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Un cliente fuma junto a una estufa en el exterior de un bar de Valladolid. :: N. GALLEGO-EFE
Sanidad relaja el control de la ley antitabaco y reduce a la mitad las inspecciones en Castilla y León aunque los incumplimientos suben

Sanidad relaja el control de la ley antitabaco y reduce a la mitad las inspecciones en Castilla y León aunque los incumplimientos suben

El endurecimiento de la norma se protegió con 8.412 controles en 2011 mientras que el 2016 se cerró con solo 4.400 inspecciones

Ana Santiago

Valladolid

Domingo, 10 de diciembre 2017, 11:03

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Mientras en los primeros años de la ley sobre el consumo del tabaco –del año 2006 y endurecida en 2011– se registraba una fuerte labor inspectora con claros resultados en expedientes y multas, miedo a las fuertes sanciones sobre todo en la hostelería y una potente presión social para que se cumplieran sus preceptos, sobre todo en cuanto a la protección al fumador pasivo, en los últimos años se percibe una clara relajación en el cumplimiento de esta norma, fundamentalmente en cuanto a encender el cigarrillo en lugares prohibidos como los espacios laborales, mucho en la hostelería –especialmente en los bares rurales– e incluso en los sanitarios, aunque solo sea en sus recintos al aire libre.

La ley antitabaco llegó en plena crisis económica y suscitó un gran debate social por las inversiones realizadas y no amortizadas como aquellas ‘peceras’ en los bares y restaurantes o aeropuertos que luego fueron imposibles con la reforma legal de hace seis años y por las quejas de los hosteleros que auguraban cuantiosas pérdidas económicas. Y llegaron cientos de denuncias por incumplimientos.

Hubo, incluso, casos de clara rebeldía como el del marbellí Asador Guadalmina o de intentos de burla a la ley convirtiéndose en club del fumador como algún establecimiento vallisoletano. Unos años después, hay un descenso de las denuncias, un mayor consenso y sosiego, un hábito de espacios sin humo implantado... y unos bares tan llenos como siempre –algo más lo han sufrido algunos de copas–. Eso sí, con estufas y terrazas protegidas. Y lo que también han traído los años es una clara relajación en el respeto a la normativa, algo que se percibe especialmente en los dos últimos ejercicios.

Así, vuelve aquello de los restaurantes a última hora cuando baja la clientela de ‘No le importa que encendamos un cigarrillo’ o que el propio hostelero invite a sus clientes que conoce fumadores a hacerlo, especialmente algunos con cierto nombre para el establecimiento o la localidad.

Algo también muy repetido en los apartados para cenas de amigos o de empresa en la que los fumadores siempre imponen su humo. Los incumplimientos más flagrantes los registran las zonas rurales, sus bares invitan a un viaje al pasado de hace ya más de un decenio con un local lleno de humo.

Una relajación del cumplimiento que ya, desde 2013, denuncian organizaciones como la AECC del cáncer, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica o el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, entre otras. Y a la par de esta falta de respeto a la legislación han ido bajando progresivamente las inspecciones en Castilla y León.

Y de aquellas 8.412 que registró la Junta en 2011, tan solo un año más tarde ya bajó a 6.376... y ya solo 5.732 en 2014 o 4.468 el pasado ejercicio (36 más que en 2015) y este 2017, en su primer semestre, tan solo suma 1.859. Una reducción a la mitad para una comunidad enorme, con gran dispersión... mientras por ejemplo la Región de Murcia registra más de ocho mil anuales y Aragón supera los 25.000 controles.

Y pese a la drástica reducción de las inspecciones en Castilla y León, el número de expedientes y de sanciones sobreviven en cifras que no se corresponden al descenso, es decir, las limitadas inspecciones que se realizan sí detectan infracciones.

La relajación ha llegado especialmente, además de a la hostelería, a los centros de trabajo. De hecho, el Servicio Territorial de Prevención de Riesgos Laborales de Valladolid –y por extensión de algunas otras provincias– ha remitido una circular en la que recuerda que está prohibido fumar en estos espacios y que no sirve destinar un habitáculo a tal fin. Y es un recordatorio no solo para los empleados sino para los responsables de los cenrtos, para quienes lo permiten. El escrito es consecuencia de denuncias de algunos funcionarios por el humo de sus compañeros en el edificio de la Consejería de Hacienda en Valladolid.

Organización

Descienden, por lo tanto, las inspecciones y las causas, según fuentes sanitarias, son fundamentalmente de organización. Mientras en otras comunidades, el Comisionado para la Droga –y, ligado a él, la labor inspectora– está bajo el paraguas de Salud Pública, en la Junta de Castilla y León el mismo es un departamento de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades.

Además, la inspección forma parte del Ordenamiento Sanitario y cuando lo ejercen los farmacéuticos dentro de dicho ámbito tienen un horario limitado a la mañana, no hay un control permanente como sí se aprobó, con un complemento salarial, a raíz del problema de las llamadas ‘vacas locas’ para los veterinarios. Estos profesionales también controlan el tabaco, pero junto a otras labores como la de la alimentación; lo que limita mucho un seguimiento de las transgresiones de la normativa. Y a menor número de visitas de Salud Pública, mayor tendencia a saltarse las normas.

Desde estas fuentes sanitarias también se indica que, en cuanto a las denuncias, sería más una labor de las policías locales y Guardia Civil y que «bien se podría hacer algún tipo de acuerdo para esta vigilancia», reconociendo que la labor inspectora es insuficiente. Y aunque estas circunstancias acompañan a la ley desde sus orígenes y, al principio si se tutelaba más este ámbito, el tiempo y las muchas funciones de las fuerzas de seguridad y de los inspectores ha hecho que sufrieran esta gran reducción a menos de la mitad y descendiendo...

Los resultados, no obstante, de los controles de Salud Pública recogen el último ejercicio cerrado 226 expedientes abiertos y 188 sanciones, parecidos a los 241 abiertos en 2015 y las 161 multas y más bajos que en 2013 con 423 expedientes y 320 sanciones. El primer semestre de este año constata 187 expedientes y 111 multas. Las principales causas son las señaladas como consumo en un lugar prohibido –137 por dicha razón este primer semestre– y 201 en todo el ejercicio pasado.

El sector que más ha aumentado en infracciones y, por ello, en penalizaciones es el de la hostelería.Así los datos de la Consejería de Sanidad detectan que, mientras en 2008, 43 de las 47 multas fueron a bares y restaurantes u hoteles; en 2011 ya fueron 97; en 2012 llegaron a 272 y 173 registraron el año pasado. El control de este año ya suma 55 en seis meses. La mayor parte de las infracciones además son de las valoradas como graves. Fumar en lugares prohibidos ha conllevado multas de 180 euros y el permitir hacerlo, de 2.102. La ley establece un abanico desde los 30 a los 600.000 euros.

El endurecimiento de la ley del tabaco sí provocó un considerable mayor cumplimiento de las normas; pero el tiempo trajo estas debilidades.

Pero no todo es negativo. La ley sí trajo consigo una marcada reducción del consumo de tabaco. La legislación y también la crisis, el incremento del precio y la presión fiscal sobre estos productos. Así la venta de tabaco en su conjunto registra un descenso permanente desde el año 2008 con un consumo entonces de 232.342.699 cajetillas; bajó a 125.536.060 en 2015 y 125.960 fue el consumo del cerrado ejercicio 2016, según los datos del Comisionado para el Mercado de Tabaco del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.

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