San Andrés «grava con 100 euros más» a cada habitante en tasas e impuestos

Desde que comenzara esta legislatura, continúan los populares, la alcaldesa ha liderado las subidas del IBI, de la Tasa del Agua y de la Basura, el Impuesto de Actividades Económicas y el Impuesto de Vehículos.

Además, el Impuesto de Obras y Construcciones y las tasas que regirán el Centro de Día esperan su aprobación definitiva después de publicarse su aprobación inicial en el Boletín Oficial de la Provincia y estar a la espera de alegaciones. Con estos incrementos, San Andrés del Rabanedo se sitúa ya en uno de los municipios de España con mayor carga impositiva.

Los concejales del PP de San Andrés del Rabanedo aseguran que se trata de una auténtica “sangría” para el bolsillo de los ciudadanos del municipio que supone un “gran esfuerzo” para cuadrar sus economías domesticas.

“Llama mucho la atención, asegura el PP, que sea precisamente el Partido Socialista Obrero Español el que haya adoptado en San Andrés la fórmula de responsabilizar a los ciudadanos del derroche que ellos mismos hicieron cuándo gobernaron”, explican los populares que inciden en que a la situación que vive hoy el tercer municipio de la provincia se ha llegado después de casi dos décadas de derroche socialista.

Para los populares resulta paradójico que pese al desembolso que tienen que hacer los ciudadanos, los servicios que presta el Ayuntamiento son cada día más deficientes.

“A la vista están, sólo es necesario y recorrido por el municipio para comprobar que la suciedad y la dejadez campan a sus anchas mientras el equipo de gobierno anuncia inversiones que nunca llegan porque las únicas que llegan son de otras administraciones públicas, como es el caso de la Junta de Castilla y León”, remarcan desde el PP.

Además, el PP muestra su preocupación por el hecho de que el equipo de gobierno PSOE-PAL continue en la senda de gastar más de lo que se puede que llevó al Consistorio a la quiebra en el 2011, cuándo fue imprescindible acogerse al Plan de Ajuste para que cobraran los cientos de proveedores a los que Gancedo no había pagado años atrás.