Borrar
ETA atentó treinta veces y mató a tres personas en Castilla y León

ETA atentó treinta veces y mató a tres personas en Castilla y León

Dos militares fallecieron en la explosión de sus coches en León y Salamanca; y un policía, de un tiro en Burgos

Víctor Vela

Valladolid

Lunes, 21 de mayo 2018

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El historial sangriento de ETA tiene también parada en Castilla y León. La banda terrorista asesinó a dos militares con sendos coches bomba en Salamanca (Antonio Heredero, en septiembre de 1992) y León (Luciano Cortizo, diciembre de 1995) y a un policía pacense cuyo cadáver fue hallado en Burgos (Valentín Godoy, 1977). Otro artefacto intentó acabar también con la vida del capitán Juan José Aliste, en Salamanca. El reguero de dolor que ETA ha perpetrado en la región incluye una treintena atentados (muchos de ellos en vías férreas y contra casas cuartel), intentos frustrados y varias acciones terroristas, como el envío de paquetes bomba desde la comunidad. En este listado no se incluye el asesinato del brigada de la Guardia Civil Emeterio de la Fuente Aller, quien falleció dos meses después del atentado que sufrió en León el 15 de mayo de 1979, ya que no está clara la autoría de ETA, como certifica el Ministerio del Interior, pese a la opinión de varias asociaciones de víctimas. Las primera atribución de ese crimen se hizo a la banda terrorista Grapo.

26 de junio de 1977. De tres disparos en La Pueblo de Arganzón

El agente Valentín Godoy Cerezo, de un pueblo de Badajoz, murió asesinado de tres tiros en la cabeza y su cadáver fue hallado por una patrulla de Tráfico en La Puebla de Arganzón (Treviño, Burgos), dentro de su coche, un Renault 12 de color burdeos.

18 de octubre de 1983. Herido por una bomba en Burgos

Un guardia civil resulta herido grave y un hombre de 26 años leve después de que, sobre las 23:45 horas, estallara una bomba con doce kilos de Goma 2 en las inmediaciones de la Comandancia de Burgos.

30 de octubre de 1983. Explosivo junto al Gobierno militar de Burgos

Una bomba con cinco kilos de Goma 2 explota a las 21:00 horas en la parte trasera del Gobierno militar de Burgos. No hubo heridos, pero sí graves destrozos en edificios del entorno.

Agosto de 1990. ETA coloca explosivos en vías férreas y un coche bomba en Burgos

La banda terrorista perpetró varias acciones en el verano de 1990 en Castilla y León y avisó de que había colocado tres bombas en líneas de Renfe. El 14 de agosto explotaba una artefacto en León, en un tramo de vías entre Villamanín y Busgondo. El 17 estalló una segunda bomba en Ávila, entre Sanchidrián y Arévalo.El tercer artefacto explotó dos días después, también en Ávila, Adanero. En ninguno de los tres casos hubo heridos. El balance  fue más grave en Burgos, donde ETA colocó un coche bomba (Seat Marbella rojo) con sesenta kilos de amonal que destrozó, poco antes de las cuatro de la tarde, la comisaría de Policía de Burgos y provocó medio centenar de heridos.

Atentado en la Comisaría de Policía de Burgos el 18 de agosto de 1980.
Atentado en la Comisaría de Policía de Burgos el 18 de agosto de 1980. El Correo

1 de julio de 1991. Seis muertos por dos paquetes bomba enviados desde Valladolid

Ese día, dos artificieros de los Tédax fallecieron en Madrid al intentar desactivar un paquete bomba enviado desde Valladolid al subdirector general de personal del Ministerio de Justicia. El remitente firmaba Jotasu y ponía como dirección el número 7 de la calle Ángel García (un solar de Pilarica). Tres días antes, otro paquete enviado desde Valladolid causó la muerte de cuatro personas en la cárcel de Sevilla.

Agosto de 1991. Nueva campaña de bombas en las vías

Como ya hizo el verano anterior, ETAanunció la colocación de bombas en tramos de vías férreas de Renfe. El 3 de agosto estalló un explosivo cerca de Villamuriel de Cerrato(Palencia). El 8, un nuevo artefacto con cuatro kilos de explosivos inutilizaba la línea Medina-Segovia, cerca de Olmedo. El día 17, una tercera bomba estallaba a la altura de Pancorbo (Burgos). En noviembre se lograron desactivar tres kilos de amonal preparados para destrozar la vía Madrid-Irún, a la altura de Bujedo. Y en marzo de 1993, otro más en un punto cercano de las vías burgalesas.

24 de abril de 1992. La Guardia Civil desactiva un explosivo situado en un coche militar en Burgos

El capitán Revilla detectó la bomba lapa que ETA había colocado en los bajos de su vehículo, aparcado frente a la sede del Gobierno Militar de Burgos. Los artificieros desactivaron el explosivo.

