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Exposición 'Así eran nuestras muñecas' en el hotel Las Vegas de la capital burgalesa. Ricardo Ordóñez
Aquellas muñecas de ayer

Aquellas muñecas de ayer

Una muestra de más de 200 muñecas recuerda cómo eran los juguetes de las nacidas entre los 70 y finales de los 80

L. SIERRA

Domingo, 24 de diciembre 2017, 14:40

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Cuando los Reyes Magos llegaban a los hogares españoles y las niñas esperaban frente al televisor para indicarles a sus padres la muñeca que querían para esas Navidades comenzaba la vida de las más 200 muñecas que componen la exposición ‘Muñecas de las niñas nacidas en los 70’, que puede verse en el Hotel las Vegas de Burgos hasta el próximo mes de marzo.

Si hay algo que define a la muestra, compuesta por muchas de las muñecas que han marcado la infancia de miles de mujeres nacidas entre los años 70 y 80, es la nostalgia y el amor que conlleva ponerse “cara a cara” con el juguete que tan feliz nos hizo en nuestros primeros años de vida. Y es que antes las muñecas no eran de usar y tirar, sino que acompañaban durante años, incluso décadas.

Así lo recuerda en declaraciones a Ical su impulsora, Esther Sagredo, que a “en plena jubilación”, y “de la forma más casual del mundo” inició hace más de un año lo que se ha convertido en un amor por el coleccionismo de muñecas. “He de reconocer que todo comenzó de forma casual cuando su sobrina le pidió una Nancy como regalo. Yo le dije que no, que yo no le compraba una Nancy porque para “nancys” bonitas las que tenía su madre...”.

“Cuando llegué al baúl le saqué la muñeca con la que tanto cariño había jugado mi hermana. La vio totalmente despeinada y agajada por el paso del tiempo, pese a que yo me encargué de coger a la muñeca, asearla y plancharle la ropa. No sirvió de mucho, porque la niña jugó dos días y se olvidó de la Nancy actual y de la de su madre”, asevera Sagredo, que reconoce que ella, por contra, no logró olvidar el encanto de la pieza iniciando una búsqueda por todos los trasteros y sótanos de la familia en una búsqueda de “las muñecas de toda su familia”.

Esther pasó semanas limpiando las muñecas que sus primas le habían cedido y haciendo “labores de cirugía” a más de un ejemplar al que “tuvo que sacar los ojos, pulirlos hasta quedar como lo recordaba en su memoria”. Cuidados paliativos para los juguetes que comenzaron casi cincuenta años después de su creación una segunda vida. Esta vez alejada del amor de aquellas niñas, hoy convertidas en madres.

Las muñecas de Famosa

El sonido del anuncio de ‘Las Muñecas de Famosa’ pone color musical a una exposición perfectamente documentada y montada de forma cronológica. Lo primero que se encuentra el visitante nostálgico son un grupo de ‘Barriguitas’ ataviadas con los faldones clásicos de punto y los básicos de Famosa. Incluye la muestra dos ejemplares de ‘Barriguita Negrita’, que son una auténtica joya de coleccionista por su escasez en el mercado.

También de Famosa son los Nenucos con los que jugaron miles de españolas nacidas entre los años 70 y finales de los 80, así como las muñecas ‘Lady’ en sus versiones ‘Fiesta’, ‘Sport’ y ‘Otoño’.

Si hay un capítulo especial en la exposición ese es el dedicado al mundo ‘Nancy’. La exposición hace un recorrido desde 1968, año en el que la empresa Famosa crea una serie de muñecas con el nombre Nancy convirtiéndose en la muñeca preferida de casi dos décadas. Precisamente, más de cuarenta ‘nancys’ nos recuerdan el pasado científico, artístico, religioso y literario de una muñeca creada para que las niñas “jugaran con la muñeca que les decía lo que ellas querían hacer de mayores”.

“Tu pedías la Nancy comunión en el día de tu Comunión y la Nancy Enfermera si queríais ser eso de mayor”, apostilla Sagredo, que asevera la “cantidad de vestuario” y “rarezas” que acumula en mundo de esta muñeca en el apartado del coleccionista.

Dibujos y muñecas del mundo

No falta en la exposición el capítulo dedicado a las muñecas de las series de televisión más famosas apareciendo de este modo ‘Heidi’ y su inseparable amiga Clara o el más que recordado Marco con su amigo Amedio al hombro. “Seguro que muchas mujeres y hombres tuvieron estos muñecos en casa y solo con verlos pueden volver a su infancia”, añade Sagredo.

Cierra la exposición un conjunto de muñecos “del mundo” con una presencia más que notable a las tradiciones muñecas “burgalesas”, “sevillanas”, “charras” que acompañaron la mesita de la tele de cientos de casas. “Yo recuerdo la casa de mis abuelos con esa muñeca de sevillana y la otra al lado”, indicó una de las visitantes de la exposición, que entiende que “ideas con esta son fantásticas para recordar tiempos de ilusión”.

Esa es la nota de predominante de toda esta historia. La ilusión. Ilusión por recomponer muñecas olvidadas en desvanes que llegaron a manos de la coleccionista “con bichos” y de “la forma más sucia del mundo”. “Hoy les damos una segunda vida a todas ellas, porque ellas hacen lo mismo con nuestros sentimientos”, finaliza la creadora.

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