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l médico de Familia Miguel Ángel Castilla camina por las calles de Viloria del Henar.
Ser médico de pueblo

Ser médico de pueblo

El miércoles se celebra el Día de la Atención Primaria, la cenicienta del sistema que se enfrenta al reto de su reorganización como pilar de la asistencia en el medio rural y urbano

s.calleja

Domingo, 16 de abril 2017, 13:42

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Su jornada arranca a las 8.30 horas, aunque lleva ya otra media hora de viaje, lo que tarda en llegar desde Valladolid a Arrabal de Portillo. En el centro de salud comienza la reunión de equipo. Los once médicos de familia y el pediatra analizan la guardia; preguntan si ha acudido alguno de sus pacientes; discuten sus casos y, luego, cada cual coge su coche y se va a su pueblo. Aún no son las 10.30 horas y a don Miguel ya le esperan sus primeros pacientes en Viloria del Henar. Aquí no hay citas, se atiende por orden de llegada, y mientras toca el turno la pequeña sala de espera del consultorio local se convierte en lugar de tertulia.

Miguel Ángel Castilla es uno de los más de 1.500 médicos de familia que trabajan en alguno de los 3.652 consultorios locales de Castilla y León, el 36,3 por ciento de todos los que existen en España. Se hizo médico en el medio rural y se jubilará en un pueblo porque tiene claro que no lo cambia por irse a un centro de salud en la ciudad. Ya lo ha probado, y a él le gusta ser médico de pueblo. Se siente cómodo en un entorno en el que al final muchas veces también hace de confesor, las labores de ese maestro que ya no va porque se cerró la escuela, o de ese cura que tiene que atender varias parroquias.

Esta es la esencia de la medicina rural, de la Medicina de Familia que el próximo miércoles, 19 de abril, celebrará el Día Nacional de la Atención Primaria, la cenicienta del sistema, que se enfrenta al reto de su reorganización como garante del pilar de la asistencia en el medio urbano, pero más aún en el medio rural, donde problemas como la asignación de cupos, el desarrollo profesional y el relevo generacional se agudizan.

Nuevo modelo

Para la Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina de Familia (SocalemFYC) la solución pasa por reestructuración del modelo bajo el liderazgo de los profesionales y con el último fin de lograr que la calidad de la prestación sea la mejor e igual en el medio urbano que en el rural. A su juicio, esto sólo se consigue por medio de los propios médicos, que sean ellos los que decidan cómo organizar cada zona básica de salud en función de su población, patología, frecuentación... «No debe haber una norma para todos los consultorios. Cada uno es diferente. El nuevo sistema puede costar, pero es otra forma de motivar a los profesionales», explica la presidenta de SocalemFYC, Elvira Callejo Giménez.

«Castilla y León cuenta con una red extraordinaria de centros de salud rurales, con buenos profesionales y buenas dotaciones. Pero están muy dispersos y los cupos son bajos; hay más de 1.500 consultorios en pueblos de menos de 50 habitantes», precisa Elvira, para poner sobre la mesa dos realidades: los profesionales pierden tiempo en los desplazamientos y cupos tan pequeños provocan la pérdida de habilidades.

Por ello, abogan, por ejemplo, por cerrar consultorios con menos de 50 tarjetas y los centros de guardia innecesarios, a cambio de garantizar un sistema de transporte a la demanda que permita a la población acceder a un centro con mayores posibilidades, donde se puedan hacer espirometrías, poner un aerosol o realizar una pequeña cirugía menor. Esto no quita, inciden, que se mantenga la atención domiciliaria. «Lo que queremos es que el medio rural esté atendido y en las mejores condiciones, pero esto pasa por una reoordenación que se adapte a las necesidades de cada pueblo».

Mayor frecuentación

Mientras llega esa reordenación, Miguel Ángel cada día se hace entre 35 o 40 kilómetros, dependiendo de si tiene que ir a uno o a los dos municipios que tiene asignados, Viloria del Henar y San Miguel del Arroyo. Atiende a unos 30 o 35 pacientes al día, de los 850 que tiene asignados. Lejos de lo que se piensa, explica, al final en el medio rural la presión asistencial es mayor. «La gente viene más al médico porque el acceso es mucho más fácil». De hecho, los datos de frecuentación de Sacyl arrojan una media de 10,5 días en el mundo rural, frente a los 6,45 del urbano. Es más, si una persona de 87 años acude a su médico de familia 17,7 veces al año si vive en la ciudad, cuando lo hace en un pueblo la cifra se dispara a 25,6 veces.