8 de abril de 1992. Desactivan en Las Palmas un paquete bomba enviado desde Miranda de Ebro

ETA volvió a elegir Castilla y León como punto de origen para el envío de un paquete bomba. Desde Miranda de Ebro para un jefe de servicio de la prisión Salto del Negro, en Las Palmas, donde había 14 presos de ETA encarcelados. El paquete se desactivó sin que llegara a estallar.

3 de junio de 1992. Intento fallido de atentado en Burgos

La banda terrorista fracasa en su intento de volar el cuartel de la Guardia Civil de Lerma, en Burgos, con dos mochilas cargadas con 25 kilos de amosal. Los agentes sospecharon y avisaron a los Tédax. Se desalojó el inmueble. Un herido leve y daños materiales.

2 de septiembre de 1992. Segunda víctima mortal de ETA en la región

Antonio Heredero Gil, coronel del Ejército de Tierra, de 55 años, natural de Calatayud, es asesinado con una bomba colocada bajo su coche en el centro de Salamanca. Estaba casado y tenía tres hijos. La bomba explotó cuando el Opel Kadett salía de la rampa del garaje del domicilio del coronel, en el paseo de la Estación.

10 de noviembre de 1995. Nuevo atentado con coche bomba

El capitán de InfanteríaJuan José Aliste, natural de Rivas de Aliste (Zamora) sufrió un atentado con bomba adosada en su coche en Salamanca. Sobrevivió, pero le fueron amputadas las dos piernas. Hoy es el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Castilla y León. La explosión se produjo a las 8:20 horas, cerca de la plaza de toros, cuando acababa de dejar en el colegio a una de sus tres hijos y dos amigas.

Estado en que quedó el coche del capitán de infantería Juan José Aliste Fernández tras el atentado terrorista.
Estado en que quedó el coche del capitán de infantería Juan José Aliste Fernández tras el atentado terrorista. Efe

18 de diciembre de 1995. Dos bombas desactivadas

ETA colocó en el interior de fiambreras metálicas los artefactos con los que intentó atentar en Briviesca (en la línea férrea) y en una gasolinera de Cubillas de Santa Marta (Valladolid). Fueron desactivados.

22 de diciembre de 1995. Segunda víctima mortal en un atentado cometido en Castilla y León

La banda terrorista asesina al comandante de Artillería Luciano Cortizo Alonso, de 44 años, con una bomba lapa colocada en su vehículo, un Ford Orion. Luciano iba en el coche con su hija Beatriz, de 18 años, que resultó herida grave. El vehículo explotó, sobre las 13:25 horas, en la calle Ramón y Cajal, a 500 metros de la casa del militar.

Así quedó el coche en el que viajaba el comandante Luciano Cortizo y su hija Beatriz.
Así quedó el coche en el que viajaba el comandante Luciano Cortizo y su hija Beatriz. Efe

16 de julio de 2000. Atentado contra la casa cuartel de Ágreda

Estrella Ruiz, 31 años y esposa de un guardia civil, resultó herida grave en la pierna derecha en el atentado con coche bomba que ETA perpetró contra la casa cuartel de Ágreda (Soria). Los terroristas usaron entre 25 y30 kilos de explosivos dentro de una furgoneta Peugeot robada en Francia. Explotó sobre las 14:45 horas. La dotación del cuartel era de 36 agentes. Había 16 en ese momento.

14 de agosto de 2003. Explosión controlada en Burgos

La Guardia Civil hizo estallar un artefacto con 20 kilos de explosivo que ETA había dejado dentro de una maleta en un descampado de Buezo, cerca de Briviesca (Burgos).

24 de diciembre de 2003. La Policía evita una masacre

La banda terrorista tenía previsto provocar una masacre en la estación de Chamartín el día de Nochebuena con la explosión de dos bombas. La Policía detuvo en San Sebastián a Garikoitz Arruarte con una mochila y 25 kilos de explosivo y un billete Irún-Madrid. Los agentes detuvieron el tren en la estación de Burgos, desalojaron a los viajeros e hicieron explotar el artefacto.

6 de diciembre de 2004. Bombas en cafeterías

Una bomba de escasa potencia colocada por ETA en el bar La Banque, de la Plaza Mayor de Valladolid, provoca la alarma en la ciudad, aunque no causó heridos.Otras seis ciudades, entre ellas León y Ávila, sufrieron atentados similares.

24 de septiembre de 2005. Coche bomba en un polígono de Ávila

ETA hace explotar, a las 22:01 horas, un coche bomba, cargado con 15 kilos de cloratita, en el polígono industrial de Vicolozano, a cinco kilómetros de Ávila. La banda terrorista avisó al diario 'Gara'. No hubo heridos, pero sí daños materiales.

