a muerte... y también hay margen de mejora, claro, en la gestión de la Sanidad. Las autonomías aportaron la territorialidad; lo que evitó la tendencia a que hubiera médicos y atención donde había dinero. El sistema sanitario, el educativo, su organización territorial... no podemos romperlo, pero abogo por ese pacto para dar estabilidad de proyectos, si demuestras que una cosa funciona poténcialo. El problema es intentar defender que hay que privatizarlo porque no funciona, y no lo hace porque lo hemos dejado caer, hay que dotarlo de fondos para sostenerlo.

–F. S.: Falta madurez en el sistema territorial, para que haya pactos sólidos y respetados por políticos y ciudadanos. Que no rivalicemos políticamente sobre lo que entendemos que va bien. La crispación actual es negativa y no deja que haya buena sensación de las políticas actuales. En lo social teníamos muchas esperanzas, y seguimos teniéndolas, en que la comunidad conozca mejor las necesidades de una persona que vive... en Herrera de Pisuerga, por ejemplo, diferentes a otras zonas;pero seguimos con tal rivalidad política, sin consensos ni vista larga, sino cortoplacista que es lo peor en el ámbito social y hay proyectos al albur de los cambios políticos; lo que no permite tener garantías ni consolidación. A veces se defiende o ataca un modelo dependiendo de si se está en el poder o en la oposición. Alguno me ha llegado a contar que cuando él vea una buena política la va a criticar e intentar derrocar pero se la va a guardar para cuando llegue su momento. Esto es muy perverso; pero se hace.

–Á. M.: Yo estoy contento porque vas al médico y da gusto... la enseñanza pues funciona o los Servicios Sociales... Pero dicho esto, no puedo ser tan positivo cuando se están intentando, desde hace tiempo además, y marcado por el Gobierno central porque somos siameses políticos de él en esta comunidad, privatizaciones, hablando de que si la medicina o la enseñanza no son rentables, que si hay que optimizar... Es fácil de entender por qué se dicen las cosas, en casi toda política hay un pensamiento y unos intereses. No olvidar nunca que la medicina es mejor si hay dinero... pero no voy solo a los recursos económicos sino al interés y me preocupa mucho este ninguneo de aplicar ya pensiones privadas porque no llegarán o privatizar sanidad porque la gestión privada es más eficaz, que si la universidad también... Hay que estar atentos y que lo que nos ha costado tanto hacer no se vaya por intereses. Está bien mucho de lo que tenemos pero no dejemos que empeore por experimentos que casi siempre son economicistas.

El peso en España: Una región poco conflictivay algo desapercibida

Los tres intervinientes comparten, sin dejar de valorarlo con humor, que la falta de conflictividad y el carácter castellano y leonés hacen que la comunidad parezca tener poco que decir en el marco español.

–F. S.: Tenemos la sensación de que se escucha más a otras comunidades;pero también se desoye mucho porque hay mucho ruido como ocurre ahora con esa locura, con Cataluña, que es algo muy poco responsable. En otras épocas, fueron otras. Nosotros no damos un ruido, no hay conflictos en este sentido;pero no significa que no tengamos nada que decir. No podemos instalarnos en la inercia y la pasividad y que no pasa nada. Aquí pasan cosas buenas, ya hablé antes de los avances en atención social y diálogo y también es muy destacable el tejido asociativo. Un sentimiento de solidaridad es algo que hemos tenido siempre y hay que sacarlo más a flote. Se habla de modelo de Castilla y León en el resto de España. Así también se mide la calidad y calidez de una sociedad, en el cómo se ocupa de las personas que más difícil lo tienen. Y es un sector en el que ya no hay que tutelar tanto, pueden trabajar y generar ingresos. Vida participativa y activa. Un contribuyente más es el modelo actual y de futuro.

«Falta madurez política, no rivalizar en lo que entendemos que va bien y tenemos que empezar a creer en nosotros»

Francisco sardón

–V. C: Bueno tengo la sensación de que... pintamos regular. Bueno, no lideramos todo lo que podríamos liderar. Hay potencial;pero tanto en investigación como en docencia que es lo que proyecta la sanidad hacia el futuro no se está haciendo bien. Si queremos avanzar, hay que apoyar la investigación y la docencia. Llevo años formando a los mejores mir y se tienen que ir por la falta de estabilidad, por precariedad, porque no los fidelizamos. Se nos van generaciones magníficamente formadas y las unidades docentes aquí son muy buenas y además los necesitamos. En seis u ocho años habrá muchas jubilaciones y no se trabaja en la reposición y hay responsables de ello, con nombre y apellidos. Dicen que no hay médicos, pero bueno... es que llevamos años pidiendo más plazas Mir de formación. Capacidad para liderar la tenemos; lo que no sé es si nos dejan hacerlo.

–Á. M.: Está bien definido eso. Y que yo pueda apostar por mí aquí, que no sienta la necesidad de irme. Hay una especie de sensación de pertenencia cuando estás bien.

Los próximos 35 años: La necesidad de crear esperanza para quedarse

Concientes de la despoblación, de la huida de los más jóvemes por falta de oportunidades, apuestan por crear esperanza, por abrir un futuro, por fomentar valores.

–V. C.: Tenemos que potenciar lo que tenemos, que hay grandes valores y quiero pensar que vamos a ser capaces y ponernos también nosotros las pilas, no solo depositar el futuro en papá Estado o en la Junta;pero hay que trabajar en estrategias y no caer en la autocomplecencia, desarrollar proyectos. Nos merecemos apostar por esta comunidad porque hay capacidad.

–F. S.: Todo esto invita a la reflexión serena pero también necesitamos un futuro mucho más esperanzador y alagüeño; para los que empiezan a cuestionarse más que si quieren, si pueden quedarse aquí. Hace falta la citada madurez política para no trabajar a golpe de cuatro en cuatro años. Serían 35 años duros de no cambiar esto. No somos una comunidad con gran potencial económico, pero sin olvidar que hay industria potente y que esa estrategia política, consensos... logren que el ciudadano perciba que esa estrategia se va a llevar a cabo, que hay esperanza.

–Á. M.: Hay muchas personas que ni siquiera se han asomado todavía al estado del bienestar y si a esto le añadimos que la democracia, los gobiernos, no dan soluciones, no dan trabajo no se asegura pensiones, sanidad, enseñanza universal... todo hace suponer que vienen mal dadas; pero confío en la sociedad civil y en su estructura, y en nuestra tierra es cierto que somos viejos, estamos despoblados... pero también somos un lugar de tierra, de mucha, de cielo, de grandes vinos, profesionales... Qué se puede hacer, pues confío en los líderes, en la sociedad civil, en políticos inteligentes, ambiciosos y que les guste su territorio... y muchos menos logotipos y más pensamiento y más contenido. Yo me siento secuestrado por Madrid porque aquí no hay política autonómica, funciona porque no hay más remedio. Ocupémonos de ella y no sigamos al Gobierno central.

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