Este cupo permite a Miguel Ángel mantener habilidades y ver bastantes casos para continuar actualizado. A ello contribuyen también las reuniones de equipo en el centro base, aunque al final todo depende del profesional. Con estas cifras él se siente cómodo; coincide con administración y sociedades que cupos muy pequeños al final van en contra del profesional.

De hecho, antes de aterrizar en la zona básica de Portillo, donde lleva un año, Miguel Ángel fue el médico de Villafrechós y de Mayorga de Campos. También tuvo una pedanía de 165 censados, y no todos vivía en ella. Con la reestructuración del mapa de Atención Primaria, este pueblo se unió a otro. «Era necesario. Ahora el médico tendrá que ir de un pueblo a otro, pero cupos tan pequeños no convienen», explica, lo que no implica que se tengan que cerrar consultorios con pocas tarjetas. «Si yo viviera en un pueblo, me gustaría que el médico viniera a verme. Cerrar centros deshumaniza la medicina», sentencia.

Relevo generacional

Otro de los problemas a los que se enfrenta la medicina rural es el relevo generacional, situación que afecta al conjunto de la Primaria, pero con mayor peso en las plantillas de los pueblos. Se calcula que en los próximos cinco años hasta 600 médicos de familia colgarán la bata en Castilla y León, y no hay repuesto. Es un problema de números, de mala planificación, dice. Esto permite a la gente elegir y provoca problemas de cobertura en algunas zonas, pero sobre todo de sustituciones en vacaciones, bajas o permisos. No viene nadie.

Esta realidad la constatan desde la Consejería de Sanidad, cuyo responsable, Antonio María Sáez Aguado, reconoce problemas con las sustituciones. Para ello técnicos de las direcciones generales de Profesionales y Asistencia Sanitaria trabajan en el estudio de medidas que permitan hacer más atractivas estas plazas. Una pasa por incentivar a estos sustitutos, pero de momento no han encontrado la forma legal ni han sido capaces de ponerse de acuerdo con los sindicatos. Mientras tanto, para hacer frente a las jubilaciones ha dado la instrucción de prolongar en el servicio a todos los que lo soliciten, incluso que se promueva que los médicos sigan en sus puestos cumplidos los 65 años.

A ello se une que el proyecto de Ley de Medidas tributarias y administrativas que acompañará a los Presupuestos Generales de la Comunidad de Castilla y León para este 2017, también prevé una disposición para los profesionales extracomunitarios, de modo que la Administración pueda contratarlos como interinos cuando falten especialistas y quede acreditada la necesidad y urgencia de la provisión de un puesto, con independencia del cupo del 12 por ciento fijado por Ley.

Oposiciones sistemáticas

Para Elvira Callejo tampoco contribuye la planificación de traslados y oposiciones. «No existe una sistemática. Si hubiera concursos y el médico supiera que va a estar unos años en una zona, no habría inconveniente». Además, alerta, en la lista de próximas jubilaciones, figuran muchos profesionales que ahora son tutores de los futuros médicos, lo que provoca bruma en el horizonte.

Para paliar este problema, desde la Consejería de Sanidad se trabaja en este sentido. «Si somos capaces de sistematizar los concursos y las oposiciones, tendremos solventada buena parte del problema. En ello estamos», precisa el consejero, quien añade que ahora ya tienen vía libre para agotar la tasa de reposición y convocar la mayor parte de las plazas de interés. A ello suma la fidelización de residentes, con contratos de tres años, y mecanismos para motivar a los profesionales en su desempeño profesional.

Mientras llegan estas medidas, los pilares del sistema esperan a que el temporal amaine, más en el medio rural, donde «es y debe ser obligatorio tener las mismas posibilidades y acces a la sanidad que en la ciudad». Es la reflexión que hace Miguel Ángel en su consultorio local, para punto y seguido pronunciar un «que pase el siguiente».

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