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Más de 102.000 jóvenes parados de la Comunidad cambiaría de residencia para conseguir trabajo

Más de 102.000 jóvenes parados de la Comunidad cambiaría de residencia para conseguir trabajo

Uno de cada cuatro menores de 34 años ha tenido alguna experiencia laboral mientras realizaba sus estudios

R. TRAVESÍ

Domingo, 16 de julio 2017, 12:27

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Más de 102.000 jóvenes parados de Castilla y León estaría dispuesto a cambiar de residencia para conseguir un trabajo. Son el 46,3 por ciento de los castellanos y leoneses no ocupados entre 16 y 34 años y supone el quinto mayor porcentaje del conjunto de España, solo por detrás de los jóvenes de Castilla-La Mancha (48,8 por ciento), Andalucía (48,2 por ciento), Galicia (47,7) y Aragón (46,9 por ciento). En cambio, los jóvenes de Baleares (33 por ciento), navarros (36,3 por ciento) y madrileños (37 por ciento) son los más reacios a ir fuera para trabajar. En todo caso, la tasa de la Comunidad está 2,6 puntos por encima de la media nacional.

Es una de las conclusiones de la Encuesta de Población Activa (EPA), que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) en colaboración con la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat), con un módulo sobre la incorporación de los jóvenes en el mercado laboral en 2016. Un estudio que recoge que Castilla y León contaba el año pasado con 431.200 personas entre 16 y 34 años, de las que 220.700 eran no ocupados y otras 210.500 ocupadas.

De esos más de 220.000 jóvenes desocupados, casi la mitad de ellos afirmó estar dispuesto a cambiar de residencia para conseguir un empleo, lo que supone el 46,3 por ciento frente al 43,7 por ciento de España. A nivel nacional, 2,1 millones de menores no ocupados de 34 años optarían por moverse para encontrar un trabajo.

La encuesta del INE, a la que ha tenido acceso la Agencia Ical, también analiza la relación de los jóvenes estudiantes con el mercado laboral. En ese sentido, el 24,9 por ciento de los menores de 34 años que residía en la Comunidad aseguró que había tenido alguna experiencia laboral mientras realizaba sus estudios, frente al 25,3 por ciento en España. La estadística está liderada por el País Vasco (34,4 por ciento), Navarra (32,4 por ciento) y Madrid (32,3 por ciento).

La EPA especifica que un 44 por ciento de estos 107.700 jóvenes castellanos y leoneses que compatibilizaron estudios y trabajo lo hizo porque esta formación era parte de su plan de estudios y, por tanto, obligatoria. En cambio, había otro 54 por ciento (59.100 estudiantes) que estaba empleado sin tener relación con la actividad académica. La estadística no entra al detalle si lo hacían para mejorar su perfil laboral o por necesidad económica, ya sea para colaborar con la renta familiar o para disponer de más independencia.

El presidente del Consejo de la Juventud de Castilla y León, Roberto López, asegura a Ical que la encuesta del INE viene a corroborar que los jóvenes de la Comunidad optan por salir a otras provincias de España o al extranjero ante la falta de oportunidades y la precariedad de los contratos, con un alta temporalidad y bajos sueldos.

Sobrecualificación

Además, recuerda que la juventud de la región, a diferencia de otros territorios, cuenta con una sobrecualificación por lo que entiende que estén dispuestos a cambiar de residencia para lograr un empleo. "Cada vez son más conscientes que aquí tienen complicado encontrar un trabajo acorde a su formación y desarrollar una carrera profesional", rubrica.

López relaciona los resultados de la EPA con el Observatorio Joven de Vivienda en España (Objovi) que constata que solo uno de cada cuatro menores de 30 años de la Comunidad consigue independizarse de sus padres. Ambos estudios evidencian que los contratos en la Comunidad no dan para emanciparse y vivir solo, porque la mayor parte de los contratos se firman solo por unos meses. "Es la pescadilla que se muerde la cola porque no si no dispones de ingresos fijos no te planteas salir de casa, vivir con tu pareja, tener un desarrollo personal o contar con hijos", denuncia.

El responsable autonómico del Consejo de la Juventud reconoce que los grupos de trabajo del área de Educación del organismo han concluido que el incremento del precio de las matrículas había afectado a los jóvenes. "Muchas personas que desean seguir con sus estudios se ven obligados a buscar trabajos ocasionales, sobre todo los fines de semana, para ayudar económicamente en casa a modo de suplemento", añade. Roberto López precisa que el aumento de las tasas se acentúa en los municipios de menos de 20.000 habitantes, porque los estudiantes deben sumar gastos en desplazamientos lo que encarece el grado o la carrera universitaria.

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