9 de marzo de 2006. Falsa alarma en Burgos

ETA avisa de la colocación de artefactos explosivos en varias ciudades, entre ellas, Burgos. Este último y otro más en Zaragoza fueron falsos, pero sí que estallaron explosivos en carreteras de Cantabria y Navarra.

29 de julio de 2009. Trescientos kilos de explosivos junto a la casa cuartel de Burgos

62 personas resultaron heridas leves por la explosión de una furgoneta bomba colocada por ETA junto al cuartel residencia de la Guardia Civil en Burgos. El vehículo estaba aparcado a veinte metros y cargado con 300 kilos de explosivos. La bomba alcanzó el edificio, de 14 plantas y en el que, sobre las 4:00 horas, dormían 117 personas (42 niños). Los terroristas dejaron la furgoneta a las 14:00 horas del día anterior. Alas 22:00, una patrulla sospechó, pero las placas dobladas correspondían con la matrícula de un vecino.

El atentado en la casa cuartel de Burgos se produjo de noche, mientras dormían 117 personas, de las que 42 eran niños.
El atentado en la casa cuartel de Burgos se produjo de noche, mientras dormían 117 personas, de las que 42 eran niños. AP

Todas las víctimas mortales de ETA de Castilla y León en el año 1979

Ciriaco Sanz García: disparado a bocajarro la víspera de Reyes. Guardia civil nacido en Santa Inés, Burgos. Tenía 50 años y cuatro hijos. El mayor trabajaba con él en el cuartel de Llodio

5 de enero de 1979

Ciriaco, de 50 años, iba aquel 5 de enero de 1979, víspera de Reyes, camino del trabajo. Eran las 14:00 horas. Salía de su casa de la calle José Matía. Iba de paisano y estaba en el umbral de la puerta, casi aún en el portal, cuando varios terroristas que lo esperaban montados en un coche abrieron fuego contra el guardia civil burgalés. Ciriaco intentó protegerse. Se tiró al suelo, pero las ráfagas de metralleta le hirieron en el muslo derecho. Tenía cuatro hijos. Uno de ellos, el mayor, de 23 años, también era Guardia Civil y trabajaba con su padre en el cuartel de Llodio. Las otras tres eran chicas, de 20, 16 y 8 años. Una de ellas, al escuchar los disparos, bajó corriendo al portal y encontró a su padre en el suelo, rodeado de un enorme charco de sangre. También acudieron en su socorro el portero de la finca y uno de los vigilantes de la empresa Vidrieras de Llodio, situada muy cerquita de la casa de Sanz García, quien llevó en su Renault 12 a la víctima hasta el ambulatorio de Llodio. Las crónicas de la época dicen que, de camino al centro sanitario, Ciriaco decía: «Me he salvado porque me he tirado al suelo». En el ambulatorio le hicieron un primer torniquete de urgencia y, por la gravedad de las heridas, lo mandaron luego al hospital de Cruces, en Barakaldo.

Ciriaco estuvo cuatro días ingresado. Falleció el 9 de enero, después de que su estado se complicara con una afección cardiaca.

Miguel García Poyo: víctima de una ofensiva contra la Guardia Civil. Guardia civil nacido en San Martín del Pedroso (Zamora), asesinado en Azpeitia junto a Francisco Mota. Casado. Tres hijos

13 de enero de 1979

El comando Urola de ETA tenía a principios de 1979 amplia información sobre los movimientos de las patrullas de la Guardia Civil en la comarca de Azpeitia. Colocaron diversas bombas en los arcenes para hacerlas explotar al paso de los vehículos. Lo intentaron sin éxito el día 2. El día 13, pusieron una nueva bomba, que mató al agente Francisco Gómez, de Almería. Cuatro horas después, un equipo de artificieros acudió para comprobar que no había más explosivos en la zona. En el grupo estaba el zamorano Miguel García Poyo y el palentino Francisco Mota.

El coche de la Guardia Civil, en el arcén de la carretera después de explotar la bomba cerca de Azcoitia.
El coche de la Guardia Civil, en el arcén de la carretera después de explotar la bomba cerca de Azcoitia. El Norte

Francisco Mota Calvo: explotó la bomba que estaba buscando. Guardia civil nacido en Frechilla (Palencia). 29 años. Casado y con dos hijos. Falleció junto a Miguel García Poyo en Azpeitia

13 de enero de 1979

El equipo retiró los restos del artefacto que había explotado esa madrugada, pero también encontró otro paquete sospechoso. Se acercaron y, cuando iban a desactivarlo, esta nueva bomba explotó. Miguel García Poyo falleció en el momento. Francisco Mota resultó herido muy grave, sufrió la amputación de la pierna izquierda, fue trasladado a la clínica Nuestra Señora de Aránzazu y falleció horas después, sobre las 17:30. La Audiencia Nacional condenó a los terroristas Mercedes Galdós y Félix Ramón Gil a tres penas de 29 años.

