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La DO Tierra de León prevé pérdidas del 10% en albarín y la DO Bierzo augura una «vendimia tardía»

La DO Tierra de León prevé pérdidas del 10% en albarín y la DO Bierzo augura una «vendimia tardía»

En general, los consejos reguladores de la Comunidad prevén una campaña «muy buena» tras un año 2017 complicado por las condiciones climatológicas

ical

Sábado, 26 de mayo 2018, 13:54

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Los consejos reguladores de Castilla y León auguran para este año la recuperación de vendimias «normales» e incluso el registro de producciones «muy buenas». Aunque todavía es pronto para avanzar datos más concretos y calidades, desde estas entidades se tiene confianza en que la producción sea positiva, sobre todo después de los malos resultados del año pasado, cuando las condiciones climatológicas adversas, en especial las heladas y la sequía, generaron caídas en la vendimia que en algunas zonas llegaron a alcanzar el 70 por ciento.

Por el momento, las condiciones están siendo buenas en general, y las tormentas, el granizo e incluso la bajada de temperaturas registrada en algunas provincias han ocasionado daños que podrían calificarse como menores de forma generalizada, sobre todo teniendo en cuenta el estado inicial de la viña, y en especial porque se trataría de deterioros muy lejanos a los registrados el año pasado.

Aunque esa es la tónica generalizada en toda la Comunidad, la Denominación de Origen 'Tierra de León' calcula un diez por ciento de pérdidas en la producción de albarín como consecuencia de una helada «puntual» registrada hace unas semanas. Algo similar ocurre en la DO Arlanza, donde los daños por dos heladas en apenas una semana llevan a hablar de una disminución de la cosecha en un 40 por ciento, a día de hoy.

Desde Ribera del Duero se espera «cierta normalidad» después de una etapa «dura» registrada el año pasado, donde la producción fue «cortísima» con apenas 55 millones de kilos, un dato «escandalosamente bajo» frente al centenar que es habitual alcanzar en una temporada normal. Su presidente, Enrique Pascual, es prudente dado que quedan meses para la vendimia, pero augura la recuperación de los ejores datos dadas las condiciones que se están dando a día de hoy.

El invierno ha dejado humedad y hay «fondo en la tierra», por lo que salvo contratiempos importantes, se espera que la campaña se haya «normalizado», pero por el momento la viña «tiene buena pinta», reconoce Pascual. Además, las posibles heladas e incluso el granizo no ha afectado a la zona y suelen ser fenómenos «en zonas localizadas» además de que entran dentro de lo habitual dentro de la campaña.

En la Denominación de Origen Rueda se prevé «una buena campaña» aunque son muchas aún las circunstancias que pueden darse en los próximos meses. El descenso en la producción del año pasado, que rozó el 23 por ciento limitando la producción a unos 83 millones de kilos de uva, se debió fundamentalmente a la sequía, una situación totalmente contraria a la de este año, en la que la pluviometría es «amplia» aunque por el momento se estima un retraso de entre 15 y 20 días, algo que, sin embargo, dependerá del calor en las próximas fechas.

La presidenta de la DO Rueda, Carmen San Martín, explicó a Ical que las tormentas pueden haber afectado pero «no al conjunto de la zona» sino de manera puntual, como ocurrió la semana pasada en los alrededores de La Seca y esta misma semana en Nava del Rey. «El granizo es escandaloso pero es muy local y no hay alta representatividad» por lo que para este año «la pérdida no es alarmante».

También tienen buenas previsiones en la Denominación de Origen Bierzo, aunque fuentes de la entidad advierten de que es probable que la vendimia en 2018 se lleve a cabo «un poco más tarde» que la del año pasado, cuando se adelantó, lo que hará que se recuperen tambien «fechas consideradas normales y habituales».

Condiciones climatológicas adversas que sí se han dado en otras zonas de la Comunidad no han afectado a la comarca del Bierzo, donde «no han sido significativas». Por eso, desde la DO Bierzo reconocen que la brotación del fruto está siendo «correcta» pese a las heladas que sí se produjeron el año pasado y que hicieron caer en más de un 32 por ciento la producción, hasta los nueve millones de kilos, aunque con una uva de calidad «excepcional». Con todo ello, la previsión que se tiene es «muy buena», aunque todo dependerá de cómo transcurran a partir de ahora los procesos de floración, cuajado y envero que todavía están por venir.

El presidente de la Denominación de Origen Cigales, Julio Valles, auguró una cosecha «abundante y buena» si las condiciones que se dan a partir de ahora son «normales» después del agua que ha caído hasta el momento. «A finales de abril había caído casi todo el agua en esta zona en un año», explicó Valles, quien estimó que esta humedad «ha venido bien» porque las viñas se encontraban «muy secas» y la presencia de agua permite augurar un buen comportamiento del fruto.

Sin embargo, cualquier extremo es negativo y aunque la humedad «puede ser buena» hay que confiar en «no pasarnos de humedad» para evitar podredumbre y enfermedades, y que la primavera «siga siendo un poco primavera». Por el momento se augura también una cosecha «tardía» porque en algunas partes el nacimiento de la hoja se ha retrasado e incluso «ni ha salido», mientras que en otras «ya está crecida».

