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121.416 castellanos y leoneses se enfrentan al desafío del 1-O

121.416 castellanos y leoneses se enfrentan al desafío del 1-O

La población de la comunidad es la segunda que más peso tiene en el padrón catalán, solo detrás de la andaluza y por delante de la extremeña

Víctor Vela

Valladolid

Sábado, 30 de septiembre 2017, 09:15

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Está Marta, que dejó Zamora para trabajar como educadora en Barcelona. Está Carlos, que se marchó de Almazán (Soria) y ahora es sanitario en el Servicio de Emergencias de la ciudad condal. Está Marta, abulense y abogada en Vilanova i La Geltrù (Barcelona). Está también Álvaro, ingeniero informático de León que hizo la maleta camino de Cataluña. O José Luis, abogado segoviano en Barcelona. Y así, hasta 121.416 personas nacidas en Castilla y León, inscritas en los padrones catalanes, que viven de forma directa -en su día a día, en su vida cotidiana- el desafío independentista catalán. Ellos, que eligieron Cataluña como lugar para vivir, presencian desde primera línea la convocatoria ilegal del referéndum del domingo, a la espera de las consecuencias que pueda traer el 1 de octubre (el 1-O).

El Instituto Nacional de Estadística (INE) y la entidad catalana homóloga (Idescat) consignan que en Cataluña residen 121.416 personas nacidas en Castilla y León, la segunda colonia más relevante después de la andaluza (582.643), y por encima de la extremeña (120.113) o la vecina aragonesa (97.432). Hay más castellanos y leoneses viviendo en Cataluña que en toda la provincia de Soria (90.040) y casi tantos como los que residen en la capital leonesa (126.192). Y eso que la cifra no ha hecho otra cosa que caer en los últimos años: en lo que va de siglo, casi 30.000 personas menos. Eran 151.437 en el año 2000.

La colonia castellana y leonesa cae por el envejecimiento de la población

Este retroceso tiene su explicación en el progresivo envejecimiento de la población, ya que la mayor parte de las migraciones se produjo durante los decenios de 1950 y 1960. El 77% de los castellanos y leoneses que viven en Cataluña tienen más de 55 años y tan solo hay 517 personas nacidas en Castilla y León con menos de diez años que residen en las provincias catalanas. La realidad dice que esta cifra seguirá bajando por el fallecimiento de los oriundos castellanos y leoneses y porque su descendencia, la segunda o tercera generación, ya habrá nacido allí. Serán catalanes desde la partida de nacimiento, pese a sus orígenes segovianos o abulenses.

Pero la contribución de Castilla y León no es solo demográfica, sino también económica, puesto que la mayor parte de las migraciones que desde la Meseta desembocaron en Cataluña tenían una motivación económica. «Entre 1950 y 1970, los movimientos migratorios interiores se convirtieron en el determinante principal de las crecientes diferencias regionales», concluye el libro ‘Estadísticas históricas de España’, coordinado por Albert Carreras y Xavier Tafunell. Cataluña, como recuerda el geógrafo Guillermo Ramírez en ‘Un ensayo sobre la población de Castilla y León’, ha sido el tercer gran polo de atracción para la migración castellano y leonesa. Por delante se sitúan Madrid y el País Vasco, pero la creciente industrialización catalana y la conexión ferroviaria por la línea de Ariza (hoy desaparecida) promovieron esos flujos hacia Cataluña.

Aunque el principal éxodo se produjo en la posguerra (con el trasvase de activos desde la agricultura hacia la industria), el fenómeno ya se podía detectar a finales del siglo XIX. José Andrés Gallego, en ‘Historia general y de España’, recuerda que durante los dos últimos decenios del siglo XIX, la industria textil y química de Cataluña (junto a la siderurgia vasca) fueron un importante aliciente para los habitantes del interior. El fenómeno se acrecentó entre 1900 y 1931, acuciado por la creciente mecanización cerealista y también por la crisis de la filoxera en las zonas vinícolas. La crisis económica que desde 2007 sacude España también ha influido y, aunque el destino principal suele ser Madrid, también Barcelona ha atraído a profesionales en busca de un futuro. En los últimos tres años, 7.650 castellanos y leoneses se mudaron a Cataluña (y 6.215 vinieron aquí). En total, la colonia más numerosa es la leonesa (27.652), seguida de la salmantina (18.845). Por destinos, gana por goleada Barcelona y su área metropolitana, aunque el peso es importante en municipios del Bajo Llobregat (Esplugas, Castelldefels o Viladecans).

Castellanos y leoneses en Cataluña

Ávila

«Preocupa llegar a fin de mes, no la independencia»

Marta Fernández Abogada en Vilanova y la Geltrú (Barcelona)

«Para los que somos de fuera, el proceso del referéndum no es un problema; a la gente no le preocupa la independencia, sino llegar a fin de mes y vivir tranquilos. Es la televisión la que genera tensión, centrándose en dirigentes que lo llevan todo al extremo e incitan a los ciudadanos a manifestarse. Los independentistas con los que he hablado han sido criados así, adoctrinados desde pequeños, en los colegios, para odiar a España. Les pregunto argumentos y generalmente no los tienen. El debate está en la posibilidad de votar: a los ciudadanos no les gusta sentirse reprimidos». M. F. J.