Esteban Sáez Gómez: ataque a la escolta de un camión con dinamita. Guardia civil nacido en Galinduste (Salamanca), asesinado en Tolosa (Guipúzcoa). Casado, con un hijo

Los terroristas se aprovechan de los dispositivos habituales que prestaba la Guardia Civil para obtener información sobre las rutas o servicios que cubrían de forma cotidiana. Un caso habitual eran los servicios de escolta que debían hacer para los camiones que transportaban explosivos que luego se utilizaban en las canteras vascas. El 29 de enero de 1979, uno de esos camiones (con 200 kilos de dinamita) circulaba sobre la N-1. Dos vehículos de la Guardia Civil lo acompañaban. Los terroristas sabián su recorrido y colocaron una bomba, a la altura de Tolosa, para activarlo cuando pasara por ahí la patrulla. El artefacto, de diez kilos de goma 2 con metralla, explotó sobre las 8:20 horas, al paso del segundo de los vehículos. Los integrantes de ETA dejaron pasar el primer coche de la Guardia Civil, también el camión y, al paso del segundo land rover de la patrulla, activaron la bomba. Después, no contentos con eso, comenzaron a disparar contra el coche. Los agentes del primer Land Rover volvieron para disparar contra los terroristas y estos huyeron por el monte a toda velocidad. Dejaron, eso sí, un segundo artefacto trampa en las inmediaciones, que fue posteriormente desactivado por especialistas de la Guardia Civil.

El ataque provocó graves heridas en los tres agentes que viajaban en el vehículo. Esteban Sáez Gómez, natural de Galinduste (Salamanca), casado y con un hijo, sufrió heridas muy graves, con fractura de cráneo, que le mantuvieron entre la vida y la muerte durante varios días. Falleció el 4 de febrero. Los otros dos guardias civiles víctimas del ataque tardaron meses en recuperarse de las heridas, pero sobrevivieron.

La Audiencia Nacional condenó a Pedro Juan Odriozola y Ángel Hernández a 25 años de reclusión mayor y cinco penas de 15 años de reclusión menor.

Félix de Diego Martínez: tiroteado frente a su mujer en su bar de Irún. Guardia civil retirado, natural de Fuentecén (Burgos). Tenía 47 años y atendía el bar de la familia de su mujer en Irún. Cinco hijos

31 de enero de 1979

Félix de Diego, 47 años, la mayor parte de su vida con el uniforme de la Guardia Civil, se había retirado del cuerpo y atendía ahora el bar Herrería, un negocio de la familia de su mujer, situado en la avenida de Elizatxo. Allí lo mató ETA el 31 de enero de 1979. Eran las 21:30 horas. Noche cerrada a esas altura del año. El bar estaba casi vacío. Tan solo quedaban dos clientes y Dolores, la esposa de Félix. Los cuatro apuraban las últimas horas del día cuando dos miembros de ETA entraron en el bar (uno de ellos con un anorak rojo) y dispararon a bocajarro contra el exguardia civil. Recibió tres impactos de bala: corazón, vientre y pierna derecha. Se hallaron después siete casquillos en el bar. Los dos etarras, después de matar a Félix, salieron corriendo y huyeron del bar en un Renault 6, matrícula de San Sebastían, previamente robado y posteriormente abandonado.

Félix tenía cinco hijos, con edades entre cinco y once años, y sabía muy bien, había vivido de cerca, el dolor que podía causar ETA. Once años antes, el 7 de junio de 1968, la banda terrorista había matado a su compañero de patrulla, José Pardines. Ocurrió cuando los dos regulaban el tráfico en la N-I, a la altura de Villabona. Era un tramo de dos kilómetros de obra y cada uno de los agentes se situó en un extremo de ese sector de carretera. ETA mató a su compañero y se enteró por un camionero que lo había visto dos kilómetros más allá y lo avisó. Félix cogió la moto, fue hasta el otro lado del tramo en obras y encontró a José Pardines en el suelo, sin que nada pudiera hacer por él.

Félix se retiró de la Guardia Civil después de sufrir un accidente de tráfico. Resultó herido y fue dado de baja en el servicio. Después, le diagnosticaron un cáncer de riñón. La Audiencia Nacional condenó a Fernando Arburúa y Manuel María Ostolaza a 26 años, 8 meses y 1 día de reclusión mayor como autores del crimen. Tambén a Luis María de Marcos en grado de conspiración.

