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Quema controlada de rastrojos.
La campaña de quema de rastrojos fue «testimonial» en la provincia con 144 hectáreas y 17 solicitudes

La campaña de quema de rastrojos fue «testimonial» en la provincia con 144 hectáreas y 17 solicitudes

El uso del fuego en las superficies cultivadas de cereales en León se ve reducida considerablemente, con respecto a otras campañas, pese a que esta práctica era muy demandada en el sector, tras varios años prohibida

ical

Sábado, 10 de diciembre 2016, 11:53

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La campaña de quema controlada de rastrojos en la Comunidad, que se prolongó del 27 de octubre al 1 de diciembre, actuó sobre 27.681 hectáreas de terreno, de las que el 83,4 por ciento correspondió a las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid. Un porcentaje que demuestra que el uso del fuego en las superficies cultivadas de cereales fue testimonial en territorios como Ávila, León, Salamanca y Zamora, donde apenas hubo solicitudes, pese a que esta práctica era muy demandada en el sector, tras varios años prohibida.

La normativa permitía a los agricultores quemar al menos un 25 por ciento de la superficie de cereal declarada en las solicitudes de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea, lo que en la práctica suponía actuar sobre 500.000 hectáreas. La superficie afectada, finalmente, por la quema de rastrojos está lejos de esa cifra pero también de las 150.000 hectáreas que habían previsto las organizaciones profesionales agrarias (Opas).

Precisamente, las Opas ya advirtieron de que la orden de la Consejería de Agricultura y Ganadería no iba a cumplir con las expectativas por la tardanza en la aprobación de la medida y por sus limitaciones y restricciones, entre ellas la prohibición de la quema de rastrojos en algunas comarcas agrarias como Cervera, Guardo y Aguilar de Campoo, en la provincia de Palencia, o de Páramos, en Burgos.

Asaja criticó los plazos de la orden pero también que la convocatoria excluyera las quemas en las cunetas y áreas cercanas a infraestructuras o carreteras. No en vano, la organización recuerda que son zonas que los topillos y plagas utilizan como reservorios. También criticaron la exclusión de cualquier tierra abandonada solo porque en la clasificación administrativa se la califique arbitrariamente como monte. Unos términos que, además, se vieron agravados por las condiciones climatológicas adversas de las últimas semanas.

La Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) lamenta que la orden de la Junta pilló «a pie cambiado» a los agricultores de la Comunidad que habían dejado parcelas con la paja para quemar pero finalmente no pudieron hacerlo por las importantes restricciones.

La consejera de Agricultura, Milagros Marcos, y su homólogo en Fomento y Medio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, defendieron la orden de quema de rastrojos al tratarse de un «plan experimental con carácter científico», que podía ser modificado en el futuro siempre y cuando hubiera un equilibrio entre los beneficios que reporta a los agricultores, que utilizarán menos productos químicos para paliar las plagas y el respeto al medio ambiente.

La Junta aprobó un total de 2.378 solicitudes para estas labores, con la provincia burgalesa a la cabeza (926 permisos), seguido de Palencia (530) y Valladolid (519). Un número que está relacionado con la superficie sobre la que se actuó el mes pasado. No en vano, Burgos fue el territorio donde más se usó el fuego para sanear las fincas, con 10.299 hectáreas, por delante de Palencia (6.474 hectáreas) y Valladolid (6.330 hectáreas).

La campaña, en cambio, apenas tuvo incidencia en las provincia de León, donde la quema de rastrojos solo afectó a 144 hectáreas. Tampoco fue aprovechada por los agricultores de Zamora (207 hectáreas), Ávila (237 hectáreas) y Salamanca (376 hectáreas). En Segovia no llegó a superar el millar de hectáreas, al quedarse en 932, frente a las 2.679 hectáreas registradas en la provincia de Soria, según los datos facilitados por la Consejería de Agricultura y Ganadería a la Agencia Ical.

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