Burgos

«No me ha impedido disfrutar aquí»

María Victoria Ortiz Estudiante en Barcelona

«Llevo viviendo seis años en Barcelona y desde entonces he sentido el movimiento catalanista, pero en ningún momento me ha impedido vivir y disfrutar de la compañía de la gente de aquí. Sí que es cierto que la gente y la ciudad está llena de esteladas y cada día a las 22:00 horas puedes oír la cacerolada desde cualquier punto de la ciudad. Además, la actuación del Gobierno me parece desmesurada. Si no deja expresarse y votar a una parte del pueblo, ¿qué hará cuando el resto del Estado reclame ser libre de dar su opinión por cualquier motivo?». Gabriel de la Iglesia

León

«Los partidarios del ‘no’ están desaparecidos»

Álvaro Brandón Ingeniero informático residente en Barcelona

Álvaro Brandón, un leonés que reside en Barcelona, vive esta semana «como otra más, como una cualquiera», aunque cada noche hay caceroladas y manifestaciones. Este ingeniero informático observa a los catalanes «muy descontentos con el Gobierno» y cree que los que están a favor del ‘no’ están «desaparecidos». Tiene claro que votaría a favor del ‘no’, aunque cree que deberían sentarse a hablar y «esto no va a parar después del 1 de octubre». En la provincia barcelonesa, donde vive Álvaro, residen 22.927 personas nacidas en León. Rubén Fariñas

Palencia

«Muchos del ‘sí’ no saben a qué se exponen»

Miguel Ángel Andrés Nacido en Baltanás y residente en Barcelona

«Estoy un poco nervioso ante el domingo. Hay bastante inquietud por parte de todo el mundo y será un día para quedarse en casa. Cuando llegué a Barcelona hace 17 años no había tanto, pero ahora hay un antiespañolismo brutal. Hay que dar voz a la gente, pero de acuerdo con la legalidad, no así. La mayoría de los que quieren el sí no saben a lo que se exponen con esto, no saben justificar por qué lo quieren, dicen que van a vivir mejor, pero no es así. Hay muchos catalanes que no quieren el independentismo, lo que pasa es que no hablan, no se expresan» R. S. Rico

Salamanca

«El ambiente es raro y muy tenso»

David Tapia Periodista de Ciudad Rodrigo en Barcelona

Periodista de profesión, llegó hace ocho años a Barcelona desde Ciudad Rodrigo, su localidad natal. Dice que la situación actual en Cataluña es «extraña e incómoda», al tiempo que habla de un ambiente «raro y extremadamente tenso». Cuenta con «muchos amigos independentistas y otros que no comparten en ningún caso esos planteamientos, pero nunca hemos tenido discusiones ni problema, siempre hablamos en un clima de respeto y libertad entre nosotros». La salmantina es la segunda colonia con más presencia en Cataluña. :: S. G. Rojo

Segovia

«Las autoridades no están para crear problemas»

José Luis García Abogado segoviano, cuatro años en Barcelona

«Durante los meses previos siempre me han hablado más de ello en Segovia que en Barcelona. Ahora no, claro. Ahora en Barcelona no se habla de otra cosa. La gente está preocupada, independientemente de las sensibilidades. Yo llegué hace cuatro años y siempre he podido hablar con normalidad, pero llegados a este punto, se percibe cierta tensión y la gente es muy reacia a expresarse. Siento pena, la verdad, porque a Cataluña le tengo un cariño especial. Es una sensación rara. Las autoridades están para solucionar problemas, no para crearlos». Carlos Álvaro

Soria

«La mayoría hace su vida y se sitúa al margen»

Carlos García Gallego De Almazán, en Emergencias de Barcelona

«La vida se desarrolla de una manera muy normal aquí. Se ve alguna que otra pancarta independentista, pero quienes nos mantenemos al margen del proceso no hacemos ruido, hacemos nuestra vida normal, son los que apoyan el proceso a los únicos a los que se oye. Algunos quieren independizarse, pero no van a votar en un referéndum ilegal; otros no quieren independizarse, pero quieren ir a votar para dejarlo claro. Hay gente para todo, es lo bueno de Barcelona. La mayoría hacemos nuestra vida sin importarnos demasiado el problema político». Isabel G. Villarroel

Valladolid

«El referéndum es para expresar una opinión»

Belén González Vallisoletana en Cataluña

«En el poco tiempo que llevo aquí me he dado cuenta de que la realidad dista mucho de lo que se muestra en los medios de comunicación. Cataluña no está en llamas, por lo general no se producen incidentes en las calles y tampoco se amenaza a todo aquel que habla castellano. A pesar de que no me gustaría que la independencia se materializase, admiro la organización espontánea de las manifestaciones pacíficas. El referéndum del domingo no es un pulso al Gobierno, sino una forma de reivindicar el derecho a expresar libremente su opinión». Álvaro Gómez

Zamora

«Hay que dialogar para llegar a algún acuerdo»

Marta Barrios Zamorana en Barcelona

«Llevo doce años en Barcelona. Empecé en el sector de la hostelería y ahora soy educadora en un centro para niños con discapacidad. Me parece un poco ridícula la situación que estamos viviendo. Ya somos adultos y habría que sentarse a hablar, dialogar y llegar a algún acuerdo». Como zamorana en Cataluña asegura sentirse «perfectamente». «La verdad es que nunca he tenido ningún problema con los catalanes, ninguno. Hay muchísima gente que no quiere la independencia, muchísima más de la que sí la quiere». Alicia Pérez

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