José Antonio Vivot Undabarrena: asesinado por tres tiros en el portal de su casa. Exalcalde de Olaberría. Nació en Espinosa de los Monteros (Burgos), donde su padre trabajó como secretario judicial

6 de febrero de 1979

La madre de José Antonio era de Bilbao. Su padre, cordobés, consiguió la plaza de secretario judicial en Espinosa de los Monteros, un pueblo de Burgos, y fue allí donde nació José Antonio, antes de que un nuevo traslado los llevara a San Sebastián. Allí conoció José Antonio a su esposa, Julieta Subijana. Tuvieron cinco hijos. Tenía 49 años cuando ETA lo mató. Había sido alcalde de Olaberría y durante esa temporada en política ya había recibido varios avisos y amenazas de muerte por parte de la banda terrorista. Cuando lo mataron ya no estaba en el cargo y trabajaba como jefe de personal de la empresa Aristrain. El 6 de febrero, sobre las 21:30, un comando terrorista se presentó en la vivienda de la víctima. Llamaron a la puerta y entraron en su casa. Arrancaron el cable del teléfono para que nadie pudiera avisar a la Guardia Civil y, a punta de pistola, obligaron a José Antonio a que los acompañara. Ni siquiera salieron a la calle. En el portal, le pegaron tres tiros.

La Audiencia Nacional condenó a Mercedes Galdós como autora del asesinato. También fue condenado Félix Ramón Gil.

César Pinilla Sanz: por la espalda cuando salía del trabajo. Exguardia civil que llevaba seis años como jefe de la Policía Municipal de Munguía. Nacido en Gomezserracín (Segovia)

12 de febrero de 1979

Era habitual durante los años 70 ver todos los veranos a César por Gomezserracín, su localidad natal, donde acudía cada vez que tenía unas semanas de vacaciones. Llevaba seis años como jefe de la Policía Municipal de Munguía, aunque antes había pertenecido a la Guardia Civil. Tenía 48 años, estaba casado con una ovetense y juntos habían adoptado a una niña. César ya había terminado su jornada laboral aquel 12 de febrero de 1979. Vestido de uniforme, volvía a su casa, en la calle Bermeo, desde la comisaría donde trabajaba. Fue en ese trayecto cuando un grupo de terroristas le disparó por la espalda. Falleció en el acto, como pudieron comprobar los vecinos que, después de oír el disparo, bajaron corriendo a la calle para intentar auxiliarle.

La Audiencia Nacional condenó a José Luis Bengoa, miembros del comando de apoyo a ETA militar Andoni Campillo, una célula creada en la comarca de Bermeo y Gernika que funcionaba de forma independiente de ETA. Durante los años de plomo (entre 1978 y 1981), surgieron varios comandos de apoyo a ETA. Este fue uno de ellos.

Benito Arroyo Gutiérrez: lo mataron mientras esperaba en el semáforo. Guardia civil con raíces en Salamanca y La Seca (Valladolid). Asesinado en el Alto de Itziar (Guipúzcoa). Casado y con dos hijos

23 de febrero de 1979

Benito Arroyo vivía en Itziar y llevaba veinte años destinado en el cuartel de la Guardia Civil en Deba. Aquel 23 de febrero de 1979, como hacía muchas jornadas a primera hora, cogió su vehículo particular, un Mini Morris de color rojo, para ir a trabajar. Acababa de empezar su camino, apenas llevaba recorridos 300 metros, cuando se paró en un stop de la Nacional 634. Allí, con el coche parado antes de continuar, los terroristas se acercaron al vehículo, apuntaron a Benito y lo dispararon. Murió en el acto con balas en el pecho y la cabeza. Después, huyeron en un Seat que los estaba esperando.

Benito había aprendido euskera y lo hablaba a la perfección. Se lo había enseñado su esposa, Maite Alcíbar, vecina de Itziar y profesora en una ikastola. La pareja tenía dos hijos de doce y catorce años cuando tuvo lugar el atentado.

ETA militar asumió la autoría del crimen con un comunicado en el que acusaba a Benito Arroyo de dedicarse a «tareas de información, seguimiento e infiltración respecto a personas y grupos claramente posicionados con las organizaciones y poítica de la izquierda abertzale». Como recuerda el libro 'Vidas rotas', en realidad Benito se encargaba de tareas administrativas, como la tramitación de los permisos de armas de los cazadores.

Pedro Fernández Serrano: una bomba en los baños de su bar. Hostelero salmantino. Fue a hacer el servicio militar a Pamplona y allí se quedó a vivir. Fue donde ETA lo mató

Pedro Fernández Serrano

Pedro Fernández (nacido en 1948, casado y con dos hijos de cuatro y cinco años) salió de Salamanca para cumplir el servicio militar. Lo destinaron a Pamplona. Allí se quedó. Abrió un bar llamado Mohicano, situado a cincuenta metros del Gobierno Civil de Navarra, donde estaba la Jefatura Superior de Policía, por lo que los mandos y agentes del cuerpo se sentaban habitualmente en su barra para tomar algo.

