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Una Autonomía con 35 años a sus espaldas

Castilla y León multiplica por 5,5 su renta per cápita desde su nacimiento como Comunidad en 1983

ical

Sábado, 24 de febrero 2018, 13:33

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El futuro imaginado por el director Robert Zemeckis en su triología más famosa al volante de un Delorean suponía una cambio radical en las condiciones de vida de sus protagonistas marcado por los grandes avances tecnológicos de una sociedad en continúo cambio. Castilla y León también ha recorrido ese viaje en el tiempo y la Agencia Ical compara lo que fue en sus orígenes con lo que es hoy día, un viaje de progreso que dura ya 35 años y que ha dado lugar a una sociedad más rica e incorporada a una revolución tecnológica, más urbana pero que lucha por sus zonas rurales.

Años de extraordinaria bonanza con ciclos recesivos sin parangón en el tramo final de este viaje en el tiempo han configurado la realidad de una sociedad que sufre el principal problema de la Europa desarrollada, el envejecimiento y la despoblación.

La autonomía llegó acompañada por un aumento exponencial de la riqueza en la base del impulso al desarrollo que supuso la entrada en la UE en el 86. Y es que Castilla y León multiplica en la actualidad por 5,5 su renta per cápita en relación a 35 años atrás, pues frente a los 22.723 euros actuales, en aquel momento se situaba en casi 683.000 pesetas constantes (hoy serían 4.104 euros), según los datos obtenidos por Ical en el Instituto Nacional de Estadística (INE), en fuentes gubernamentales y en libros como el de ‘Geografía de Castilla y León’, editado en 1995 por Ámbito.

La riqueza llega acompañada irremediablemente de un encarecimiento de la vida, principalmente a partir de la entrada en vigor definitiva del euro en 2002. Tres ejemplos cotidianos, del día a día, ayudan a corroborar este datos, aunque existen muchos más: el precio del periódico ha pasado de 40 pesetas (0,24 euros) a una media de 1,50 euros; el de un café, de 20 pesetas (0,12) a 1,10; y el de un bocadillo, de 55 pesetas (0,33 euros) a un euro y medio. También la luz se ha encarecido notablemente, pero existe más del doble de potencia instalada que ha mejorado la calidad de vida, con 14.282 megavatios.

El porcentaje de personas bajo el umbral de la pobreza se mantiene en el 17 por ciento, con el fuerte impacto de la última crisis sin precedentes aunque los mecanismos de protección social, los pilares del estado social de derecho que se conformaron con la llegada de la democracia, sostienen sistemas de protección inimaginables en año precedentes.

En 1983 dijo adiós la UCD que tanto éxito dio a un presidente del Gobierno abulense, Adolfo Suárez, pero también se detuvo al conocido empresario José María Ruiz Mateos y se expropió Rumasa. La discoteca Alcalá 20 de Madrid fue testigo del fallecimiento de 82 personas y otras 174 perecieron en dos accidentes aéreos en Barajas. En deportes, España derrotó a Malta por 12 goles a 1 y se clasificó para la Eurocopa de Francia de 1984. Y se estrenó en cartelera ‘El retorno del jedi’, ‘Superman II’ o ‘Gandhi’, triunfadora en la gala de los Oscar.

Mientras todo eso pasaba en España y en el mundo, Castilla y León pretendía hacerse un nombre en el conjunto del país y aprobó su Estatuto, el último que dio pie a una comunidad autónoma y que no estuvo exento de polémica hasta que se llegó a un consenso. Entonces, la tasa de paro en Castilla y León se situaba en el 12,51 por ciento, frente al 13,71 actual. En 35 años, el número de activos ha pasado de 943.000 a 1,11 millones, una evolución positiva que también presentan los ocupados (de 825.000 a 965.788). Pero en esa línea, también han aumentado los parados, de 118.000 a 153.414 personas en desempleo, después del ciclo recesivo más duro que se recuerda que se extendió desde finales de 2007 hasta 2013. Todos estos datos derivan en una tasa de actividad del 54,4 por ciento, siete puntos más que en 1983.

