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Récord de contratación de personas con discapacidad en 2016: 16.000 puestos, el doble que en 2012

Récord de contratación de personas con discapacidad en 2016: 16.000 puestos, el doble que en 2012

La provincia de León sumó 2.500 contrataciones y cuenta con 1.382 personas con discapacidad en paro |Tres de cada cuatro personas del colectivo en edad laboral siguen sin encontrar un empleo

r. travesí

Domingo, 26 de febrero 2017, 19:16

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Castilla y León registró en 2016 una cifra récord de firma de contratos de personas con discapacidad al alcanzar los 15.921 lo que supone un incremento del 16,3 por ciento con respecto al año anterior y doblar el número registrado en 2012. Pese a ese dato esperanzador, la tasa de empleo de este colectivo con distintas capacidades en la Comunidad se sitúa en el 27,2 por ciento y su índice de actividad está en 37,5 por ciento. Es decir, 38 puntos por debajo de la tasa correspondiente a la población sin discapacidad en la autonomía.

Los últimos datos sobre contrataciones de personas con discapacidad, referidos a 2016, ofrecen una evolución positiva puesto que los registros del Servicio Estatal de Empleo (Sepe) recogidos por la Agencia Ical demuestran que los contratos firmados por este colectivo no pararon de crecer desde el año 2009. En ese ejercicio, el Sepe contabilizó un total de 8.189 contrataciones a personas con discapacidad que al año siguiente aumentaron hasta las 8.673 y las 8.692 en 2011.

La única bajada registrada en ese periodo tuvo lugar en 2012 cuando hubo 7.596 contratos, por lo que se convirtió en el peor año de la serie reciente y con más incidencia por la crisis económica. Las contrataciones desde entonces aumentaron de forma exponencial como los incrementos de 2013 (26,4 por ciento, hasta las 9.607); 2014 (23,8 por ciento, hasta las 11.901) y 2015 (un 15 por ciento más, con 13.684). El último dato facilitado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, correspondiente a 2016, recoge que la Comunidad contabilizó 15.921.

En cuanto a sectores económicos, cerca del 80 por ciento de los contratos formalizados por este colectivo tiene lugar en profesiones relacionadas con los servicios, seguida del 16 por ciento en industria mientras que es residual en agricultura y construcción.

La Comunidad contabilizó 58.709 contratos firmados por personas con discapacidad en el periodo entre enero de 2012 y noviembre pasado. El buen comportamiento de las contrataciones de este colectivo no es algo exclusivo de Castilla y León puesto que también mostró una evolución positiva a nivel nacional. El año pasado, España registró un total de 268.160 contratos, lo que supone un 56,6 por ciento más en comparación con 2012, aunque en ese periodo el incremento en la región fue del 109,5 por ciento. Con respecto a 2015, las contrataciones de personas con discapacidad aumentaron un diez por ciento frente al 16 por ciento autonómico.

Uno de esos contratos fue el firmado por Luisa Muñoz que desde hace tres meses, es peón de envasado en la planta de Entrepinares en Santovenia del Pisuerga (Valladolid). Cuenta con un contrato de un año que, pasado ese tiempo, podrá convertirse en indefinido.

A la espera de una oportunidad

Esta joven vallisoletana de 33 años recibió la oferta a través de Inserta, la entidad de Fundación ONCE experta en empleo y formación de las personas con discapacidad, y no lo dudó. Entre otros motivos, por el asesoramiento de los técnicos de la organización vinculada a la Fundación Once que le recomendaron aceptar ese trabajo. No es lo mismo entregar por mi cuenta el currículum que Inserta haga de mediador y facilite que no haya temores por parte de la empresa a la hora de contratar a una persona con discapacidad, explica a la Agencia Ical.

No en vano, considera que las personas como ella solo buscan contar con una oportunidad para demostrar su valía. Hay mucho desconocimiento y lo más importante es que un trabajador realice bien su labor, con independencia de la forma en que entró en la empresa, rubrica.

Luisa disfruta de un contrato de ocho horas que supone contar con una estabilidad laboral pero también vivir mejor y reducir mucho mis preocupaciones. Se siente como una más en la empresa, entre otras cosas porque realiza el mismo trabajo que otro trabajador. Además, destaca la buena acogida en Entrepinares, que siempre se ha caracterizado por ser una compañía sensibilizada con la discapacidad.

Una realidad preocupante

La mejora de la contratación entre el colectivo con discapacidad, y el caso de Luisa es el mejor ejemplo, no esconde una realidad preocupante. El último Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo (Odismet) de la Fundación Once, con datos de 2015, recoge que la tasa de empleo de las personas con discapacidad en la Comunidad era del 27,3 por ciento. Es decir, tres de cada cuatro personas con discapacidad en edad laboral no tiene un empleo.

El mismo informe apunta que en Castilla y León hay 75.400 personas con discapacidad, lo que equivale a una tasa del 4,8 por ciento, pero solo existen 20.590 ocupados. Por el contrario, a finales de 2016, había 7.928 demandantes de un trabajo y, por tanto, inscritos en las listas del desempleo. De ese número, el 52,4 por ciento cuenta con más de 45 años.

Las estadísticas demuestran que una gran parte de la población con discapacidad no figura en las listas de demandantes de empleo. Odismet también destaca el abandono escolar temprano entre los jóvenes con discapacidad (43 por ciento), un porcentaje que casi dobla al de sus homólogos sin discapacidad (25 por ciento) y el 70 por ciento confiesa haber encontrado barreras para acceder a la formación. Unos datos que están relacionados con que la tasa de paro entre el colectivo de los jóvenes alcance el 63,5 por ciento.

De ahí el importante papel que juegan entidades como Inserta Empleo, la entidad de Fundación ONCE experta en empleo y formación de las personas con discapacidad. Ha sido la responsable de la gestión y desarrollo del Programa Por Talento (Programa Operativo de Lucha contra la Discriminación 2007-2013), cofinanciado por el Fondo Social Europeo. Y ahora, está inmersa en los programas operativos de Empleo Juvenil (POEJ) y el Programa Operativo de Inclusión Social y de la Economía Social (POISES) que se marcan el objetivo de beneficiar a 3.524 personas con una discapacidad en la Comunidad, ya sea física, psíquica o sensorial. Además, se formarán a 699 alumnos y se conseguirán 1.225 inserciones laborales.

Reciclaje con la formación

Una formación que, por ejemplo, es clave Luis Lorenzo que después de 30 años como autónomo en la hostelería se vio obligado a dejar esa actividad por fuertes dolores en el hombro que no se solucionaron con una intervención quirúrgica y que han derivado en una discapacidad física del 33 por ciento. Así que a sus 57 años, este vallisoletano realiza un curso de cajero de supermercado junto a otras 14 personas con discapacidad, gracias a Inserta, que le permita encontrar un empleo como dependiente o para introducir datos en el TPV (Terminal Punto de Venta) en una empresa de distribución.

Soy consciente que ahora no puedo realizar ninguno de los trabajos que desempeñé en la hostelería o como peón en una cadena, así que a mi edad estoy obligado a reciclarme, confiesa. Luis explica que no es el mejor momento para encontrar un empleo por la crisis económica. Si las personas sin discapacidad lo tienen difícil, nosotros mucho más, pero creo que la discapacidad no debe ser una limitación porque hay puestos donde no es necesario una adaptación concreta, precisa.

A su juicio, las limitaciones son más mentales y lo explica al asegurar que jamás ha pensado en jubilarse tras la operación fallida. Si estoy bien, quiero estar activo y sentirme útil en la sociedad porque llevo muy mal la inactividad, asevera. Además, considera que la empresa debe buscar la productividad de un trabajador, con independencia de si el trabajador es discapacitado o no. Si, luego, se beneficia de la subvención por contratar a una persona con disapacidad, mucho mejor pero la clave es que saque adelante el trabajo, concluye.

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