El bar donde se produjo el atentado, regentado por el salmantino Pedro Fernández Serrano.
El bar donde se produjo el atentado, regentado por el salmantino Pedro Fernández Serrano. El Norte

El 5 de abril de 1979, colocaron un explosivo de goma 2, con dispositivo de relojería, en los baños de su local. Pusieron la bomba sobre las 21:00 horas, según certificó después la investigación, y la colocaron en el depósito de agua del aseo de caballeros. El mecanismo explotó dos horas después y alcanzó de lleno a Pedro, que en ese momento se encontra entre el comedor y los baños, muy cerca de donde tuvo lugar la explosión. Su mujer, Raquel, también trabajaba en el bar, pero a esas horas de la noche ya se había ido a casa. El matrimonio tenía la vivienda en el cuarto piso del mismo edificio donde estaba el local hostelero. Contó Raquel a los periodistas que había subido a acostar a los niños y que, ya sobre las 23:00 horas, se puso a hacer ganchillo a la espera de que llegara su marido. Cuando sintió la explosión, bajó corriendo al bar. Ya había policías, llegados del cercano Gobierno Civil, que impidieron que Raquel entrara. Pedro había recibido amenazas.

La Audiencia Nacional condenó a Ricardo Garciandía, María Gloria del Sagrario Recarte y Miguel Mateo Asnariz a sendas penas de 27 años de prisión mayor.

Luis Gómez Hortigüela: un día antes de la boda de su hija. Teniente general del Ejército, nacido en Burgos. Casado y con cinco hijos; el mayor, de 33 años

25 de mayo de 1979

Gómez Hortigüela se convirtió en el cargo militar más alto asesinado por la banda terrorista ETA hasta ese momento. El teniente general se dirigía a su despacho en el Ministerio de Defensa (Madrid) a primera hora, tal vez con nervios porque al día siguiente estaba prevista la boda de su hija Pilar. Salió de su casa en la calle Luis Salazar y montó en el coche oficial (un Seat 1430 negro) con Lorenzo Gómez Borrero al volante. Dentro estaban los coroneles Jesús Ábalos y Agustín Laso. No llevaban escolta.

Agustín Laso Corral: los terroristas se disfrazados de obreros. Coronel del Ejército nacido en Mata de Almunia (Salamanca). Casado y con cinco hijos. Murió en el atentado a Hortigüela

25 de mayo de 1979

Los terroristas hacía semanas que seguían los movimientos de Gómez Hortigüela. Sabían que el entorno de su vivienda y del ministerio estaban vigilados, por lo que decidieron esperar al vehículo en una zona sin tanto control. Compraron unos monos de trabajo y se hicieron pasar por miembros de una cuadrilla de las obras de la calle Corazón de María. Cuando vieron que el coche se paraba en un semáforo, sacaron las metralletas que guardaban en una bolsa de deportes y dispararon a los ocupantes del coche.

Imagen del atentado publicada por El Norte de Castilla en la edición del día siguiente al atentado en Madrid.
Imagen del atentado publicada por El Norte de Castilla en la edición del día siguiente al atentado en Madrid. El Norte

Lorenzo Gómez Borrero; el conductor de un teniente sin escolta. Conductor empleado en el Ministerio de Defensa. Nacido en Burgos. Falleció en el atentado al teniente general Hortigüela

25 de mayo de 1979

Gómez Borrero tenía 37 años y era un empleado civil (conductor) del Ministerio de Defensa. Sobrevivió apenas unas horas al atentado, debido a la gravedad de las heridas recibidas. Se hallaron 52 casquillos de bala en la zona y los terroristas lanzaron además una granada contra el coche. Los etarras huyeron después en un Seat 124 blanco con matrícula de Valladolid. Uno de los terroristas, condenado a 30 años de prisión por cada una de las víctimas mortales, fue Henri Parot.

Emilio López de la Peña: acababa de comprar sellos en un estanco. Policía Nacional en Basauri, nacido en Segovia. Había fijado su boda para el 2 de septiembre, con una auxiliar de enfermería

28 de julio de 1979

Tenía todo preparado para su boda. Faltaba tan solo un mes para que se casara con su prometida, una joven auxiliar de enfermería, empleada en la misma clínica en la que trabajaban su madre y su hermana. La boda estaba fijada para el 2 de septiembre de 1979. ETA lo mató el 28 de julio.

La Policía Nacional de Basauri controlaba ese día la carretera que unía Bilbao con Las Arenas, en paralelo a la ría. La patrulla de Emilio López (y de su compañero Ángel Saro, de Santander) tenía encomendado el tramo cercano a la fábrica de Tubos Reunidos. Sobre las 8:20 horas, los agentes se acercaron un instante a un estanco cercano, apenas a cien metros de donde tenían el punto de control. Compraron postales y sellos, jabón de tocador, champú y cordones para los zapatos. Nada de tabaco. Cuando salían del estanco, los terroristas (ocupaban un Renault 5) dispararon contra los agentes. Sus compañeros no pudieron ver nada, porque entre el punto de control y el estanco había una curva muy pronunciada que impedía la visibilidad.

