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Vista general del hemiciclo durante el Pleno de las Cortes.
Los portavoces de las Cortes urgen la reforma constitucional bajo el consenso de 1978

Los portavoces de las Cortes urgen la reforma constitucional bajo el consenso de 1978

Coinciden en blindar derechos a través de un suelo social y algunos defiende que el nuevo texto plasme los anhelos de toda la sociedad

leonoticias

Domingo, 4 de diciembre 2016, 18:36

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Los portavoces de los grupos parlamentarios de las Cortes de Castilla y León coinciden en señalar, en la víspera del 38 aniversario de la aprobación de la Constitución Española, en que ya es el momento de abordar su reforma para adaptarla a los nuevos tiempos, pero siempre desde el mismo consenso que se alcanzó en 1978.

En es sentido, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Juan José Sanz Vitorio, reconoció a Ical la necesidad de reformar la Carta Magna que ha supuesto un espacio de encuentro, convivencia, de desarrollo sin precedentes y de mejora de la calidad de vida. Sí creo que se puede reformar, pero hay que saber para qué, sostuvo.

El portavoz popular aseguró que esa reforma tiene que tener como objetivo fundamental la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y nunca puede hacerse para dar solución a un territorio en concreto en detrimento del resto. Además, insistió en la necesidad de que se acuerde para qué hay que reformarla y, en todo caso, ha de hacerse con un consenso que no es fácil en estos momentos.

Por eso, consideró que es necesario, antes de abordar esta reforma, que el PSOE termine de solucionar sus problemas y vuelva a ser un partido sólido y fuerte. A su juicio, es imprescindible que en este acuerdo estén PP y PSOE y luego será necesario que se cuente, además, con el más amplio respaldo. Si no hay el acuerdo del 78, sería imposible.

Por su parte, el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Luis Tudanca, señaló que el momento de la modificación llegó hace mucho pero algunos la han sacralizado y petrificado, cuando las constituciones más fuertes son las que se van adaptando a los tiempos. Querer a la Constitución es adaptarla y modernizarla en los derechos y libertades y en la protección social. Las reformas constitucionales son necesarias siempre hacerlas con el máximo consenso, sostuvo.

Además, el portavoz socialista confió en que ahora, con la nueva configuración del Parlamento, sea el momento de abordar esta reforma que ha de hacerse, dijo, con consenso como en 1978 cuando el momento era más convulso que el de ahora, dijo. Los cambios deben suponer nuevos derechos sociales, para blindarlos a través de un suelo social, para establecer la garantía de un gasto público en educación, sanidad, servicios sociales y dependencia.

También, tiene que aprovecharse, según Luis Tudanca, para hacer unas instituciones más transparentes y participativas, con una modificación de las iniciativas legislativas populares, al tiempo que sirva para reparar la fractura territorial que vive España, a través de la conformación de un Estado federal con la reforma del Senado para que sea de verdad una cámara de representación territorial.

Derechos fundamentales

Para el portavoz del Grupo Parlamentario Podemos, Pablo Fernández, es indiscutible que hay que modificar la Constitución. A su juicio, la carta magna tiene que ensanchar sus marcos para que quepa todo el país. En primer lugar, el texto tiene que blindar derechos sociales como la vivienda, educación, sanidad y servicios sociales como derechos fundamentales porque, hasta ahora, muchos están considerados como principios rectores y no como derechos fundamentales.

Además, consideró muy necesario que en la Constitución se recoja la independencia de poderes para que el judicial sea absolutamente independiente del ejecutivo y el legislativo. También, abogó por que esa reforma modifique la Ley electoral y la dote de mayor proporcionalidad, al tiempo que contenga medidas de lucha contra la corrupción.

Para Fernández en este proceso tiene que dar la palabra a la ciudadanía, que no sean sólo las fuerzas políticas las que la elaboren. Que no se quede sólo en el Congreso de los Diputados, sino que abarque todos los sectores sociales y en ella, no sólo haya padres de la Constitución como en la del 78, sino que en su reforma participen muchas madres.

Tras recordar que la Constitución tiene cosas muy buenas que se incumplen constantemente como el derecho a la vivienda o un trabajo digno, el portavoz de Podemos abogó por que en esa reforma se revierta el artículo 135 que pactaron PP y PSOE para anteponer los derechos de los bancos alemanes a los de los ciudadanos y para que la soberanía radique en los españoles y no en los bancos.

Ley electoral

El portavoz de Ciudadanos, Luis Fuentes, remarcó, en primer lugar, que la Constitución ha supuesto la mayor garantía de libertades para todos los españoles, en un periodo en el que más ha crecido la democracia, los derechos sociales y económicos de la historia de España, si bien reconoció que es necesario adecuarla a las necesidades actuales y los nuevos retos.

Por eso, desde Ciudadanos, dijo, están dispuestos a abordar esa reforma, iniciar ese debate entre todos para alcanzar el máximo consenso, porque de lo contrario no se podrá reformar. Es necesario que se avance para adaptarla a los tiempos e incluir reformas relacionadas con la educación, las relaciones laborales, la reforma del Senado y otras instituciones, así como modificar también el poder judicial o cambiar la ley electoral para hacerla más justa y participativa, dijo.

Un texto nuevo

No obstante, el procurador de Izquierda Unida, José Sarrión, vio con preocupación un posible anuncio de reforma porque la última que se realizó bajo la presidencia del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, con el apoyo del PP, fue para entregar a nuestro país a los bancos.

Si de Izquierda Unida dependiera, dijo, la reforma no sería tal, sino que se elaboraría una constitución completamente nueva a través de un proceso constituyente con todas las fuerzas vivas de la sociedad. En esa constitución, habría una defensa férrea y firme de los servicios públicos, consagrando al máximo nivel la educación, la sanidad, el trabajo o la diversidad, entre otros. También se plasmarían los derechos económicos que sí están recogidos pero no desarrollados, como el que dice que la riqueza de un país está al servicio de la nación y no de los bancos. Sería será una constitución republicana para llevar a España al siglo XXI.

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