Normalidad es lo que se resalta también desde la DO Arribes, donde su director técnico, Carlos Capilla, estima que a día de hoy puede ofrecerse «un diez por ciento de pistas de lo que puede ser la campaña». Hasta el momento se muestran «contentos» con las lluvias de esta primavera, lo que ha favorecido el brote correcto de la planta y niegan daños «mientras no haya accidentes meteorológicos como heladas o granizo», que sí podrían ser perjudiciales.

Con un descenso «testimonial» que el año pasado rondó el 0,14 por ciento, ahora se presta especial atención a los tratamientos necesarios para evitar cualquier tipo de enfemedad en la planta, algo que sin embargo Capilla recuerda que «entra dentro del cuidado» rutinario dentro de los tratamientos preventivos o curativos.

Heladas débiles

En la Denominación de Origen 'Tierra de León', su presidente Rafael Blanco, explica a Ical que el proceso de la campaña está siendo, por ahora «normal» salvo por alguna helada puntual que ha causado daños en la zona de Valdevimbre, donde ya se habla de una pérdida de cosecha de la variedad albarín de un diez por ciento. A ello hay que sumar también las pérdidas por las cepas dañadas por el hielo del año pasado -hay que replantar unas cuatro hectáreas de albarín- y que tardarán «dos o tres años en recuperarse».

Con todo ello, se espera que la cosecha de este año vuelva a situarse por encima de los cuatro millones de kilos, que fue el récord de 2015, para dejar a un lado las cifras del año pasado, que se limitaron a 1,3 milones de kilos, con pérdidas que alcanzaron el 70 por ciento de la producción. Por ello, y dadas las condiciones hasta el momento, las expectativas «son buenas si no surge nada extraordinario», en especial si se mantienen algunas lluvias, que serán «bien recibidas».

Algo similar ocurre en la DO Toro, donde su presidente, Felipe Nalda, predijo que con las reservas de agua y una climatología «normal» en el resto del proceso se tendrá una cosecha «muy buena» tanto en calidad como en cantidad. Se espera recuperar la caída del año pasado en la producción, que se quedó en 15,5 millones de kilos frente al histórico de 23 millones. Tras una pluviometría «abundante» en los últimos meses y por el estado que presenta el viñedo a día de hoy se prevé «una cosecha importante», que no solo permitiría garantizar el abastecimiento, sino mantener la línea de crecimiento.

Sin embargo, desde la DO Toro reconocen que es «muy pronto» pero para que se mantengan estas previsiones. Nalda espera «que llueva poquito y llueva bien» y que una vez finalizado el envero se registre un verano «con temperaturas propias de la zona». Las heladas débiles de hace unos días, con temperaturas de entre cero y un grado, en especial en algunas zonas, provocaron un perjuicio «insignificante» para la producció de este año, como ha ocurrido también con el pedrisco.

Miedo a las enfermedades

Desde la DO Tierra del Vino reconocen que hablar de previsiones para este año supone «aventurarse», sobre todo ante el miedo que existe a la posibilidad de que se registren enfermedades en la uva como consecuencia del exceso de agua, aunque eso es algo que habrá que ir analizando en las próximas semanas. «Habrá que estar pendientes de enfermedades como el oidio o el mildiu, que siempre son favorecidos por la humedad y altas temperaturas», explicó el director técnico de la entidad, Javier Aparicio.

Por ahora no se han producido heladas destacables y «todo va dentro de la normalidad», además de que las precipitaciones de este año han permitido recuperar la escasez del año pasado, añadió. Por ello, y a falta de lo que pueda ocurrir en los próximos meses, se prevé que sea «un año normal» donde se pueda recuperar una producción de un millón de kilos, que supuso hace dos años «un año fuera de lo normal para bien», y que el año pasado se vio mermada en la mitad, limitándose al medio millón de kilos. También el estado fenológico se encuentra dentro de la normalidad, por lo que se calcula que la vendimia podrá desarrollarse a finales de septiembre o principios de octubre.

Pérdidas del 40 por ciento

Peor es la situación en la DO Arlanza, donde dos heladas con una semana de diferencia hacen pensar en unas pérdidas de un 40 por ciento respecto a un año normal, aunque todavía lejos de más del 70 por ciento que se redujo la cosecha como conecuencia de las malas condiciones, hasta quedarse en 600.000 kilos frente al 1,5 millones de kilos que suele ser lo habitual en una entidad que cuenta con unas 400 hectáreas.

La secretaria general de la entidad, Elisa Fernández, confió en que a partir de ahora continúe una climatología «acorde a cada mes» y la lluvia suave «no le hace mal a la viña», aunque también será necesario que empiece el calor dentro de poco. Por el momento se prevé un retraso de unas dos semanas respecto a una campaña normal, algo que «no es importante» y que podría «recuperarse próximamente» y a día de hoy la cepa tiene «reservas importantes» lo que permite afirmar que se está «un poco mejor que el año pasado».

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