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Almudena García Maestro.
Almudena o la rebelión contra el cáncer de mama

Almudena o la rebelión contra el cáncer de mama

Más de dos mil mujeres tienen diagnosticado un tumor en un pecho y unas cuatrocientas ingresan en el hospital cada año para tratárselo

Ana Santiago

Miércoles, 19 de octubre 2016, 18:01

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No es lo que esperaba ese día. Era una fecha en el calendario escrita para la rutina, para hacer la compra, tomar un café, ir a dar un paseo... Y llega. Y lo cambia todo. Un año entero dedicado a hacer frente a una enfermedad que asusta, que acerca la sombra de la muerte. «Y pierdes el pelo, parte de las cejas y las pestañas. Y te mutilan un pecho, y vives cansada. Quimioterapia, 25 sesiones de radioterapia...». Y al dolor físico, al agotamiento, a las terapias duras se suman las inseguridades, las emociones y, en ocasiones, hasta el abandono de los tuyos «porque hay casos, los he conocido, en los que la pareja las ha repudiado».

Almudena García Maestro lleva ese recuerdo en su historia. Esta mujer de Campaspero, de 56 años, está casada y tiene dos hijos, ahora mayores de 32 y 28 años. Vive en Valladolid y fue ella misma la que se descubrió un bulto en un pecho. Su madre había muerto cinco años antes de cáncer de mama. Tenía 41 años cuando aquel cambio en su cuerpo la incomodó, la llenó de temor. Un miedo que la ginecóloga se negó a compartir y que interpretó como obsesión por sus antecedentes familiares, «que se movía, que no era maligno me insistía; pero yo quise quitármelo, me empeñé en arrancar aquello que antes no estaba ahí y no paré hasta lograrlo». El resultado de las pruebas llegaría 20 días más tarde. Después, una llamada del médico al teléfono de casa con aquel «tengo que hablar contigo». Y el mundo se derrumbó. «Operación, trece ganglios, mastectomía de un pecho, me limpiaron todo... Tenía solo 41 años y aquella enorme cicatriz vacía, porque es un tajazo, en la ducha, dolía cuando la miraba. Lo tenía claro, quería reconstruirme, y aunque entonces no se hacía mucho, no era fácil en la SeguridadSocial, el médico me apoyó, estaba claro... y a los dos años y medio» recuperó su cuerpo. «Todo lo sigo recordando, sigue ahí... pero se pasa, no es un trauma para toda la vida... Es, siempre lo digo, como cuando tienes un hijo, que recuerdas la sensación de dolor;pero se pasa. Es duro, porque es muy duro. Mientras lo vives, lo es, te matan lo sano y lo enfermo y el cuerpo lo sufre. Estás mal. Durante un año pasas un proceso que se concentra en curarte, que vives para recuperarte; pero sales. Con esto se puede. Llega un día en que todo ha pasado, lo has superado, lo hace el 83%, y la vida sigue. Y cuando ya ha pasado sabes que estar vivo es algo maravilloso, aprendes, y es algo que te queda para siempre, a disfrutar de las pequeñas cosas, aprendes a valorarlas. A veces pienso que es importante que te pase algo para darte cuenta de que la vida es hermosa y claro que no es todo felicidad y buenos ratos; pero merece la pena».

Y por ello Almudena se hizo voluntaria en la Asociación Española Contra el Cáncer en Valladolid. «A mí me ayudaron mucho y yo quiero hacer lo mismo. Hay niños con leucemia, mujeres con cáncer de mama que si te ven, y ven que ya han pasado quince años y estás ahí, y les dices que ellas también pueden con esto... Creo que es importante». La familia también es fundamental, «el marido, los hijos, los amigos... es en estos momentos cuando sabes de verdad lo que tienes, quién sí está y quien no porque enferma no eres una buena compañía. Yo he tenido mucha, muchísima suerte con mi marido, me ha apoyado muchísimo. Te rebelas contra la vida, y ellos te dan ánimos».

Almudena eligió no alejarse de su propia historia y, pese al recuerdo de los malos momentos, no se aparta de los enfermos de cáncer, no huye... sabe lo que es el miedo, «el miedo a morir, ves que tu vida está en peligro que se puede ir» y quiere acercar, lo que a ella le regalaron: «Confianza, lucha, ánimo... Con esto, también se puede».

Y como ella ingresan cada año unas cuatrocientas mujeres en los hospitales. El Clínico por ser la zona de salud más envejecida tiene unas cifras ligeramente más elevadas que el Río Hortega o el de Medina del Campo. El año pasado, cerrado el ejercicio 2015, había diagnosticadas en la provincia 2.296 mujeres con cáncer de mama. Y hoy es el día de todas ellas, el día contra esta enfermedad. Una jornada para recordar con Almudena que este tipo de tumor es de lo que mejores resultados de cura tienen e insistir, una vez más, en la importancia de la prevención, la detección temprana, la intervención pronta.

Un día que este año llega rodeado de la polémica sobre la edad para iniciar el programa de cribado. En Castilla yLeón se realiza entre los 45 y los 69; en algunas comunidades más tarde, a los 50. Las opiniones científicas son variables y mientras los ginecólogos defienden realizar ya una mamografía a los 35 años aunque no se inicie el control regular cada dos años, los oncólogos abogan por edades más tardías porque radiar tampoco es bueno.

El cáncer de mama es el más frecuente de los tumores en mujeres en España y su incidencia empieza a incrementarse a partir de 35 años, es unas tres veces más frecuente a partir de los 50 y a los 55 de estabiliza, según destaca la AsociaciónEspañola Contra el Cáncer.

Es uno de los tumores con mejor pronóstico y mayores índices de supervivencia y cronificación, gracias a una mayor concienciación social sobre su detección precoz y la consiguiente reducción del riesgo de desarrollarlo, así como a un mayor esfuerzo en investigación. La supervivencia aumenta un 1,4% cada año y su tasa se sitúa cerca del 83% a los cinco años del diagnóstico.

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