El gran salto cuantitativo y cualitativo en términos laborales lo ha dado en 35 años la mujer. Lejos aún de conseguir la total igualdad de género y reducir la brecha laboral, un debate en el que España se encuentra enfrascada actualmente, es cierto que la situación de las féminas desde el año del Estatuto se ha visto mejorada. Se ha duplicado el número de activas, hasta superar el medio millón, igual que el de ocupadas (424.834 frente a 220.800 de 1983). El lado negativo, como en los hombres, se observa en el paro, con 84.600 mujeres en desempleo (frente a 45.900 de entonces), y una tasa de paro hoy en día del 16,6 por ciento, cerca de medio punto menos, teniendo en cuenta que el número de trabajadores ha aumentado considerablemente, y con un gran peso en empleos cualificados.

Cae el peso del sector primario

Una de las singularidades del mercado laboral castellano y leonés de 1983 residía en el sector primario. Las nueve provincias estaban caracterizadas por un importante peso de la agricultura, pues representaba en la recién nacida Comunidad la cuarta parte del empleo (26,8 por ciento), cuando en la actualidad, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), es el 5,7 por ciento. Esa menor cifra de trabajadores del sector ayudó en estos años a una reestructuración que ha derivado en una modernización tecnológica necesaria para ganar competitividad y adaptarse al mercado mundial de alimentos. Un ejemplo de esa evolución es el número de tractores, que se ha multiplicado por siete desde la aprobación del Estatuto, hasta 15.820 unidades, según la DGT. También el parque total de vehículos, que pasó de 634.651 cuando el Renault 9 fue elegido coche del año, a más de 1,74 millones en la actualidad.

Todos aquellos activos que han abandonado la agricultura y ganadería en este periodo se han dirigido a los servicios, que pasan de encarnar el 45,1 al 64,3 por ciento. La industria se reduce también, del 20,5 al 16,6, mientras que la construcción prácticamente se mantiene (del 7,3 al 6,5 por ciento), teniendo en cuenta el ‘boom’ inmobiliario que arrancó en los 90 y que prosiguió hasta la explosión de la burbuja, allá por 2007, unos años en los que este sector atrajo a un porcentaje mucho mayor de activos, sobretodo procedentes de la agricultura.

Población a la baja

Mientras España lloraba la muerte del pintor catalán Joan Miró a sus 90 años y Hergé, el famoso dibujante belga, creaba Tintín, Castilla y León intentaba recuperarse de una tendencia demográfica ya negativa durante la dictadura, con una población de 2,58 millones de personas. Tres décadas y cinco años años después, la evolución sigue a la baja, con 2,42 millones. La pirámide evidencia que hoy se contabiliza la mitad de niños (0-14 años) y con menos de 300.000 representan el 12 por ciento de la población, cuando entonces suponían la quinta parte. Dado que el colectivo de entre 15 y 64 años se mantiene en el 63 por ciento, el lógico crecimiento se ha producido en aquellos que cuentan entre 65 y 84 años, que ahora son el 20 por ciento (frente al 13 del año del Estatuto), con casi medio millón. La mejora de la calidad de vida y el alargamiento de la misma está detrás de esta inversión de la pirámide, que es más profunda si se observan las cifras de aquellos que están por encima de los 84 años. En los 80 aún era difícil superar esta edad: solo pesaban un uno por ciento de la sociedad, con 27.000, frente al cinco por ciento actual, con 125.000.

Detrás de estos datos se encuentra también la reducción de nacimientos, que caen un 42 por ciento (hasta los 16.675, según el INE), y un incremento del 29 por ciento de las defunciones anuales (28.436). Si hay más muertes que alumbramientos y los mayores cada vez son más longevos, el resultado es evidente.

En 1983, con el auge del ‘techno pop’, Michael Jackson dio vida a sus populares zombis bailarines en ‘Thriller’, a la vez que destacaban José Luis Perales (Y… ¿cómo es él), Tino Casal (Embrujada), David Bowie (Let´s dance), Ryan Paris (Dolce vita), The Police (Every breath you take) y la banda sonora de ‘Fame’. Todo en un año en el que nacieron la actriz estadounidense Kate Bosworth y la cantante Amy Winehouse, ya fallecida. En el 83 nació el Estatuto Autonómico y murieron los actores Louis de Funes o Gloria Swanson, el director Luis Buñuel o los escritores Tennessee Williams y José Bergamín. Y el Delorean regresó al futuro para ver a una Castilla y León más avanzada y que había progresado.

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