Antonio Pastor Martín: llevaba solo dos días en su nuevo destino. Guardia civil nacido en Palencia. Falleció en el hospital 16 horas después de sufrir un atentado en San Sebastián

28 de julio de 1979

Antonio Pastor llevaba tan solo dos días destinado en el cuartel de San Sebastián cuando ETA lo asesinó. Eran las 22:40 horas y varios agentes compartían conversación a las puertas de la casa cuartel del barrio de Herrera. Esa noche, un coche Peugeot 440 con matrícula de Barcelona (robado en Rentería) pasó a toda velocidad por delante de la casa cuartel. Desde su interior, los terroristas lanzaron ráfagas de ametralladoras, que alcanzaron a los tres agentes. Eran Moisés Cordero (de Huelva), Antonio Pastor (de Palencia) y José Álvarez, quien resultó herido pero sobrevivió al ataque.

Antonio recibió tres balazos que le provocaron, entre otros daños, perforación de colon y le afectaron el hígado, además de numerosos disparos en las manos. Fue ingresado en el centro Nuestra Señora de Aránzazu. Pasó a quirófano a medianoche. Durante cuatro horas lo operaron. Falleció 16 horas después.

Guadalupe Redondo Vian: murió junto a su marido en Atocha. Ama de casa, nacida en León. Fue una de las víctimas de la bomba colocada por ETAen la estación de Atocha

29 de julio de 1979

La facción político militar de ETA tenía planeada una auténtica masacre en Madrid para el 29 de julio de 1979. Había diseminado varias bombas por puntos neurálgicos de la ciudad y las había programado para que explotaran con tan solo unos minutos de diferencia. El primer artefacto hizo explosión a las 13:01 en el aeropuerto de Barajas. El segundo, a las 13:12 en la estación de Chamartín. El tercero, a las 13:15, en Atocha. Las tres bombas provocaron siete muertos y 113 personas heridas.

Dionisio Rey Amez: explosivo escondido en una maleta de consigna. Policía nacional retirado con origen leonés. Estaba en la estación de Atocha con su familia cuando explotó la bomba de ETA

29 de julio de 1979

La bomba estaba colocada, presumiblemente, en una maleta que se depositó en la cabina de facturación de equipajes de los coches cama. Más de cuarenta personas tuvieron que ser atendidas en diversos hospitales por este ataque en Atocha. Fallecieron cuatro, entre ellas, el matrimonio leonés compuesto por Dionisio Rey Amez (un policía nacional retirado, de 59 años, que murió cuatro días después) y Guadalupe. Junto a ellos estaba su hija, que ingresó en La Paz en estado grave, aunque pudo salvar la vida.

Imagen de Efe, después de las explosiones registradas esa mañana en Barajas, Chamartín y Atocha.
Imagen de Efe, después de las explosiones registradas esa mañana en Barajas, Chamartín y Atocha. El Norte

Jesús Emilio Pérez Palma: tercera víctima de la región en la estación. Estudiante de origen castellano y leonés, aunque las asociaciones de víctimas no precisan el lugar de nacimiento

29 de julio de 1979

Entre los fallecidos por la bomba de Atocha se encontraba Jesús Emilio Pérez Palma, un joven estudiante que resultó gravemente herido en la estación y que tuvo que ser trasladado al Primero de Octubre. Allí murió horas después de su ingreso. Los registros de las asociaciones de víctimas de terrorismo no consignan la procedencia de Jesús Emilio, pero el libro 'Vidas rotas', que reconstruye las biografías de todas las víctimas de ETA, atribuye su origen castellano y leonés, sin precisar el lugar de nacimiento.

Aureliano Calvo Val: asesinado en el taxi con el que hacía horas extra. Policía nacional nacido en Quintanas de Valdelucio (Burgos). Casado con dos hijas de 12 y 3 años y un bebé de seis meses

30 de agosto de 1979

Aureliano Calvo era Policía Nacional, pero en sus horas libres, para ganarse un sobresueldo con el que mantener a su familia (su mujer Carmen, sus tres hijos: dos niñas de 12 y 3 años, un niño de seis meses), trabajaba en un taxi. Su cadáver fue hallado en el interior del vehículo el 30 de agosto de 1979, sobre las 21:30 horas. En el interior se encontraron casquillos marca Gecco calibre 9 mm parabellum.

Un bedel del colegio San Jorge avisó a la Policía, después de sospechar de un taxi aparcado cerca del colegio, en al avenida de Tolosa. Antes, una vecina había llamado a la Policía para informar sobre la presencia de un taxi que tenía el motor encendido pero no se movía. Los agentes se desplazaron hasta el lugar y hallaron el cadáver de Aureliano, totalmente desangrado. Todos los disparos habían sido efectuados por detrás.

