Borrar
Dos cabezas bovinas en una explotación.
Castilla y León se fija en el mercado musulmán para vender al exterior unos 15.000 ejemplares bovinos

Castilla y León se fija en el mercado musulmán para vender al exterior unos 15.000 ejemplares bovinos

La Comunidad mantiene los niveles de exportación de animales vivos a Líbano o Libia, que cotizan al alza un sector malherido | La cantidad de exportaciones representa el 10% del total de España

ical

Domingo, 5 de marzo 2017, 12:39

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Líbano fue una tabla de salvación para nosotros». Así de rotundo se muestra David Poveda, ganadero de Villanueva de los Pavones (Salamanca), quien hace seis años dio un giro a su negocio de vacuno y lo ubicó mirando a Oriente Próximo y al mercado musulmán. Hoy, aunque con una importante fluctuación de precios, su balance es optimista. Este joven de 28 años es uno de los profesionales que exporta en un sector que en la Comunidad cuenta con 10.500 empleos directos y genera 6.200 indirectos.

Durante 2016, la Comunidad mantuvo los niveles de exportación de animales vivos, con más de 15.000 bovinos, en la línea con el año anterior, el ocho por ciento del total nacional (casi una décima parte), que fue de unos 172.000 animales. A ellos se suman cerca de 35.000 toneladas de carne ya sacrificada, una quinta parte de lo exportado en este sentido por España, según datos facilitados por la Alianza UPA-COAG y la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne (Asoprovac).

Las ventas al exterior han aliviado la situación de algunas explotaciones abocadas a su desaparición ante la inestabilidad de los precios de la leche y sus derivados. Ahora, su apuesta varía hacia la carne, que ha sumado ingresos en exportaciones por 22 millones de euros en 2015 -el pasado año aún no se conoce-. Ahí cobra gran relevancia el mercado musulmán y el rito Halal, que dicta que los animales deben ser sacrificados con el corte en el cuello y con la cabeza hacia La Meca, mientras la carne se consagra a Alá. De esta forma, se garantiza que la carne puede ser consumida por los musulmanes.

De las casi 15.000 cabezas exportadas por las ganaderías de la Comunidad, más del 80 por ciento se dirigieron al Líbano, aunque también se alcanzaron mercados como el portugués, el francés, el marroquí y el italiano. Entre todos completan el pastel. A la hora de centrarse únicamente en la carne que sale de España ya en canal, la gran mayoría se dirige al país luso, aunque también a otros territorios europeos y Argelia.

«Con la crisis, en España la carne se convirtió en un artículo de lujo, porque pocos pagan siete u ocho euros el kilo. En cambio, este mercado lo compra», especifica Poveda, quien vende a través de un empresario murciano que carga en su propia granja los animales -mezcla de limousin y charolés por ser los más rentables- y los traslada a un buque mercante en el puerto de Cartagena, con destino Beirut y unos 2.000 bovinos.

En cada camión pueden viajar medio centenar de ejemplares, a 450 kilos cada uno de media. «Esto tiene un inconveniente. En muchas ocasiones viajan animales de distintas granjas de la zona y en el viaje se pegan y puede haber problemas», señala Poveda, quien recalca que estos animales requieren tranquilidad antes de ser sacrificados.

Medio año en la explotación

A la explotación, los animales llegan con medio año de vida y un peso que ronda los 230 kilos de media. Paga entre 480 y 540 euros por cabeza. Allí se ceban a base de paja y pienso (Castilla y León consume un millón de toneladas anuales) durante seis meses más, momento en el que se da luz verde a su venta. «A los libaneses les interesa llevarse el animal vivo para sacrificarlo allí a su estilo», sostiene Poveda, quien desliza que durante el viaje, que se extiende durante varias jornadas, la vaca pierde peso. En España, de hecho, se encontrarían problemas por este motivo.

Sin embargo, el ganadero entiende que existen diferencias en función del destino de la carne. «Si va a la zona norte, les encanta la carne con grasa. Si es la zona centro, no la quieren ni ver. A los libaneses, en principio, les es indiferente. Ellos se encargan de todo», insiste durante una visita a la explotación, que próximamente se quedará vacía porque se llevarán los 70 ejemplares que actualmente ceba.

La nave de David Poveda supone en este momento uno de los 3.420 cebaderos que existe en la Comunidad y que alberga un censo de más de 188.000 animales. A ellos se suman aquellos que hacen también las veces de reproductoras, casi 12.000, con 322.000 cabezas.

Vigilancia sanitaria

Este tipo de ganado requiere «importante vigilancia» por cuestiones de enfermedades. «Se te muere uno o dos y te hace el apaño. Yo lo que quiero que es la carne valga dinero, me da igual si la compran en Madrid o Marruecos», determina.

El vacuno de carne es el segundo sector ganadero en importancia de Castilla y León, con un valor de su producción en 2014 superior a los 565 millones de euros, un seis por ciento más que en 2010. Con 1,14 millones de cabezas de vacuno de carne, representa el 22 por ciento del total nacional y es la comunidad con mayor censo de España, seguida de Extremadura con el 15,2 por ciento.

El coordinador de COAG Castilla y León, Aurelio Pérez, califica estos datos de «buenas noticias» frente al subsector lácteo. «Hemos tenido un año de estabilidad en la carne. Hay que ponerlo en valor y expulsar los debates agoristas con un problema que no existe, que es el sanitario», espeta en declaraciones a Ical.

Este óptimo escenario ha permitido exportar a Líbano y Libia en un contexto en que el consumo en España ha bajado en 75.000 toneladas en el último lustro (de siete a cinco kilos de carne por habitante y año). Todo ello es posible, añade, porque se ha trabajado bien en campañas de saneamiento «y sólo el 1,98 por ciento de las explotaciones cuentan con alguna enfermedad». Ese 99 por ciento supone «mantener el estatus sanitario y llegar a esos mercados extranjeros». «Un sector que produce el 130 por ciento del consumo nacional permite tener precios razonables porque nos supone exportar», explica.

Salamanca lidera a la Comunidad

La mayor parte de estas explotaciones se sitúa en la parte suroccidental. La provincia de Salamanca lidera este censo con el 45 por ciento del censo regional, con 511.300 cabezas -de las cuales 265.713 son vacas nodrizas; seguida de Ávila, con 208.000 animales (102.380 nodrizas).

Por lo que se refiere a cebo de terneros, en Castilla y León se contabilizan alrededor de 430.000 animales bovinos al año. Segovia y Salamanca aglutinan más de la mitad. La primera cuenta con el mayor número de cebaderos puros de vacuno, mientras que Salamanca, con la mayoría de explotaciones mixtas de reproducción y cebo.

En la Comunidad predominan explotaciones en intensivo e extensiva que, según Asoprovac, «optimiza el aprovechamiento de la superficie pastable, mejora el rendimiento de este tipo de explotaciones y en muchas ocasiones proporciona valor añadido, calidad y caracteriza el producto final».

El extensivo permite la utilización de razas autóctonas perfectamente adaptadas al medio, como son la Avileña, Morucha, Alistana-Sanabresa, Sayaguesa, Monchina o Serrana Negra. Estas razas son explotadas bien en pureza o mediante el cruce con otras foráneas, que tras muchos años se han adaptado perfectamente al territorio, como son la charolesa o limusina.

Asoprovac, con medio millar de socios en Castilla y León y que engloba el 85 por ciento del vacuno de carne, destaca el potencial con el que cuenta la Comunidad para producir carne de calidad, dado el elevado número de explotaciones de vacas nodrizas existentes.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios