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Un lustro de reforma laboral: más trabajo pero uno de cada cuatro empleos ya es temporal

Un lustro de reforma laboral: más trabajo pero uno de cada cuatro empleos ya es temporal

Cecale ve «muy positivo» el balance porque la «flexibilidad» salvó miles de puestos, mientras que UGT y CCOO denuncian la precarización y el empobrecimiento general

ical

Sábado, 18 de febrero 2017, 19:40

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La reforma laboral que entró en vigor en febrero de 2012 deja un balance en Castilla y León agridulce, con más empleo, si, pero con un aumento sustancial de la temporalidad en la contratación y en los puestos a jornada parcial. Un lustro que se resume en una palabra: precarización.

Las cifras son tozudas. El primer trimestre del año 2012, había en Castilla y León, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), del Instituto Nacional de Estadística (INE), 747.200 trabajadores asalariados, de los que 143.200 tenía un contrato temporal, el 19,1 por ciento. Cinco año más tarde, en el último trimestre de 2016 (últimos datos EPA disponibles), se contabilizaban en Castilla y León, 766.096 asalariados, 194.961 temporales, lo que supone un 25,4 por ciento del total. Estos datos suponen un aumento de la temporalidad en un lustro en 6,3 puntos porcentuales.

En cuanto a la jornada, los datos analizados por Ical, indican que en el arranque de 2012, había 124.000 trabajadores a tiempo parcial el 13,1 por ciento del total, mientras que al cierre de 2016, ascendían a 146.785, el 15,1 por ciento del total de ocupados en la Comunidad. Es decir, la parcialidad en la jornada avanzó en los años de estudio dos puntos.

Del lado positivo, las cifras de la EPA reflejan la generación de empleo y la reducción del paro en esos cinco años, aunque con matices. Castilla y León tenía al cierre del año pasado, 169.133 desempleados, lo que supone 56.767 menos que en 2012, cuando entró en vigor la reforma laboral del PP. Sin embargo no todo fue empleo neto. Si es cierto que la ocupación aumentó en 28.266 personas, hasta un total de 972.866 trabajadores en el último trimestre de 2016; pero también lo es que el número de activos menguó en 28.501 personas, con 1.141.999 en la Comunidad al cierre del último año.

Un dique frente al desempleo

El presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale), Santiago Aparicio, hizo balance del nuevo marco regulatorio y defendió que es bastante positivo porque ha ayudado muchísimo a frenar la grave situación de desempleo generada durante los años de crisis. Sino se hubieran producido estos cambios legislativos hacia la flexibilización del mercado laboral, hubiera habido muchos más parados que los de ahora. La reforma laboral ha sido muy positiva, sentenció.

Santiago Aparicio defendió que la reforma no fue en contra de los trabajadores, sino que introdujo medidas de flexibilidad que evitaron la pérdida de muchísimos puestos. En este sentido, puso como ejemplo las grandes firmas de la automóvil, que gracias a esta reforma, dijo, tienen hoy garantizado su futuro con importantes cargas de trabajo. La peor precariedad es el desempleo, dijo, para acusar a los sindicatos de no estar en la realidad al denunciar la precariedad, cuando se ha avanzado en la flexibilización en jornada, horarios y sueldos como garantía para el empleo.

Sueldos de miseria

En el extremo opuesto se sitúa la opinión de los representantes de los trabajadores. El secretario general de UGT en Castilla y León, Faustino Temprano, y el secretario de Acción Sindical de CCOO en la Comunidad, Vicente Andrés, arremetieron contra la reforma laboral y denunciaron que sólo ha traído precariedad y ha generado una gran masa de trabajadores pobres, que están ocupados pero con sueldos no les dan para vivir.

Asimismo, constataron que para lograr esta devaluación de las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores, lo primero que hizo la reforma fue reventar las relaciones entre empresarios y sindicatos en la negociación colectiva, otorgando el mango de la sartén a las patronales.

En este contexto, exigieron una vez más la inmediata derogación y la recuperación de los derechos perdidos y advirtieron de que seguirán dando la batalla, hasta que en este país se vuelva a legislar para el conjunto de la ciudadanía y no a favor de unos pocos.

Críticas injustas

El dirigente patronal denunció, en este sentido, que no son justas las criticas sindicales al nuevo modelo de negociación colectiva, y reseñó que las centrales sólo quieren hablar de salarios, cuando el 40 por ciento de las empresas aún están compensando pérdidas y cada sector atraviesa por una situación distinta. Así, defendió que es preciso que se aborden las mejoras retributivas, pero indexadas a la competitividad y la productividad. Asimismo, recalcó que los representantes de los empleados no quieren ni oír ni hablar de temas como el absentismo, cuando estamos doce puntos por encima de la media de Europa.

Santiago Aparicio defendió que es preciso seguir profundizando en medidas de flexibilidad, como se está haciendo, a su juicio, en todos los países, y defendió que habría que actuar en materia de contratación, haciendo desaparecer la mayoría de las modalidades, y establecer contratos universales en su aplicación y en el tiempo y mucho más flexibles, con el reto de dotar de estabilidad y permanencia al empleo, dijo. Hay una gama muy amplia de modelos de contrato y que eso habría que reformarlo, resumió.

Más desigualdad y pobreza

Faustino Temprano arremetió contra una reforma que entró en vigor el 10 de febrero de 2012 y tras cinco años de aplicación tenemos peores empleos, salarios más bajos, más desigualdad y más pobreza. Aseveró que la Comunidad mantiene altos niveles de desempleo, y los puestos que se recuperan son temporales, junto a una expulsión del mercado laboral de los jóvenes y mayores de 55 años, ya que se están enquistando el paro de larga duración.

Faustino Temprano recalcó que el desempleo bajó en 21.887 personas en 2016, pero sólo se contabilizaron 18.449 afiliados más a la Seguridad Social, lo que supone que los trabajadores se marchan o existe un elevado desánimo que les lleva a borrarse de las listas del paro. Además, constató que desde 2008, la contratación con una duración inferior a un mes, pasó de representar el 29,3 por ciento, al 43,6 por ciento; y los de menos de siete días, del 20,5 al 33,4 por ciento. Lamentó también que los salarios se devaluaron 5,3 puntos y siguen aumentando los niveles de desigualdad y pobreza. La recuperación económica sólo ha llegado a las empresas, que cada vez tiene con más beneficios, pero las rentas trabajadores caen año tras año, sentenció.

En este contexto, constató como la principal consecuencia de la reforma laboral, la aparición en estos años de una nueva figura, la del trabajador pobre, que pese a tener un trabajo, no logra ingresos ni siquiera para atender a sus gastos básicos. Nos encontramos a años luz de que la recuperación llegue a los trabajadores, sentenció, para exigir la derogación inmediata de la reforma, de los contratos de emprendedores y de formación, de los que se están aprovechando las empresas, y el impulso de los de relevo, para dar más oportunidades a los jóvenes.

Asimismo, recalcó que es preciso que los convenios sectoriales vuelvan a prevalecer sobre los de empresa; así como recuperar las indemnizaciones por despido de 45 días, y acabar con el tope de 12 mesualidades. Junto a estos, advirtió de que es imprescindible apostar por el empleo de calidad si se quiera garantizar el futuro de las pensiones.

Un denuncia permanente

Vicente Andrés recordó que desde las centrales sindicales están permanentemente denunciando que la reforma laboral es nociva no solo para trabajadores, sino para toda la ciudadanía. Agregó que esta regulación sólo ha traído pobreza, con más de seis millones de trabajadores son pobres en España que cobran menos del Salario Mínimo Interprofesional. El dirigente sindical insistió en que los salarios se han devaluado y el desempleo ha subido porque cada cuatro trabajadores de ahora hacen uno completo.

Vicente Andrés destacó que la reforma ha cumplido plenamente los objetivos que tenía el Gobierno, que pasaban por precarizar el mercado laboral y trasvasar dinero esde las rentas del trabajo a las de capital. Así, destacó que la primera tecla que había que tocar era la Negociación Colectiva, que era la fuente de protección de los derechos y de la riqueza de los trabajadores.

Las expectativas del Gobierno se han cumplido, sentenció, para reiterar que se ha debilitado la defensa colectiva de los trabajadores. Acertaron de lleno con sus planteamiento y cumplieron su objetivo, dijo, para defender que los sindicatos también acertamos cuando advertimos de la precariedad que iba a generar.

A pesar de todo, advirtió de que seguirán en la pelea para mejorar el mercado laboral y subir los salarios, aunque las leyes no nos acompañen. En este contexto, manifestó que no confían en el destino y la buena voluntad del Gobierno. ni en las promesas de diálogo de su presidente, Mariano Rajoy. Así, anunció que seguirán siendo beligerantes hasta que no se revierta la situación y se legisle para que los ciudadanos recuperen sus derechos perdidos.

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