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El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y la presidenta de la diputación, Mayte Martín Pozo, visitan la nueva sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vino de Toro con motivo de su trigésimo aniversario. J.L.LEAL / ICAL
Herrera destaca la «calidad» de los vinos de Castilla y León

Herrera destaca la «calidad» de los vinos de Castilla y León

La Junta de Castilla y León cede las instalaciones del Centro de Formación Agraria como sede del Consejo Regulador de la D. O. Toro

Juanma de saá

Viernes, 1 de diciembre 2017, 14:23

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El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, destacó hoy la «apuesta por la excelencia y la calidad» que permite a los vinos de Toro (Zamora) y de la Comunidad autónoma «defenderse en un concierto complicado» y recalcó que «no es casualidad» que los vinos de Calidad de la región representen el 25 por ciento del mercado español y el 29 por ciento en el de la hostelería. «Los vinos de calidad de Castilla y León, acogidos a esas catorce denominaciones, entre ellos, los de Toro y los de Cebreros, tienen una presencia solo superada por una comunidad que depende tan exclusivamente del vino como La Rioja», señaló a Ical. «Eso pone de manifiesto que aquí se están haciendo muy bien las cosas y quienes las están haciendo muy bien son los viticultores y los bodegueros, con su apuesta fundamental por la calidad», insistió.

Herrera Campo hizo estas declaraciones en la nueva sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro, instalaciones del Centro de Formación Agraria cedidas por la propia Junta de Castilla y León. El jefe del Ejecutivo autonómico estuvo acompañado por el presidente del CRDO, Felipe Nalda en una visita que contó también con la presencia del alcalde de Toro, Tomás del Bien; la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos; el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora, Alberto Castro; la presidenta de la Diputación de Zamora, Mayte Martín; el presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Zamora, Manuel Vidal; el director general de Caja Rural de Zamora, Cipriano García; el bodeguero Manuel Fariña y otros muchos representantes de instituciones y entidades públicas y privadas de ámbito provincial y autonómico.

El presidente de la Junta intervino antes de la visita en una edición especial del programa radiofónico 'Más de uno', de Onda Cero, con Juan Ramón Lucas, realizado desde la propia sede del CRDO Toro. «La Denominación estrena una nueva sede cuando cumple 30 años del arranque de una D. O. de éxito y con éxito, también fruto de la colaboración que, a lo largo de todos estos años, hemos venido manteniendo el Consejo Regulador y la Junta de Castilla y León», indicó. «Es un edificio de la Junta, hasta ahora dedicado de forma exclusiva a la formación y en el que la Junta, en el acuerdo y el convenio de cesión de uso que hemos firmado, también se reserva los espacios necesarios para dar continuidad a esa labor necesaria de formación», precisó.

El número uno del Ejecutivo autonómico, quien consideró que «hablar de vinos y hablar de Toro es hablar de la historia de la ciudad», dedicó parte de su intervención ante los medios a hacer un recorrido por la historia de los vinos toresanos, desde sus raíces anteriores al asentamiento romano. «Los romanos ya conocieron, disfrutaron y prestigiaron los vinos de Toro. Los vinos de Toro tuvieron un protagonismo muy importante en la Edad Media: La ciudad recibió expresos privilegios que permitieron su comercialización», expuso. «Tuvo gran protagonismo en la aventura del Descubrimiento de América. Está datado que Cristóbal Colón llevaba en sus naves los vinos de Toro y que, incluso, un obispo toresano, como fue Fray Luis de Deza, confesor de los reyes, provocó que una de las carabelas se bautizara como La Pinta, precisamente en virtud de esa medida, que yo no sé si sigue siendo una medida de uso corriente en el consumo de los vinos », anotó, dirigiéndose al presidente de CRDO, Felipe Nalda.

Juan Vicente Herrera hizo especial mención de los «pioneros» que desarrollaron una «inquietud» desde la década de 1970 para potenciar los vinos de la comarca, entre ellos, a Manuel Fariña, de bodegas Fariña. «Es el gran prohombre, gran persona, el pionero, uno de los pioneros, junto con tantas cooperativas y, por tanto, con tantos viticultores que, finalmente, en junio de 1987, cristaliza ya en la Denominación de Origen», reconoció.

Cosecha

El presidente de la Junta incidió en el «prestigio y la buena salud» de los vinos de Toro, a pesar de los «graves daños» provocados por la meteorología desfavorable de la última campaña, que provocó una merma del 35 por ciento respecto a la del año pasado, con una recogida de 15,8 millones de kilos.

Igualmente, hizo hincapié en la importancia de la D. O. Toro, resumida en algunas cifras, desde las 63 bodegas adscritas, las 5.500 hectáreas de viñedo y los más de 1.000 viticultores implicados, hasta la facturación anual que ronda los 35 millones de euros. «Estamos hablando de cifras muy importantes y de cifras muy estimables. Estamos hablando de un esfuerzo exportador, la Denominación de Origen Toro, siendo la tercera en ventas de las catorce de Castilla y León y es, sin embargo, la primera en el porcentaje de vino que destina a la exportación, con más del 35 por ciento. Esto es muy importante y muy significativo», valoró. «Son muy significativas, también, las apuestas que han hecho por invertir en Toro en bodegas algunos bodegueros franceses y de algunos otros países de la Unión Europea y yo, por tanto, lo que puedo decir es que es un vino con su propia personalidad, basado fundamentalmente en tempranillo de aquí, que se llama Tinta de Toro. Es un vino de extraordinaria calidad, de una gran profesionalidad y que los enólogos, además, están tratando de dar las respuestas que el mercado está exigiendo», añadió.

Además, Juan Vicente Herrera comentó que de las 75.000 hectáreas de viñedo registradas en Castilla y León, más de 50.000 y el 86 por ciento de la producción, están adscritas a denominaciones de origen o marcas geográficas de calidad. «Estamos hablando de 19.000 personas que viven directamente del viñedo, de los que 15.000 son viticultores y, el resto, trabajadores de las propias bodegas, con una facturación anual de unos 900 millones de euros, unas exportaciones del 20 por ciento, 180 millones de euros, unos 175 millones de litros cosechados sobre los 300 que fueron cosechados el año pasado», detalló a Ical.

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