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Barack Obama habla con Rachel Robinson, viuda del jugador de béisbol Jackie Robinson durante un partido en el estadio de La Habana.
Los cubanos de Castilla y León ven la visita de Obama desde la esperanza económica, no política

Los cubanos de Castilla y León ven la visita de Obama desde la esperanza económica, no política

Consideran que «no hay vuelta atrás», pero auguran que los cambios serán muy lentos y los dejan en manos de las nuevas generaciones

M. J. pascual

Martes, 22 de marzo 2016, 22:06

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«Hacia atrás, ni para coger impulso». El popular dicho acuñado por la propaganda castrista para darse fuerza en los momentos críticos de la revolución y que en estos 56 años ha pasado de consigna a ser toda una filosofía de vida, cobra un significado distinto con la visita de Obama a la isla. Los cubanos que han rehecho sus vidas en Castilla y León son plenamente conscientes del hito histórico y del punto de inflexión que supone para el futuro. Aunque consideran que la apertura económica no va a ser la varita mágica que transforme el régimen, si creen que pondrá las bases para que las generaciones más jóvenes se pongan manos a la obra. De momento, se ve como una oportunidad de negocio, especialmente en el turismo y la música. De la mano, no lo dudan, de las empresas españolas, a las que ven en un papel de «asesoras» y mediadoras entre el Gobierno cubano y el empresariado estadounidense.

El director del Instituto de la Inmigración de Castilla y León, Juan Andrés Blanco, cuya relación con la isla y su experiencia con el régimen cubano se remonta al año 1988 señala que «aunque sea obvio, es difícil que un sistema se mantenga o se implante sin el apoyo de la gente, por muchos estímulos que haya de fuera» y, en ese sentido, hace referencia a la transición española. «Había un deseo conjunto de cambio y, en el caso de Cuba, es una responsabilidad suya, no se debe imponer desde fuera». Especialmente, el historiador señala hacia las generaciones más jóvenes que viven allí, «a quienes habría que preguntar si la situación actual cumple sus expectativas y permitir que ellos puedan elegir su camino». «No sé con qué línea ni a qué ritmo tiene que producirse, pero biológicamente se impone el cambio», sostiene.

Respecto del papel a jugar por España en este nuevo tablero, Blanco sostiene que «tiene que saber aprovechar las sinergias que tenemos con la sociedad cubana. Hay que mirar a los británicos: no tienen amigos perpetuos, sino intereses perpetuos. Nosotros tenemos una baza y es responsabilidad de nuestro Gobierno mantener en buen estado estas relaciones, ser más pragmático: permitir, facilitar y apoyar». Para este estudioso, el aperturismo económico tiene que ir aparejado de un cambio de legislación. «Hay mucha incertidumbre. Parece que la vuelta atrás es imposible, pero hace falta un cambio más profundo».

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