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Andrés Menéndez, director regional de Randstad
La industria agroalimentaria de Castilla y León sufre escasez de trabajadores técnicos

La industria agroalimentaria de Castilla y León sufre escasez de trabajadores técnicos

Randstad alerta del desajuste entre la elevada demanda y la reducida oferta de científicos, ingenieros y titulados de FP

ÁNGEL BLANCO ESCALONA

Lunes, 21 de noviembre 2016, 10:39

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Una economía en expansión, un sector en auge, un mercado laboral que va cogiendo marcha... y una oferta de perfiles cualificados insuficiente. La industria agroalimentaria de Castilla y León atraviesa por un momento dulce y afronta el doble reto de la digitalización y la internacionalización, pero ya está empezando a sufrir dos de los mayores males que aquejan a todo el país desde tiempo inmemorial y en los últimos años: un modelo educativo deficiente en la vertiente de la Formación Profesional y el éxodo de titulados de alta cualificación, la fuga de cerebros de los años de la crisis.

Así se puso de manifiesto durante una jornada organizada en la Cámara de Comercio de Valladolid en la que la empresa de recursos humanos y trabajo temporal Randstad reunió a cerca de cuarenta directivos de empresas del sector de la agroalimentación de Castilla y León. «Ya sean pymes o grandes compañías, solo aquellas que saben gestionar el talento y desarrollan una cultura de fidelización de los trabajadores van a tener un futuro sostenible y garantizado a lo largo del tiempo», señaló Andrés Menéndez, director regional de Randstad para el norte de España.

«Es un hecho que estamos empezando a tener dificultades para encontrar profesionales cualificados para satisfacer las necesidades empresariales explicó. Aun con más de cuatro millones de parados, es cierto que existen perfiles especializados que escasean. Depende de las empresas en concreto, pero áreas como mantenimiento, soldadura, calderería, electromecánicos... No mozos básicos, sino gente cualificada en todo lo relacionado con la Formación Profesional».

«El empleo temporal también es digno y no tiene por qué ser sinónimo de precariedad»

  • Andrés Menéndez Martínez es graduado social, licenciado en Ciencias del Trabajo y máster en Gestión de Recursos Humanos. Desde hace ocho años es director de Randstad en el norte de España.

  • ¿Están notando que, a medida que la situación económica mejora, aumentan los trabajadores a los que empresas como Randstad ofrecen un trabajo temporal y pasan a firmar un contrato indefinido?

  • Las empresas necesitan ser flexibles porque tenemos un mercado muy cambiante y hay que convivir con él. Tiene picos muy acusados y ahora hay grandes necesidades de aumentar la producción, pero dentro de unos meses no sabes lo que puede ocurrir. Soy partidario de que haya empleo estable, pero está claro que las compañías tienen que poder adaptarse a la oferta y la demanda de forma rápida y ágil.

  • Contar con una parte de plantilla temporal es imprescindible; ¿es cada vez más grande esa parte?

  • A veces confundimos flexibilidad con precariedad y son cosas completamente distintas. Se puede tener un trabajo temporal con condiciones dignas, buen ambiente y todas las garantías. No todo el mundo puede ser indefinido. Dicho lo cual, es cierto que cuando una empresa se encuentra con un buen trabajador, es muy difícil que quiera prescindir de él.

  • Los sindicatos hablan de temporalidad y precariedad casi como vocablos sinónimos.

  • No tiene nada que ver. España tiene un mercado laboral marcado por la temporalidad. En el turismo, por ejemplo, no puede ser de otra forma. En verano hacen falta más camareros que en invierno. La flexibilidad es necesaria porque las empresas deben responder al nivel de demanda que tengan.

  • ¿Sufren abusos los trabajadores temporales?

  • Nosotros nos atenemos a la legalidad; pagamos el 100% del convenio y todas las horas que se trabajan. Conozco pocas empresas que vean bien la precariedad y muchas que apuestan por los valores. Tener a la gente en condiciones inadecuadas es algo que, gracias a Dios, está desapareciendo.

En su opinión, uno de los principales problemas que tenemos en España es que «existe un importante desajuste entre la oferta y la demanda». «Por lo que apreciamos, va a ir creciendo. Las profesiones que denominamos STEM (siglas en inglés de científicos, técnicos, ingenieros y matemáticos) son perfiles de elevada demanda y una escasez importante en el mercado laboral».

De acuerdo con estimaciones de Randstad, las empresas españolas van a necesitar al año 150.000 trabajadores con formación científico-tecnológica y las dificultades para lograr cubrir al menos la mitad de estas plazas harán que tengan que mimar a los trabajadores más talentosos, ya que «solo el 7% de los estudiantes» está cursando carreras de estas ramas.

Según el INE, Castilla y León cuenta con más de 2.900 empresas industriales del sector agroalimentario, cuya actividad representa el 29,2% del PIB industrial de la comunidad autónoma. «Existe verdadera competencia por el talento entre estas empresas, lo que trae consigo una mejora en las condiciones laborales de sus trabajadores que está haciendo que las empresas ofrezcan salarios más elevados o mejoras en aspectos como la formación, flexibilidad horaria, etc. si quieren atraer y fidelizar a los profesionales más cualificados», detalló Menéndez. De acuerdo con una encuesta de este mismo mes, el 29% de las compañías aseguran que les está costando más tiempo del habitual encontrar al profesional adecuado.

El mercado laboral ha alcanzado un punto en el que se puede decir que los aspirantes bien preparados ya están en condiciones de ser selectivos y no están obligados a coger lo primero que se le ofrece. «Más del 46% de las empresas agroalimentarias declaran haber visto cómo aumentaba la rotación de trabajadores en el último año y el 25% de quienes trabajan en el sector están en búsqueda activa de otro empleo», detalló Menéndez.

Entre los perfiles de alta cualificación más demandados por las empresas agroalimentarias de Castilla y León se encuentran técnicos de calidad y de laboratorio para el desarrollo de proyectos de I+D+i; titulados en Ingeniería Agrícola, Biología, Bioquímica, etc. Asimismo, la automatización del sector motiva la demanda de otros perfiles más industriales, relacionados con la mecatrónica, electrónica, mecánica, etc.

Otro de las trabas con las que se sigue topando el sector es la persistente reticencia de los trabajadores a cambiar de lugar de residencia. «Quizás la generación de los milenials sí está más concienciada en lo que es trabajar por proyectos, cambiar de lugar de trabajo y marcharse, como hemos visto, incluso al extranjero. Pero de los más jóvenes para arriba, la movilidad geográfica cuesta mucho».

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