Sixto Holgado Agudo: abandonaron su cadáver en el vertedero. Taxista natural de Bañobárez (Salamanca). Había sido Policía Local en San Sebastián y repartidor de Coca Cola. Ocho hijos

26 de septiembre de 1979

El currículo de Sixto Holgado incluía varios años como Policía Municipal en San Sebastián (entre 1961 y 1964), cinco más como repartidor de Coca Cola (después de que se diera de baja como policía) y después, durante diez años, como taxista en Rentería, tras hacerse con una licencia. Había nacido en 1933, estaba recién casado en segundas nupcias (contrajo matrimonio seis meses antes de que ETA lo matara) y tenía ocho hijos de su anterior matrimonio, con edades entre los cinco y los veinte años.

Unos empleados del servicio de basura, cuando iban a descargar un camión en el vertedero de San Marcos, en Rentería, hallaron el cadáver de Sixto, con un tiro en la nuca, sobre la una de la madrugada. La trayectoria de la bala indicaba que los asesinos obligaron a la víctima a agacharse o tumbarse en el suelo. La reconstrucción policial del crimen dice que los terroristas pidieron un taxi poco después de las 21:30 horas, que obligaron a la víctima a conducir hasta el vertedero y que allí lo asesinaron. La víctima tenía en la cartera 4.000 pesetas, pero le habían robado el carné de conducir y el de identidad.

Los asesinos se llevaron el taxi de la víctima (un Seat 131 de color marrón) y lo abandonaron a tan solo 150 metros de la casa de Sixto. El día 27, como homenaje, los 31 taxistas de Rentería pararon durante toda la jornada.

Germán González López: militante del PSOE con cinco disparos. Fotógrafo, nacido en La Horcajada (Ávila), pero la mayor parte de sus ingresos venían por la reparación de aparatos eléctricos

27 de octubre de 1979

Germán González López, fotógrafo, militante del PSOE, aparcó en batería el coche de su familia (un 127 rojo) en la plaza de Iparaguirre. Se bajó del vehículo. Abrió el maletero para coger algo y, en ese momento, un terrorista con un anorak azul se acercó por la espalda y lo disparó ocho veces. Cinco balas alcanzaron a Germán: en el ojo derecho, en la nariz, el cuello, dos en el tórax. Después, el terrorista se subió a un Chrysler verde metalizado (robado el día antes a un pescadero de Zumárraga) y huyó.

Germán tenía 34 años, era fotógrafo de profesión, aunque la mayor parte de los ingresos procedían de la reparación de televisiones, radios y aparatos eléctricos. Había trabajado también como soldador en los astilleros Balenciaga de Zumaia. Estaba afiliado al Partido Socialista de Euskadi y al sindicato UGT. Con esta vena política había participado en la campaña para votar por el Estatuto de Autonomía, con un coche con megafonía en el que anunciaba la convocatoria de los mítines del PSOE. Vivía en Zumaia con su hermana y su cuñado.

La Audiencia Nacional condenó a Jesús María Larzabal a 25 años de prisión y a Juan Carlos Arruti a 26 años.

Ángel García Pérez: a cara descubiertay sin testigos. Guardia civil nacido en Vitigudino (Salamanca), aunque pasó su infancia en Sanfelices de Gallegos. Allí fue enterrado.

28 de noviembre de 1979

Los asesinos actuaron a cara descubierta, pero ninguno de los clientes del bar dijo conocerlos o facilitó descripciones que facilitaran la investigación. Los testigos no colaboraron.

Fue el 28 de noviembre de 1979 por la noche. Ángel García, veinte años, natural de Vitigudino, era un guardia civil que llevaba pocos meses destinado en el cuartel de Azpeitia. Acudió junto con sus compañeros Antonio Alés (de Cuenca) y Pedro Sánchez (de Granada) hasta el bar Ízaro, en compañía de la mujer de este último, que estaba embarazada. Iban de paisano. Querían tomar algo. Estaban de pie junto a la barra. Habían pedido un mosto, una tónica, un bíter kas y unos pinchos morunos. Al poco tiempo, entraron cuatro individuos que pidieron dos gin tonics, medio cubata, una tónica. Bebieron, pagaron y se fueron. Salieron del coche para coger las armas que tenían en el coche que habían dejado aparcado en la puerta. Eran integrantes del comando Goierri de ETA.

Los terroristas volvieron a entrar al bar, apartaron a la mujer, y dispararon a quemarropa contra los tres guardias civiles. Al menos 18 disparos. Murieron en el acto. La Guardia Civil consiguió recuperar huellas dactilares.

La Audiencia Nacional condenó a Juan María Tapia como encubridor y a Pedro María Leguina a 30 años de reclusión mayor.

Mañana, repaso a los secuestros cometidos por la banda terrorista y biografía de todos los castellanos y leoneses asesinados por ETA entre 1980 y 1982

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios